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EL ESTARÍA decepcionado de verme ahora, parada en un banquita con una soga alrededor de mi cuello, con los ojo hinchados de tanto llorar y la piel pegada a los huesos.
El estaría muy decepcionado de mi.
Era la único en la que pensaba mientras me armaba de valor para empujar el puto banquito y dejar que mi cuello se rompa o morir asfixiada.
No me importaba solo quería que esta mierda de dolor terminara.
Odiaba mi casa, odiaba a mi "marido", odia mi cuerpo, odiaba a mi mamá, odiaba esta familia de mierda, pero lo que más odiaba es que el no está conmigo.
El me decía que odiar no es bueno pero ¿Que otra cosa puedo sentir por estás personas? No es fácil no odiar y es mucho más difícil perdonar.
Lo extraño lo extraño tanto, si no hubiera sido una perra arrogante con el podría haber pasado mas tiempo a su lado.
¡DIJISTE QUE TARDARÍAS UNA HORA MAS NO DIEZ PUTOS AÑOS!
Encerio lo siento, Shinichiro.
Dejas caer la banqueta y al instante sentí mi cuello siendo apretado y la falta de aire.
Incluso a pienso de morir en lo único que pienso es en tu risa y tus hermosos ojos, amado mío.
Una luz blanca segó mis ojos por completo ¿Ya estoy muerta? Al abrir los ojos me encontraba en un lugar blanco, no había nada... solo blanco.
No sé cuento estuvo ahí caminado ¿Esto se siente la muerte? ¿No hay cielo? ¿O infierno? ¿No podré estar por la eternidad con el?
De repente mi vista se puso borrosa y comienze a sentir que flotaba, ya no podía ver nada, solo escuchaba a la distancia risas de niños ¿Que carajo? ¿Estaré renaciendo?
—Sato-san, ya despierta va a comenzar el show.
¿Que?
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