Cap 05

271 34 6
                                    


El constante golpeteo del costoso lapicero sobre el escritorio de roble oscuro taladraba su cabeza.

Era lo único que resonaba entre las paredes de su oficina además de sus pensamientos.

La culpa y el arrepentimiento actuaba como sombra detrás de su cuerpo, siguiéndola a todos lados.

Una notificación apareció en la pantalla de su teléfono y la pelinegra abrió el mensaje sin dudar.

"La orden fue entregada con éxito✓"

Suspiro al ver que no era un mensaje de su esposa pero, ¿Que esperaba?

Byul sabía que la había cagado y que le costaría remediarlo. Cuando Yongsun se enojaba le mantenía la ley de hielo al menos tres días si las cosas no fueron graves. No le hablaría, no la abrazaría y mucho menos se dejaría tocar.

Eso es lo que usualmente pasaba cuando su castaña se enojaba.

Pero la verdad era que Yongsun no estaba enojada, ella estába sentida y herida.

Sin siquiera analizarlo, Byul había destrozado uno de los más grandes deseos de su esposa; el querer ser madre.

Yongsun había pensado en eso cuando se casó con el amor de su vida, se imaginó a un niño o niña jugando en el patio mientras su esposa le perseguía y ella tomaba preciadas fotografías de recuerdo para llenar el álbum familiar.

Ahora todo eso era pasado. Era solo una simple ilusión remota en el baúl de sus sueños. Una pena.

¿Pero era verdad que Byul no quería ser madre?

En los tiempos de noviazgo la pelinegra se había imaginado a Yongsun cargando a su bebé. A la imagen de su vientre hinchado siendo una aspiración para el futuro pero ahora que ni se le pasaba por la mente el recordarlo.

Molesta del propio sonido que evocaba, aventó el lapicero sobre su escritorio y apagó su teléfono.

Un toque hueco se emitió a través de la puerta que segundos después se abrió.

— Byul, te tengo unos-

La pelinegra se levantó de su asiento, su expresión dura y fría demostraba su molestia.

— Te dije que no quería recibir nada relacionado con el trabajo los fines de semana, Sandeul, ¿Acaso eres idiota?

El castaño trago saliva, está vez su jefa no estaba de humor para ninguna broma.

— Pero era una emergencia, Moon bin dijo que-

— ¡Me importa un carajo! Arruinaste mi humor ayer cuando solamente quería descansar en mi maldita casa con mi mujer.

Regañó. Tomándose un límite en la expresión de sus palabras.

— Me hubieras regañado si no te hubiera dicho.

El castaño le vio con arrepentimiento.

— Me arruinaste el humor de ayer, por tu culpa ahora estoy en problemas con mi mujer, ¡Tengo que manejar el maldito estrés, no solo de esta mierda, si no el de casa también!

Sandeul le vio confuso y hasta indignado.

— No me digas que regañaste a Yong solo porque te mandé un correo ayer.

Byul se agarró la puente de la nariz, aflojando su postura.

— Eso no te incumbe.

Sandeul, que traía unos papeles consigo lo dejó en la mesita del centro y se acercó.

— Dices que no me incumbe pero Yongsun también es mi amiga, no puedes regañarla por algo que no tiene la culpa.

Si el supiera que no la regaño, fue hasta peor.

𝐃𝐫𝐮𝐧𝐤𝐞𝐧 𝐨𝐧 𝐣𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬𝐥𝐲 (Moonsun G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora