CAPÍTULO 4

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 A Keith lo llamaron del asiento de al frente, por lo que quitó su brazo de mis hombros y se movió un poco hacia el pasillo, para poder conversar con la persona que lo llamaba, pero eso no me hizo mover de mis pensamientos. Ese chico de la mañana, Drew, era algo que no podía olvidar, llegó a mi mente así de la nada; en ese momento me puse a pensar muchas cosas, quizás el se hubiese podido sentir interesado en mí, como quizás no, por todas las tonterías que dije. Creo que estaba demasiado centrada en mis pensamientos que no sentí cuando Keith se volvió hacia mí, estaba muy cerca de mi cara cuando reaccioné.

-Stephanie Growening- se acercó para hablarme al oído - Te extrañé demasiado, no te imaginas cuanto - después de eso lo miré, obviamente con una sonrisa algo estúpida, él me sonrió también y dijo en voz alta - Me había olvidado de contarte eso que había pasado - se dio la vuelta a seguir conversando, como si de verdad hubiese sido algo normal que se había olvidado de contarme, algún chisme que sucedió mientras yo no estaba o para hablarme del estreno de una película de la cual él era aficionado.

- ¿Y recién me lo dices?- insisto, pero él solo me mira agachando un poco la cabeza hacia mi lado y muy brevemente me guiña un ojo, sólo para mi, nadie se dio cuenta. Y eso fue hermoso sólo con eso borró de mis pensamientos a aquel chico que estaba introduciéndose como un virus troyano. Ahora sólo tenía en mi cara una sonrisa, saqué de mi mochila mis auriculares y los conecté a mi celular. Durante varios minutos sólo estuve escuchando mi música, hasta que Keith me quita el auricular izquierdo y se lo pone él.

- ¿Por qué escuchas esto? ¿No te cansas de escuchar algo que no entiendes? - la música era algo en lo que no coincidía con Keith, él era amante de la música electrónica, a mi me gustaba, pero mi debilidad era la música japonesa.

- Para personas como yo, existen humanos grandiosos con cuenta en Youtube y Dailymotion que suben videos subtitulados en muchos idiomas, y ya, nos alegran la vida a muchos, no pienses que no sé qué es lo que escucho. - Keith me mira por el rabillo del ojo, y atrevidamente me quita el otro auricular y se quita el que él lleva, agarra mi celular y al encender la luz de éste, ve que necesita contraseña

-¿Código de desbloqueo? - me mira confundido - ¿me estás ocultando algo?

- ¿Qué? - lo miro alarmada

- Dime, ¿qué tienes en este celular que yo no pueda ver? - de repente mira la pantalla del celular y abre los ojos - acaso, ¿Tienes pornografía?

- ¡Oye! ¡¿Cómo crees?! - me exalto - ¡no! Eso está sólo en la computadora -río sarcásticamente

- Ya te dije que dejes eso, la única pornografía que puedes tener es la mía, ¡nada más! - me mira con ojos de advertencia - no, en serio, ¿por qué la contraseña? ¿Qué me estás ocultando? ¿Alguien te está molestando y no quieres que me ponga celoso? - el famoso puchero llega a mi vista

- Si, lo que pasa es que tu sabes, a veces no controlo mi sensualidad y pues, caen a mis pies, tu más que nadie debería saber eso - el simplemente hunde su cabeza entre su mano y después me mira

- ¿De verdad crees que me tienes loco? ¿De verdad crees que sólo pienso en ti?

-Si, no te puedes resistir - hablo como toda gran orgullosa

- Sabes qué- se saca los lentes y se frota los ojos- creo que te he confundido demasiado, el juego llega hasta aquí - eso que me dijo me asustó un poco, se supone que él debía seguir con el juego, pero se puso totalmente serio, creí que lo que decía iba en serio, ¿Qué estaba pasando?

- ¡Oye! - mi cara de preocupación me delata ante él que sólo rompe en carcajadas

- ¿Por qué siempre soy yo el que debe ceder? - añade cuando se tranquiliza, aun así no me mira sólo ve sus manos - me preocupa que estemos haciendo las cosas mal

- Oye ¿de qué hablas? No seas así, no hables así que me asustas - de verdad asusta, por siempre nuestra amistad ha sido de bromas y maltratos, por así decirlo, pero tanta seriedad  no va con nosotros, y me aterra que él esté pensando tan seriamente, no quiero que cambie, porque me gusta así, tal y como es.

-Es verdad, nosotros no somos serios, no nos tratamos así, pero - me mira fijamente y me estremezco- ¿Estamos haciendo bien las cosas?

- ¿De qué cosas hablas? Estamos bien, nos llevamos bien, así como nos tratamos estamos muy bien, deja de pensar tan seriamente, ese no eres tú y a mí no me gusta que seas serio, no quiero a ese Keith.

- ¡Aja! Lo dijiste - Se ríe y ensancha su pecho -Dijiste que me querías- con que eso era, sólo estaba bromeando, me asustó

- No dije que te quería, sólo que a ese otro Keith no lo quiero, sólo eso, no dije que al Keith de siempre lo quería - trato de no reírme pero es imposible, la risa sale de mí, y me delata - ya, pero ¿me guardas el secreto?

-Tu secreto está a salvo conmigo - se pone la mano en el pecho en forma de promesa

-Eso espero, no quiero que mañana cuando llegue al instituto me encuentre con papeles pegados por todos lados diciendo: Stephanie Growening quiere a Keith Olsen, porque en ese instante ¡te mato! -Hago un puño con mi mano derecha

-Está bien, asesina ninja, no tienes por qué preocuparte- levanta las manos en forma de rendición - aunque lo que me acabas de decir no es tan secreto ¿lo sabías?

-¿Ehh? - me asusté, Stephanie Growening no tiene sentimientos, bueno sí, pero la gente no tiene porque enterarse, no tienen porque saber que yo quiero a alguien, o que me gusta alguien

-Tranquila chica, la única persona que sabe eso soy YO-comienza a reír- adoro tu cara de susto épico.

-¡Dios!- lo golpeo en el brazo - ¡no hagas eso!

-¡Ok! Sé perfectamente que Stephanie Growening, la señorita de la cual todos hablan con respeto por ser tan callada en público, no puede tener sus secretos al descubierto, nadie tiene que saber que me quiere, sólo yo, porque tengo un- saca de su bolsillo un pequeño papel dorado- ¡boleto dorado!

- Okey, ya guarda eso - aún tenía el boleto dorado que yo le di en una ocasión -pensé que se te había perdido

- ¿estás loca? No podría dejar que se perdiera, este boleto es mi única salvación ante ti, cualquier golpe que me des y me lleve al hospital será pagado por este boleto, oh, no, así no funciona, bueno sé que algún día lo utilizaré, sé que le daré un buen uso, por eso aún lo guardo como una de las cosas más preciadas de mi vida - lo miro algo emocionada.



Una Vida De MelodramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora