Teacher's Pet

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Ese día en la habitación roja fue posiblemente el más importante para las candidatas, el mismísimo soldado del invierno iba a entrenarlas por una temporada. Por lo que sabian, hubo una negociación con HYDRA, hicieron un intercambio temporal, ellos entregaron a una de sus viudas más destacadas, y asi les entregaron al soldado.

Eso solo podía significar una cosa, las iban a presionar el doble, de hecho, les advirtieron encarecidamente que no iban a admitir ningun error, por minimo que fuera; Despertaban más temprano para llegar antes a la sala de entrenamientos y no quedar mal con el nuevo entrenador, y cumplían cada una de las órdenes del hombre al pie de la letra sin poner pero.

El tiempo pasó y crecieron los rumores acerca de el; Decían que el estaba detrás de crimenes famosos como el asesinato de John F. Kennedy, La Dalia Negra, incluso unas decían que el era Jack El Destripador, pero todo era solo disparates que inventaba la gente.

Pero había uno en especial que no parecía ser un simple rumor, pues había muchas chicas que aseguraban que era cierto. Ellas decían que el soldado acostumbraba seducir a las candidatas, y cada vez más eran las que decían haber estado con el. Para final de mes, más de la mitad ya habían pasado por su cama.

Pero había una por la que mostraba una especial interés, una joven de cabello rubio; Yelena Belova. La chica había sido separada de su hermana a los 6 años, y llevaba en el programa casi 13 años. Jamás se equivocaba, y solo obedecía sin hacer preguntas.

Y sin darse cuenta, poco a poco, comenzó a verla de otra manera. Ya no como estudiante, sino como mujer.

No salía de sus pensamientos desde que despertaba hasta que se iba a dormir. Fantaseaba con tenerla entre sus brazos, besar hasta el cansancio cada centímetro de su cuerpo. Aunque estaba convencido de que jamás sería posible, pues su tiempo en la habitación roja se agotaria, y se conformó con no tocar, solo admirar a una belleza.

Siempre esperaba con ansias que llegara la hora de ir a la sala de entrenamientos para poder verla y estar cerca de ella, y al final de las sesiones, no le quitaba la vista de encima hasta que se iba y llegaban los otros grupos.

Pero una noche, eso cambió.

Yelena cometió un error que casi pone en riesgo la misión a la que la enviaron; Bajó la guardia y el objetivo estuvo a punto de escapar. Por suerte todo salió bien, pero eso no la salvó de que la reprendieran por eso. Como castigo, le ordenaron quedarse hasta tarde entrenando con el soldado del invierno para no volver a equivocarse en combate. A el le dieron instrucciones de ser más severo que en los otros entrenamientos, y que no tuviera consideración.

Aunque en todo el entrenamiento, la rubia demostró ser casi tan buena como el, esquivando sus ataques con una velocidad que lo sorprendió. Aun si, siguió las ordenes que le dieron hasta atinarle una patada justo en el estomago:

-¿Estás bien?-De inmediato se acercó para auxiliarla.

-No es tu trabajo preocuparte-Se incorporó restandole importancia.

-Belova, el general dice que ya puedes retirarte-Avisó uno de los guardias-Soldado, acompañala a su habitación, no queremos otro inconveniente.

Obviamente no habia puesto en riesgo solo la misión, si no también la confianza que le tenían, y la tendrían vigilada por lo menos unos dias más.

-Si, señor-Aceptó el soldado.

En silencio, Yelena comenzó a quitarse las vendas que había puesto en sus manos para guardarlas, mientras que Barnes se quitó la playera de manga larga que ya estaba sudada y se sentó en una de las bancas para esperarla y descansar un poco.

Bucky y Yelena OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora