𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀；+18

VegasPeteKinn ft Porsche. (+18)

── ¿Cómo es que terminaste en semejante estado, Porsche?

Vegas y Kinn arrastraron al lesionado Porsche hacia la habitación que compartía con su pareja. Insistir en acompañarlos a esa fiesta, aún cuando no estaba del todo recuperado, había sido la peor idea. Pete llegó corriendo, tambaleándose un poco, con el zapato de su amigo en la mano  y lo dejó en el suelo al sentir un mareo que le obligó apoyarse en la pared hasta que recobró el equilibrio. 

── No debió haber bebido, por los medicamentos que está tomando. ── Respondió Kinn a la pregunta de su primo, acomodando a su novio sobre la cama.

── ¡Ugh, todo me da vueltas! ──Pete caminó hacia la cama y se dejó caer junto a Porsche. Sus mejillas estaban encendidas con un rubor provocado por el alcohol. Todos habían bebido mucho, pero aún estaban muy despiertos. Pete tuvo cuidado de no lastimar a Porsche mientras se hacía un lugar a su lado. El moreno solo ignoraba los comentarios de los Theerapanyakul y abrazó a su ex colega, con su brazo bueno. Había tenido un accidente en su motocicleta apenas una semana atrás, lo que le había dejado brazo y pierna enyesados. Con todo eso encima, tuvo el ánimo para salir a beber con sus amigos. Ahora se arrepentía.

── ¡Ya! Sepárense. No se abracen tanto. ──Kinn tenía ambas manos sobre su cadera, viéndolos abrazarse sobre la cama con un ceño fruncido.

── No, déjalos... Se ven lindos. ── Replicó Vegas, quien se reía de la escena mientras capturaba el momento con una fotografía en su celular. ── Los molestaré con esto por un buen rato.

── ¡Agh! Cállense. Ustedes son tan malos novios, Pete debimos quedarnos solos. ──Las palabras de Porsche salían algo enredadas y ahogadas al tener el rostro semi escondido en el cuello de su amigo.

── No, debimos quedarnos los dos. Todavía no es tarde, vamos a mandarlos al diablo, Porsche. ──Le contestó Pete, siguiéndole el juego.

Kinn soltó un bufido y Vegas se inclinó sobre la cama para atrapar los pies de Pete y arrastrarlo lejos de Porsche.

── Deja de decir tonterías y de abrazar a Porsche.  Ya es hora de irnos.

── ¡No! Me quedaré aquí con Porsche.

Vegas intercambió miradas con Kinn, sacudiendo lentamente la cabeza en negación. No podía creer lo tercos que aquel par podían llegar a ser, que de nuevo se abrazaban, ahora Pete dejando una pierna por encima de Porsche, mientras bromeaban y decían cosas sin sentido como que escaparían juntos o algo así.

── A ver, díganme... ¿Quién se la va a meter a quien si se escapan? ──preguntó Kinn, exasperado ya de aquel juego que le empezaba a provocar reacciones que no quería tener.

── ¡Yo! ──dijeron los dos al unísono, para después empezar a discutir sobre quién sería el activo en su ficticia relación.

── Pete, vámonos. Te daré una buena razón para que te quedes conmigo en casa. ──Vegas volvió a acercarse, tratando de persuadir a su pareja para que se alejara del lastimado Porsche y lo acompañara a casa. Pero tanto él como su amigo, se negaban a soltarse, riéndose bajito y cuchicheando entre ellos.

── Kinn, haz algo tú.

── ¿Qué quieres que haga? No se van a soltar, déjalos... ── Su cambio de actitud le pareció sospechoso, hacía un segundo estaba molesto con la escena, pero ahora parecía no importarle. Vegas se dio cuenta de que, más que no importarle, le gustaba.

── ¿En qué estás pensando, bastardo? ──Le preguntó. De fondo podía escuchar las risitas de sus parejas.

── No estoy pensando nada, imbécil. Solo... Están tomados, son cosas de borrachos.