Querida espina~
En lo más profundo y oscuro de una fría cueva, se hallaba una inocente rosa encadenada por hierbas, que en su desesperación por protegerla causaban que sus espinas la dañaran.
Lentamente ese par de ojos lograron comenzar a abrirse mostrando una mirada oceánica perdida. Pronto se dio cuenta del entorno en el que se encontraba. Se trataban de cadenas oxidadas, que provocaban la inmovilización de su cuerpo junto con sus habilidades. Cada vez que intentaba moverse estas ataduras perforaban su fina piel de porcelana creando cortadas que de estas emanaba un líquido carmesí.
Pronto sintio una mirada sobre el, en la esquina de aquella horrible mazmorra estaban ellos, retorciendose de alegría y gozo al ver su miseria. Festejaban el ya poseerlo entre sus brazos y no esperaban el momento de que el los amara tanto como ellos lo hacían.
El pequeño artista preso de su angustia, se dio cuenta de que ya no volvería a su antigua vida o la que alguna vez fue. También se percató que sería preso de este encierro hasta el final de sus días o hasta que los mounstruos que estaban delante de el acabarán con su misma existencia.
Junto sus unicas fuerzas y con el corazón en la boca hablo.
-¿Esto es lo que querían?- preguntó sin ánimos.
Ya no le quedaba ninguna razón por la que sus pulmones siguieran inalando y exalando aire, ya no había ningun motivo para que la sangre hirviendo siguiera circulando por sus venas, ya no había nada porque pensar, hablar, mirar, escuchar. Ya no quedaba nada por lo que su corazón siguiera latiendo, ya no le quedaba nadie por quien vivir.
-De hecho, tu fuiste el que eligio su propio destino- respondió tímidamente Shiro -Nada de esto hubiera pasado si hubieras aceptado nuestro amor.
-¿Es acaso ello lo que ustedes llaman amor? Eso no es el amor- Deidara contestaba, mientras que amargas lagrimas se deslizaban por sus blancas mejillas.- El amor es aquel sentimiento de afecto hacia a alguna persona, una razón que te hace quererlo y protegerlo hasta el final de sus días. Ustedes no me aman, ustedes me quieren y el querer es poseer.
-Dei, no nos trates como si fueramos el villano de la historia, nosotros nos enamoramos perdidamente de vos, te estudiamos meticulosamente durante meses, hasta que finalmente nos dimos cuenta de que eres el unico digno de nuestro amor y afecto- esta vez alzó la palabra Kuro, quien dialogaba con seriedad, como si cada palabra que producía sus cuerdas vocales fuera en verdad importante. -Eres el unico que vale la pena amar, intentamos llamarte la atención infinidad de veces y de diversas maneras...
-Pero lamentablemente tu cariño le pertenecía a todos menos a mi. Por eso los quitamos de nuestro camino.
El joven rubio se alertó, empezaba a conectar cabos sueltos. Y cuando por fin lo entendió, como las desapariciones o muertes de sus amigos tenían conexión con las cartas. El como el de a poco era amado por los de su entorno y como deapoco estos se fueron esfumando. Al ya notar esto
sus ojos se abrieron mostrando sin fin de emociones, enojo, tristeza, locura, delirio, asco, espanto. Había tantas que ninguno de sus 2 captores pudo descifrar cual predominaba en su pensamiento.
-Entonces...- murmuró el menor.
-Asi es- respondieron al uniso.
Y fue debido a aquella cruda respuesta la reacción del niño. Al oir la verdad su mascara llena de mentiras se desmoronó dejando al descubierto a un pequeño niño temeroso por su futuro, por lo que harían con el, este era el verdadero deidara, el que tanto ellos anhelaban ver, conocer y amar.
Deidara comenzo lentamente a sollozar por la perdida de sus tan queridos amigos. Fue entonces cuando Shiro se acerco sigilosamente al menor y lo abrazo en un intento de consuelo. El al sentirlo se desespero tratando de zafar de su agarre, haciendo que las espinas se incrustacen más en su piel, adelantando el sangrado.
-No importa cuanto luches por tu libertad, nunca podrás librarte de nosotros.
-No quiero mi libertad, quiero morirme- Deidara se habia quebrado por completo.- No me queda ninguna razón por la que seguir aqui.
-No lo pienses de esa manera, piensa que el destino te dio un nuevo proposito por el que seguir de pie, y esa razón somos nosotros.- Kuro sigilosamente se acercó al menor e imitando la acción de su hermano se fundió en un íntimo abrazo.
Su destino ya estaba sellado, pasaria el resto de sus días con dos seres caprichosos que lo demandaban a el como pareja. Y Deidara soltando su ultimo sollozo se dejó hundir en este abismo de espinas.
En lo más profundo y obscuro de una fría cueva, se hallaba una inocente rosa cubierta de espinas.
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En serio disculpen por no haber publicado desde hace tanto tiempo, pero he vuelto <3
