Capítulo 6

16 1 0
                                    

Jimin había aprendido a poner música en el reproductor de su madre, utilizando los discos que tenía en su biblioteca.

Y no podía mentir, le gustaba el Jazz tanto o más que ella. Su canción favorita era "There's honey on the moon tonight", de Fats Waller. Su madre la ponía todo el tiempo, y él no podía bailarla porque su madre se enteraría.

Aunque su madre ya lo sabía. Escuchaba su música todos los días sin que ella la pusiera porque cuando se enteró de que Jimin era el que tomaba sus discos para poner música, lo dejó ser, porque, ¡Qué lindo, aprendió a poner música por sí mismo!

Pero Jimin no sabía lo que era la música, porque lo conocía simplemente como un sonido bonito.

Tampoco sabía lo que era bailar, porque lo conocía simplemente como mover su cuerpo mientras escucha su sonido bonito.

Y claro, uno de los pasatiempos favoritos de Jungkook era ver a Jimin bailar. A él también le gustaba el Jazz, pero no era lo que le apasionaba.

Jungkook había llegado a la conclusión de que, si él y Jimin se portaban muy, muy bien, los dejarían salir, al igual que ellos.

Y eso hizo por un año, se portó de lo mejor con su madre y su padre. Hacía todo lo que ellos querían y hasta le dijo a Jimin que hiciera lo mismo, pero él simplemente quería bailar y no creía que los dejaran salir tan pronto.

Para ellos "salir" era exponerse ante el mundo externo. Era exhibirse ante todo lo malo que había fuera de su casa. Su madre les decía que era por eso que Hanmin llegaba tan tarde y tan cansado a trabajar.

Claro, porque Sunna no trabajaba. Debía quedarse en casa cuidando de sus hijos.

—Gguk. Mira. —Un día normal, Jimin iba a mostrarle algunos pasos de baile nuevos a Jungkook, a quien le encantaba verlo. Y el hecho de que él era el único al que le dejaba ver su bonito baile, lo hacía sentir especial.

Jungkook simplemente asintió para dejar que su hermano pusiera la música y comenzara a mover su cuerpo.

Movía sus brazos y sus piernas al ritmo de la música. Debía inventar sus propios pasos ya que no tenía a nadie a quien imitar, así que no eran muy bonitos en realidad, pero Jungkook creía que eran los pasos más bonitos. Jimin sabía que podía haber más, así que practicaba frente a espejo de su habitación mientras Jungkook se recostaba en la cama y decía cosas sin sentido.

—No son cosas sin sentido, Jiminnie.

—Sí... Son.

—Lo dices porque sólo bailas pero yo estoy tratando de salir.

—Nunca. Salir.

—Si me ayudaras a seguir el plan, tal vez tú también puedas salir.

—No... Quiero... Salir.

—¿Por qué no? ¡Si papá sale, nosotros también lo podremos hacer!

—Papá... Grande.

—Mamá también es grande y papá tampoco la deja salir. ¿Y si se portó mal? ¡Por eso debemos seguir el plan, Jiminnie!

Jimin suspiró. No quería pelear más con su hermano porque lo quería. Aunque también quería salir, le importaba más su hermano y lo que le podría pasar si saliera. Él creía todas las historias que su madre y su padre les contaban, sobre los monstruos y los aviones. Ugh. Odiaba los aviones.

Así que, asintió y siguió bailando frente al espejo.

Cada semana había una pelea de ese tipo, y como no podían hacerlo frente a sus padres, ellos creían que eran los niños más amorosos y amistosos del mundo.

Pero la felicidad se les acabó pronto.

Un día, Hanmin llegó más tarde de lo normal del trabajo. Estaba exhausto. Los niños ya estaban durmiendo y él parecía que estuviera a un paso de un ataque cardíaco.

—Sunna. —Dejó su maleta en el perchero y se deslizó para sentarse en el piso. No podía caminar más.

—¡Han! —Sunna fue a socorrerlo. Quería saber qué había pasado. —¿Estás bien?

—No... —Tragó saliva antes de decir lo que nunca pensó. —Acabo de ver a Jaena... Merodeando por aquí.

Sunna estaba en shock. Creía que su esposo estaba loco con la idea de Jaena y pensó que la mujer jamás iba a querer buscar a su hijo.

—Es... Verdad.

—¿D-de qué hablas?

—Han, lo siento pero... Quería dejar salir a Jimin y a Jungkook cuando cumplieran 7 años pero...

Hanmin se levantó. No podía creer lo que estaba escuchando.

—Los ibas a dejar salir... ¿¡Sin mi autorización!?

Apenas Hanmin alzó la voz, Jungkook despertó. Tenía un sueño muy liviano a diferencia de su hermano que no se despertaba con nada.

Jungkook había puesto su oído en la puerta para escuchar. Nunca creyó que escucharía todo eso.

Obviamente nadie se dió cuenta, y cuando Hanmin le estaba pegando a Sunna ya era demasiado tarde.

Jungkook no sabía lo que pasaba, porque nunca había escuchado algo así. Sólo escuchaba a su madre llorar y gritar y se preocupó bastante por ella. Tal vez le mienta, pero era su madre y la quería.

Hanmin le estaba dando puñetazos en la cara, dejándole a Sunna hematomas que no se quitarían en bastante tiempo.

Se había quitado su cinturón y le daba golpes en la espalda con la hebilla. Le había dejado la piel rasguñada, abierta.

Cuando terminó, Hanmin tampoco creyó que estaba haciendo tal cosa.

Jamás lo había hecho, pero cuando se enojó tanto porque Sunna quería dejar salir a los niños, no pudo contenerse.

Hanmin jamás le había levantado la mano a nadie y mucho menos le había pegado a nadie.

Sunna estaba sumisa ante él, con moretones en la cara, la espalda y los brazos, mientras lloraba y le rogaba que parara.

Pero Sunna lo sabía. Sabía que si estaba con un hombre, cualquier cosa que lo enfadara lo hacía pegarle, porque su madre y su padre también eran así.

Cuando su madre decía algo que a su padre no le gustaba, le pegaba. Cuando su madre hacía algo que a su padre no le gustaba, le pegaba. Cuando su madre iba a algún lugar que a su padre no le gustaba, le pegaba.

Y así era todo el tiempo. Su madre con moretones en los brazos ya que los de la cara se los tapaba con maquillaje.

Sunna era consciente de eso, aunque su padre nunca le pegaba porque según él, ella era su "princesita".

Sunna sabía que era normal lo que su esposo hacía con ella ese día, así que lo dejó pasar y se volvió sumisa ante él, y prometió que jamás haría algo que él no quisiera.

—Levántate. Sírveme la comida, que llego con hambre.

Sunna sólo asintió y se levantó como pudo para ir a la cocina y servirle la comida que había preparado con tanto esfuerzo y cariño para él. Ahora se sentía patética por llamarlo así.

𝙉𝙤𝙩𝙝𝙞𝙣𝙜 𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙐𝙨 (𝘫𝘫𝘬+𝘱𝘫𝘮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora