Había una vez un joven soñador que deseaba poder salir a explorar el mundo. En su espalda habían dos hermosas alas con su plumaje blanco como la nieve. Cada día se quedaba contemplando el cielo con el deseo de poder volar y salir de la isla. Cada día practicaba e hacía ejercicios para fortalecer su cuerpo y alas. Luego de muchos días, semanas, meses y años fortaleció sus alas y por fin pudo elevar su cuerpo de la tierra. Su sonrisa se podía observar a kilómetros de distancia, el joven corrió hacia su cabaña y se tiró en su cama sonriendo y trató de quedarse dormido, pero estaba tan alegre de que su sueño se iba a lograr al día siguiente que no pudo casi dormir. - Al fin mañana podré volar por los cielos e ir a otros lugares. - dijo mientras estiraba su mano hacia el techo de su habitación. Al siguiente día levanto vuelo dejando todo atrás mientras gritaba en los aires con mucha alegría. Una anciana salió de su cabaña a buscar agua cuando escuchó los gritos del joven y esta lo ve volando es entonces cuando de sus manos sale un humo púrpura y atrae hacia ella una barrita y dice unas palabras que comenzaron a crear una figura redonda en la punta de la barrita acumulando una bola de energía que disparó hacia el joven pegándole haciéndolo caer al suelo. Ella corre hacia donde cayó el y al llegar lo encuentra quejándose del dolor en el suelo con una de sus alas rotas. Ella se quedó observando sus alas con maravillas en su mirada. - ¡Que alas tan hermosas tienes! - exclamó con asombro y alegría. Su voz era finita y no muy agradable de escuchar. - ¡Por favor ayúdeme! - le dijo el joven a la anciana y está le ayudó. La anciana lo llevó a su cabaña donde le vendo su ala rota, más le daba de alimento y lo cuidaba. Luego de muchas semanas hasta convertirse en meses su ala se había curado. El joven muy agradecido con la anciana le da las gracias y corre aleteando para alzar vuelo, pero este no puede lograr despegarse ni unas pulgadas del suelo. Cae de rodillas al suelo preguntándose porque ya no puede volar cuando ve que sus plumas habían sido cortadas. El joven vuelve tristemente hacia la cabaña y come juntamente con la anciana, cuando el se va a dormir y se queda dormido ella entro a la habitación y vuelve a cortarles sus plumas y así estuvo por más tiempo hasta que el se dio cuenta y no permitió que le cortara más sus plumas. Luego de que volvieran a crecer este vuelve y corre para levantar vuelo y cuando lo logra la anciana le tira una red atrapándolo una vez en el suelo esta le hace una pregunta - ¿Porque quieres irte? - pregunto mientras lo arrastraba hacia la cabaña. - ¡Porque quiero volar alto y lejos de aquí! - exclamó el joven con enojo en su voz. - Esas alas me pertenece a mi. - culminó diciendo ella y guardo silencio hasta llegar a su cabaña. Una vez ahí comenzó a cortarle una de sus alas de su espalda. El cuchillo cortaba cada centímetro de piel y músculo haciendo que el joven gritara de dolor mientras ella se reía. El joven entre lágrimas le suplicaba a ella que se detuviera, pero no lo hizo. La noche fue larga y agonizante para el joven, el suelo estaba lleno de sangre y el joven había perdido la conciencia. La bruja comenzó a cocer las alas en su espalda, pero una vez logró pegarlas vio que no podía moverlas y su decepción y enojo hizo que lanzara el cuchillo hacia el espejo quebrándolo. Luego de mucho tiempo las alas le volvieron a crecer, en un pequeño descuido de la bruja el se escapa y levanta vuelo rápidamente y una vez pensando que se había escapado ve a un gigante y este lo atrapa con sus manos. Forcejar era un acto imposible, el gigante lo toma por sus alas y se las arrancó de su espalda y el joven cayó al río tiñendo el agua de color rojo. La bruja había creado al gigante y otras criaturas para evitar que el joven se escapara. Una vez más le crecieron sus alas, pero estas fueron una vez más cortadas. El ciclo se repetía y lo que era una vez unas hermosas alas de color blanco esta vez estaban creciendo de color negra como la noche. Su tortura continuo y el plan de la bruja en poder hacer las alas parte de su cuerpo fallaba. Luego de muchos años sin poder cumplir su sueño, este logro soltar las cadenas que lo ataban y tomó el cuchillo y cortó sus dos enormes alas el mismo. Lágrimas recorrían su rostro mientras con su mandíbula apretaba fuertemente el paño que puso sobre su boca. Una vez ambas alas cortadas este corre por todo el bosque en el medio de la noche escapándose del gigante y las otras criaturas que había en el. Luego de esconderse en su cabaña este cosió el orificio por el cual sus alas crecían, pero antes de eso tomó una planta venenosa y la dejó dentro del hueco antes de cerrar la herida. La bruja lo buscaba día y noche gritando que las alas eran de ella. En ese tiempo el joven comenzó a construir un barco cerca de la playa y cuando lo terminó lo lanzó al agua logrando salir de la isla y escapar de las garras de la bruja hasta llegar a otro continente.