IV

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Se levantó e hizo su rutina mañanera. Está vez la casa se sentía... ¿En paz? Talvez eliminar a malas hierbas de tu vida no es tan malo, pero nunca se acaban del todo.

Llegó a su colegio, fue directo a su aula, en el camino sus ojos encontraron a una cabellera castaña muy familiar en su casillero. Por suerte el de ella estaba a la par y podría hablar con ella de una forma discreta sin notarse su interés en aquella muchacha.

Llegó y abrió su casillero guardando sus cosas y sacando otras, ¿sería buena idea empezar la conversación ella? Lo intentaría.

- Hola-. Saludo de modo que se viera amigable -. Ha pasado un tiempo desde que hablamos.

- ¡Evelyn! Por dios, perdóname, no me di cuenta de tu presencia. Soy muy despistada cuando me concentro en algo-. Rascó su nuca con nerviosismo y guardo algo discretamente en su casillero.

- No te preocupes, aveces hasta yo soy despistada, a todos nos pasa-. Rio al ver las mejillas rosadas de la chica.

- No es normal que me pase todo el tiempo, pero está bien, si tú lo dices.

- Bien, entremos, se nos hace tarde.

[....]

- ¿Sabías qué hay un rumor de una chica llama Molly? Se dice que era la mejor de la escuela, que sus padres la presionaban demasiado. Así que escapó, se fue y no volvió. Hay rumores que dicen que compro un terreno para vivir, no se sabe mucho de ella. Pero la apodaban "La afortunada" y era algo que le desagradaba, ella pensaba que no lo era.

- Talvez la presión la hizo pensar así, no conocemos su vida, probablemente era mala, por eso no lo creía.

- Dicen por los pasillos que eres igual, la mejor de la escuela eh, ahora tú eres la nueva afortunada. Muy bien.

- No me llevo mucho con la otra gente, solo con Sandra y Ximena, son mis amigas desde siempre, las demás chicas del grupo son más conocidas. Así que no sé que dice la gente, pero gracias por decirmelo.

- La gente habla mucho de ti, eres popular aquí, escuché a unas chicas hablando de ti en el bosque mientras yo hablaba con tu...- Paro de repente al darse cuenta de sus palabras.

- ¿Eh? ¿Con mi que?

- Nada, no te preocupes. Si me disculpas, tengo que ir al baño-. Salió corriendo en dirección a la salida del patio de descanso.

- ¡Hey! ¡Espera! ¿Hablaste con un familiar mío? ¡Diana!

No le hizo caso, pues la chica estaba en los baños y el timbre empezaba a sonar. ¿Qué mierda fue eso? No lo entendía.

Se retiró a su aula y empezó a trabajar. La castaña no apareció el resto del día.

Le parecía extraño que desapareciera así de la nada luego de algo, claramente, sospechoso. Salió de la escuela directo a su casa, iba tarde. No sabía en qué momento se encontró con Sandra y Ximena para perder el tiempo, eran las 3:30 de la tarde, realmente estaba atrasada.

Corrió lo más rápido que pudo a su casa, por suerte Mark estaba entrando, seguro que le guardaría el secreto.

El chico volteo al escuchar pasos-. ¿Evelyn? ¿Que haces? Deberías estar adentro, ¿llegaste tarde?

- Perdí el tiempo, sí, pero nada grave, hago mis obligaciones rápido.

- Creo que tienes un problema grande,  mamá está mañana me dijo que volvería temprano-. El chico mostró preocupación en su rostro.

- ¿Qué mier- ahg, está bien, yo la enfrentaré.

Los dos entraron al mismo tiempo esperando los gritos de su madre. Para su suerte no hubo gritos, solo carcajadas y voces desde la cocina.

- ¡Oh! Por cierto muchachita, no me has dicho tu nombre, ¿cuál es? De seguro será uno maravilloso como tú-. La frase fue acompañada con una carcajada.

- ¡Es cierto! Disculpe, que descortés no decirle mi nombre, soy Diana.

¿Qué hacía esa chica ahí? En su casa, hablando con su madre en la cocina.

De repente vio salir a su madre de la cocina, esto era mucho peor.

- ¡Ey!- dijo su madre acercándose y apuntandola-. Por un momento me olvidé de ti, Dios, ¿qué haces llegando tarde?

- Perdón, tuve un atraso con mis amigas.

- ¿Y crees que tus amigas son más importantes que tus obligaciones? Por una vez en tu vida haz algo bueno. No puedo creerlo, hasta tu amiga me agrada más-. Bien, fingiria que eso no le dolió.

- Eh- pensó- una de las chicas tuvo un problema con sus libros, la ayudamos y tardo algo. No fue nada más-. En realidad no era verdad, solo se detuvo en una cafetería a hablar con ellas.

No podía decirle eso, y menos de que hablaron, si supiera que sus amigas la emparejaron con aquella chica que estaba hablando la reprenderia y mandaría a un convento de monjas, esos lugares eran horribles.

- Bien, y espero que sea verdad muchachita-. Dijo con un dedo en alto.

Mark yacía parado a la par de la otra chica riendo juntos. Evelyn la miro, no pudo evitar sonrojarse y olvidarse de lo que pasó en la mañana debido a lo atractiva que se miraba en ese entonces.

Esa tarde sería un completo caos. También pensó en las palabras de la castaña, ¿era afortunada?

My honeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora