Pain

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Luego de algunos meses de haber trabajdo juntos, e infinidad de citas desatrosas, empezaron una especie de relación. No sabía como describirlos aun, solo estaban juntos y ya, sin etiquetas. Solo ellos 2, y eso bastaba.

Casi no lo podía creer, al fin tenia algo bueno en su vida llena de horrores, un poco de calma en todo el caos, alguien que le dió otra oportunidad de empezar de nuevo y mejorar cada dia. Era casi como un ángel, la mejor amante y amiga que alguna vez pudo imaginar, una compañera de vida, su alma gemela.

Aunque no todo era color de rosa.

Era un balsamo para su dolor, más no una cura, seguía sin poder sanar del todo sus heridas y cada noche lo atormentaban las mismas pesadillas; Gente que mató siendo el soldado del invierno, llamándolo asesino, mientras no paraba de escuchar sus gritos y sus suplicas. Incluso, algunas veces, eran de gente que quería saliendo herida o directamente muriendo, siempre a manos de el.

Aun asi, con Yelena a su lado, sabía que contaba con alguien que no juzgaría su pasado, y que hacía que todo alrededor desapareciera, transmitiendole paz y dandole animos para seguir adelante.

Pero a pesar de su tiempo juntos, y de lo mucho que había avanzado la relación, jamás habian dormido juntos, ambos tenían sus respectivas residencias y no vieron necesidad de compartir techo, al menos no por el momento. Y es que Bucky no quería que lo viera teniendo pesadillas.

Tuvo que hacer una excepción una noche que se quedaron hasta tarde en casa de Yelena, trabajando en un caso que era de Sam. Aunque el les dijo que no era necesario, decidieron ayudarle un poco, ya era suficiente la responsabilidad que tenía tratando de liderar el equipo y orientar a los nuevos reclutas, lo menos que podían hacer era aligerar un poco la carga.

Bucky ya comenzaba a sentir los parpados pesados, y su compañía le ofreció quedarse a dormir con ella, alegando que no lo dejaría manejar con sueño. Sabía de sobra que era inutil tratar de hacerla cambiar de parecer, y accedió.

Al principio trató de no quedarse dormido, y se dedicó solo a observarla y acariciar su cabello, pero al final el cansancio le ganó.

Más temprano que tarde se arrepintió.

Había visto imágenes espantosas en su vida, pero esa sin duda era la peor. Su dulce Lena, estaba tendida sobre la cama, con un corte profundo en el cuello, las sábanas de seda manchadas de sangre, y peor aun – Si es que podía serlo –, el estaba empuñando el cuchillo que la había matado, lo sabía por que estaba manchado con su sangre. El la había matado:

-Lena... ¡Lena!-Soltó el cuchillo y acarició su rostro con desesperación, buscando cualquier señal de vida, sin encontrar nada. Ni latidos, ni respiración-Mi vida, por favor, háblame...-Cada segundo que pasaba sin reaccionar, solo aumentaba su ansiedad y ese espantoso nudo en su garganta-¡YELENA!

Despertó con una presión muy fuerte en el pecho, y sus mejillas empapadas con lágrimas y sudor. Su primer instinto fue girarse al lado de la cama donde dormía Yelena, y suspiró con alivio al verla ahi, sana y salva, durmiendo tranquilamente, y también por saber que no se había dado cuenta de su pesadilla.

Rodeó su cintura con su brazo y la pegó más a su cuerpo, y la rubia se giró aun medio dormida y lo abrazó de vuelta. Pudo sentir como el alma le volvía al cuerpo cuando logró escuchar los latidos de su corazón y sentir su pecho moviéndose, señal de que respiraba:

-Buck...-La rusa se extrañó al notar un cambio en la respiración de el castaño y frunció el ceño aun sin abrir los ojos-¿Estás bien?-Cuando agudizó sus sentidos, se dió cuenta de que estaba llorando-James...-Se separó de el solo para encender la lampara de noche y lo rodeó con sus brazos-¿Que pasa?¿Que tienes?

No pudo responder, solo se aferró a ella como si fuera a desaparecer en cualquier momento:

-Shh... Está bien, está bien-Acarició su cabello con cuidado y le susurró palabras tiernas para tratar de calmarlo, pero el no podía parar de llorar.

-Creí que te perdía... Te hice daño-Entonces Yelena entendió lo que le estaba pasando, pesadillas.

-Hey-Se separó de el y lo hizo mirarla a los ojos-¿Me ves? Estoy aqui, y estoy bien-Limpió sus lagrimas con sus pulgares-Y tu jamás me lastimarías, de eso no tengo duda-Le dió un beso en los labios y volvió a abrazarlo-¿Por que no me contaste que estabas pasando por esto?-Preguntó luego de un largo suspiro.

-¿Como se le dice eso a la gente?-Escondió su cara en el pecho de la chica, dejando que siguiera acariciando sus mechones castaños-No es tan facil.

-Bueno... Pero yo no soy gente, soy tu novia. Sabes que entenderé mejor que cualquier otra persona, puedes decirme lo que sea.

-Lo se-Se permitió perderse en la escencia natural de la mujer que amaba para calmarse.

Por que siempre, al final del dia, sabía que ella estaría ahi para sostenerlo, para borrar cualquier pensamiento oscuro que pudiera aparecer en su cabeza, para ser su ancla, para preocuparse por el, hasta cuándo el no quería que lo hiciera.

Al final, solo estaban ellos 2, luchando.

Bucky y Yelena OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora