Despierta, hija de la luna.
Abrí los ojos al escuchar esas palabras, estaba en un lugar oscuro y frío, apenas iluminado por la luz de la luna que entraba por lo que pensé que era la entrada de una cueva. No sabía cómo había llegado ahí, solo que la noche anterior me encontraba paseando por el bosque, como de costumbre, con mi libreta de dibujos y una linterna. Creí haber llegado a casa, cenar pizza con mi madre y acostarme, pero esto parecía muy real; sentía como me dolía la cabeza y el cosquilleo que tenía en todo el cuerpo, la sensación del viento frio y el tacto de la tierra en mis manos.
Sin entender bien que estaba pasando me puse en pie, algo aturdida por la situación. Me acerqué a lo que era la entrada de la cueva pero no me asomé, porque delante mio había un abismo. Di unos pasos atrás y miré por alrededor intentado ver como salir, que estaba pasando y como llegué ahí, cuando de pronto sentí que algo venía hacia a mi despacio. La cueva parecía estar sumida en la oscuridad, así que no lo vi hasta que lo tuve a poco menos de tres metros y no entendí como no pude verlo antes; un enorme lobo plateado, y digo enorme porque sus hombros estaban a nivel de los míos, solo que yo estaba de pie midiendo 1.74, y el estaba a cuatro patas con la misma altura. Me quedé boquiabierta observándolo, era como si su largo pelaje brillara con la tenue luz de la luna, sus patas eran enormes como rocas y entre ellas habían unas uñas blancas, gruesas y afiladas, su gruesa cola se movía tranquilamente al son del viento, y tenía unos ojos amarillos que me miraban fijamente, como si pudiera leer más allá de mi mente. Me quedé paralizada, sentí como una ola de miedo y confusión nublaban mi mente y tensaban mi cuerpo, pero al mismo tiempo, no sé como, me sentía tranquila y conectada con esa criatura.
- Hola, hija de la luna. - Dijo el lobo plateado.
Espera, ¿que?, ese lobo me acababa de hablar, ¿qué coño había sido eso?, pensé en que había sido por el encuentro insuperado, hasta que él continuó hablando.
- Sé que debes estar confundida, pero no tengo mucho tiempo. - Tenía una voz fuerte y cálida - Mi nombre es Ankor y soy el protector de Theïkí, la piedra lunar. Ahora mismo estás aquí para convertirte en mi sucesora, Tsukuyomi.
- Espera, ¿sucesora de qué? - la confusión y el miedo anteriores se desvanecieron ante esas palabras - , ¿qué es esa piedra?, ¿por que yo debo convertirme en la protectora de esa cosa?, ¿y por qué coño hay un lobo que sabe mi nombre hablando conmigo en una cueva?
- No hay tiempo para preguntas, Tsukuyomi, solo te diré dónde estás y qué es la piedra lunar, lo demás lo deberás descubrir por ti misma. Ahora te encuentras en el mundo de los sueños, un lugar en el que solo puedes acceder dormido y con un alto nivel de poder espiritual, o siendo invocado. Ahora mismo ese es el caso, Tsu, yo te he invocado para que inicies tu destino de ser la protectora de Theïkí, una parte de la luna que calló hace cientos de años en la Tierra y aterrizó en medio del bosque, fue absorbiendo poder y energía natural hasta convertirse en algo tan peligroso como hermoso, dependiendo de quien la use. Su historia y tus demás preguntas te serán respondidas, pero todo a su debido tiempo. - sus ojos se entrecerraron para mirarme en un tono de advertencia - El momento de la batalla por el poder de Theïkí se acerca, habrá una guerra para conquistar su poder y tú debes despertar los tuyos para protegerla. La luna te guiará, solo tú puedes encontrarla, y si no lo haces las criaturas oscuras tomarán su poder.
Todo esto era muy confuso, ¿el mundo de los sueños?, ¿yo invocada por un lobo?. No sabía que pensar, si los lobos podían hacer algo así o la pizza que me había cenado estaba caducada.
- Vale, ahora esto si que es raro. Entonces ¿debo encontrar una piedra caída de la luna?, ¿y como se supone que la voy a encontrar si está en medio del bosque si aquí no hay nada más que bosques? Eso del mundo de los sueños está guay, ¿puedo hacer lo que quiera?, ¿pero y lo de despertar mis poderes?, eso mejor es todavía. - Mi cara iba pasando entre reacciones de confusión e interés.
- Tsukuyomi, desde cachorra has sido así de apática, pero se avecinan tiempos de cambios y guerras por un poder inmenso. Vas a enfrentarte a muchas cosas y descubrir nuevas verdades, pero no debes desviarte de tu camino; debes cumplir tu cometido y te estaré observando para que así sea. Ahora es momento de despertar, en todos los sentidos. Recuerda, cachorra, encuentra la piedra y protégela, si no lo consigues, pagarás con tu vida.
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La protectora de Theïkí
FantasyDumah (lobizons, kitsunes y chubbys) deberán librar una guerra contra los Abyssus (demonios vengativos) para ver quien se queda con el poder de Theïkí, mientras que Tsu, nuestra protagonista, se enfrenta a las verdades que su madre le contará para...