Baekhyun frotó su rostro ahuyentando el sueño que le impedía levantarse y abandonar la suavidad de su cómoda cama. Observó el reloj digital en el buró junto a la cama y no le quedó opción más que levantarse e ir a su empleo como psicólogo en la facultad de artes de la universidad, superó la pesadez de su cuerpo por el escaso descanso, tenía menos de cuarenta minutos para checar la entrada si no deseaba recibir el descuento por impuntualidad en la nómina.
Se apresuró a vestirse poniéndose la misma ropa del día anterior; un chaleco café con una camisa blanca debajo y unos pantalones marrones, cambiando únicamente el abrigo beige por uno negro. Al pasar por la habitación de su invitado la puerta estaba abierta, la cama no parecía haberse usado, entró, todo parecía igual que la noche anterior, sin rastro de que alguien hubiera dormido ahí ¿había dormido sin moverse? ¿Había limpiado antes de salir? No había rastros de él...
La preocupación lo invadió, incluso sintió miedo ¿Y si se marchó mientras él dormía? ¿Y si lo atraparon? ¿Y si estaba de nuevo herido? Miles de posibles escenarios cruzaron por su mente, cada pensamiento más oscuro que el anterior, se sentía al borde de un ataque de ansiedad, su retraso al trabajo quedó olvidado y lo buscó incluso en el interior del clóset, no lo encontró. Se obligó a calmarse y oyó gotas de agua cayendo. El baño ¿Cómo pudo omitir eso?
La puerta estaba abierta dejándole ver al híbrido lavándose el rostro, soltó un largo suspiro que le regresó el alma al cuerpo, se recargó en el marco de la puerta agradeciendo mentalmente a todo ser supremo por dejar que el castaño continuara en su hogar a salvo.
- ¡Dios, me has dado un susto! –Exclamó el castaño al mirar su reflejo en el espejo y notar la presencia del angelical pelirrojo.
-Tú fuiste quien me ha dado un susto a mí. –Se defendió. -Creí que te habías marchado.
-No soy tan imbécil como para irme. –Dijo el hibrido sin evitar reír, para ponerse serio y añadir. –Sé que estoy en peligro, así que no haré nada riesgoso que pueda preocuparte.
El pelirrojo asintió a sus palabras, apartándose de la puerta cuando él se acercó creyendo que saldría, no se esperaba que levantara la mano para acariciar fugazmente su cabello, fue un simple gesto, pero su cuerpo reaccionó sonrojándose hasta el cuello. Avergonzado evitó mirarlo metiéndose al baño para lavar su rostro e intentar bajar el tono rojizo, cosa imposible pues al pensar en Chanyeol luciendo demasiado atractivo por las mañanas su sonrojo se intensificó.
Arregló su cabello con sus dedos preguntándose cuál era la impresión que tendría el híbrido de él ¿lo encontraría atractivo también? Le gustaba pensar que sí. Colocó su colonia favorita mirando la hora en el reloj de su muñeca rogando no encontrar tráfico para poder llegar a su empleo en los veinte minutos que le quedaban.
Se dirigió a la sala y tomando el maletín percibió un delicioso aroma proveniente de la cocina, solo cuando sus padres lo visitaban el olor de la deliciosa comida casera llenaba su hogar pues él era pésimo en eso, teniendo que alimentarse a base de comida para llevar o por gracia de sus amigos Kyungsoo y Minseok quienes sí tenían dotes culinarios y ocasionalmente lo compartían con él.
- ¿Qué estás cocinando? -Cuestionó al llegar a la cocina.
-Son solo panqueques.
-Lucen deliciosos. -Dijo saboreando el contenido del plato ansioso por comer, al no recibir una invitación a probarlos añadió. -Debo irme, si necesitas algo puedes llamarme al número que dejé en mi recamara.
-Baekhyun -El híbrido sujetó por la muñeca a su ángel salvador evitando que saliera de la cocina. -cociné para ti, por favor pruébalos.
-Gracias. –Le dijo una vez que lo miró notando un sonrojo en el rostro contrario.
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Atrapado en ti
RomantikBaekhyun es un joven psicólogo con una vida tranquila, para nada interesante. Creyó que sería aburrida para siempre, hasta que, en medio de la noche, escucha ruidos fuera de su departamento, al bajar se da cuenta que se trata de un pobre hibrido leó...