Has sentido un hueco en tu corazón, como si tu pecho se oprimira con fuerzas, como si te faltara el aire, has sentido que por más que te levantas tus piernas pierden fuerza, tiembla como muñeco de tela.
Has sentido que por más que buscas el sentido de continuar, el proceso duele y no puedes dejar de sufrir. Que un día te sientes genial, y ese mismo día te ahogas en tu paradoja existencial.
Así se sentía Carlos, parado esperando explicar su estupidez. Sí, él sabía que había hecho todo menos lo necesario para mantenerla a su lado. Lo intentó y jamás actuó con malicia, tampoco quiso que le odiase. Simple y sencillamente erró en sus decisiones. No, no fueron las más adecuadas. Ahora experimenta ese dolor desgarrador en el pecho, sabe que pasará, sin duda, esto no será para toda la vida. Pero también sabe que fue su error, sabe que por más que intente sanarlo lo recordará como la vez que la tuvo, la dejó ir e hizo idiotamente lo necesario para alejarla de su lado.
Ahora, Carlos espera afuera de un portón negro, solo 5 minutos para decirle: Te quiero, perdóname y hasta pronto.
Cuántos de nosotros hemos sido Carlos en alguna ocasión. Tú que has hecho, en situaciones de dolor.
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Lo que veo, Una mirada al mundo
De TodoUna perspectiva del mundo, historias aleatorias inspiradas en personajes que veo en mi vida, en la calle, en el super, el jardín, y que me inspiran a ser personajes de historias.
