Alan.

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Él, con su blanca sonrisa,

enamoro al mundo.


Nadie sabia,

lo que alguien puede llegar a sufrir.


Alan,

desde ese día ya no es el mismo.


Su sonrisa se apago,

el mundo lo olvido.


Y su silencio,

lo asusto.


Dejo de comer,

de hablar.


Sus ojos se apagaron,

el brillo lo dejó.


Se acostó en su cama,

y lloró.


Porque,

hasta los más fuertes en algún momento

caen.

Sad teens with Happy faces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora