Desperté en mi cama, no sabía cuanto había dormido o cuanto tiempo había pasado, pero no quería salir de mi habitación. No me daba miedo la situación que acababa de pasar, ósea si, pero yo siempre he sido una tia muy valiente y arriesgada, lo que me daba un cierto miedo era la incertidumbre de lo desconocido. Llevaba desde los 8 años viviendo en esa casa, y casi todos los días solía irme sola a pasear por el bosque; siempre he trepado hasta la copa de los árboles, me he escondido en madrigueras cuando no quería comerme el brócoli, he corrido con los conejos o corzos que me cruzaba por el bosque... ¿pero animales que parecían muertos, olían a podredumbre y tenían los ojos rojo carmesí? Nop, por ahí no. Eso sí que no lo había visto antes, y es lo que me causaba ese miedo hacia lo desconocido, sin tener en cuenta esos lobos que de casualidad estaban ahí y me dieron la oportunidad de huir, aunque me pegunté por qué en las últimas dos semanas había visto a un lobo en mis sueños y ayer tres en el bosque. Después de un buen rato conseguí levantarme de la cama, me fui al baño y me pegué una buena ducha para quitarme la tierra de la noche anterior. Al acabar volví a la habitación a ponerme un chándal y abrí las persianas para que me diera un poco el sol, aunque lo único que vi fue un cielo empezando a teñirse de estrellas. Agarré el móvil de mi cómoda y vi que eras las 22 pasadas, por lo que había estado durmiendo todo el día, supongo que a causa del shock y el cansancio; vi que tenía algunos mensajes del grupo que tenía con Becca y Noah y les eché un vistazo:
N 10:37 - Buenos días, zorronas. He estado mirando el tiempo que hará en Austria y tiene pinta de sol y chicos guapos, ¿cómo lo veis?
B 12:18 - Buenos días, reina de las zorras. Aún quedan dos semanas, aunque en mi móvil pone que va a haber fiesta y locura, ¿tú que dices Tsu?
. . .
N 18:54 - Parece que Tsu debe estar perdida en el bosque otra vez, aunque creo que en su móvil debe poner algo como... ¿turismo y dibujo?, mejor hagamos como que su móvil no funciona.
Perdida en el bosque, ¿eh? - pensé - puede que haya sido algo así, perdida en mi mente.
. . .
B 20:46 - Tsu, cariño, sé que te gusta desconectar y tal pero ya son las 20 y no nos has dicho que tiempo hará en tu móvil, ¿todo bien?
T 22:12 - Buenas noches zorras-senseis. Perdón por no contestar, se ve que anoche pillé frío en el bosque y ahora estoy un poco destemplada, si no contesto es porque estoy combatiendo un virus salvaje. Aunque lo de Noah no suene tan mal, por lo del turismo y tal... aunque igual me planteo pasar por alguna discoteca.
Sonreí al ver los mensajes, la verdad es que Noah tenía razón, mi block de notas del móvil estaba lleno de museos, lugares turísticos y sitios idóneos para dibujar el paisaje; aunque también tenían razón en que debería salir y desconectarme un poco, sobre todo después de lo ocurrido. Dejé el móvil de nuevo en la cómoda y pasé por la habitación de mi madre para hablar con ella, pero no la vi, así que bajé las escaleras para ver donde estaba, pasé por el salón y me acerqué a la nevera para buscar algo de comer, y entonces encontré una nota en la puerta de la nevera:" Buenos días cachorra - hacía tiempo que no me llamaba así, y recordé como el lobo del sueño me dijo lo mismo-, he ido al pueblo de al lado a buscar a alguien que te puede ayudar y te dé respuestas sobre lo que pasó anoche. Espero que hayas podido descansar, tienes sopa de pollo en la nevera y pan en la despensa, también te he comprado unos muffins de chocolate. Por favor, cómete todo y sigue descasando, yo volveré mañana al amanecer. Te quiero. "
Me calenté la sopa, agarré el pan y me senté en la mesa de la cocina a releer la nota, ¿pueblo de al lado? Alrededor de Førde solo estaban Havstad y Bruland al sur y Naustdal al norte, y como mucho tardas en llegar a cada uno unos quince minutos en coche desde Forde, así que podrías ir en bici perfectamente; al este y oeste solo habían bosques frondosos, hileras de montañas enormes y largos ríos que desembocaban en lagos esparcidos por todos lados. No entendía por qué iba a tardar un día en volver si los pocos pueblos que habían estaban tan cerca, tampoco sabía quien era esa persona que podía ayudarme y por qué mi madre debía ir a buscarla, aunque supuse que fue porque era yo quien necesitaba respuestas, y no la persona misteriosa. Pero todo eso también quería decir que mi madre sabía qué estaba pasando; si ella iba a buscar a alguien que pudiera ayudarme, cómo es posible que supiera quién era, dónde se encontraba y que tenía respuestas sobre lo sucedido. Otra vez sentí que no sabía que estaba pasando, así que simplemente intenté dejar mi mente en blanco para relajarme un poco, dejé la nota a un lado de la encimera y me quedé unos segundos sin saber que hacer, hasta que me rugió la barriga y me acordé de la comida. Volví a calentar la sopa ya que se enfriado bastante y me la comí con un buen trozo de pan; cuando terminé lavé los platos, agarré los dos muffins y volví directa a mi habitación. Dejé la persiana abierta para poder despertarme con el sol y me vi un par de capítulos de Black Mirror, el primero mientras comía los muffins y el segundo antes de quedarme dormida.
Me desperté con la luz del sol acariciando mi rostro y por un momento me sentí relajada, hasta que recordé que mi madre debería haber llegado. Desperecé el cuerpo y me levanté de un salto, fui al baño para acicalarme, y mientras bajaba las escaleras, me vino ese aroma a café recién echo, eso quería decir que mi madre ya estaba en casa.
- ¡Mamá! - le llamé mientras pasaba por el salón e iba a la cocina - Ya has llegado, estaba preocupada, ¿cómo ha ido el...? - me callé de golpe cuando vi la figura de un hombre sentado en la mesa al lado de mi madre - Oh, hola. ¿Quién es usted?
- No hace falta que me trates de usted, Tsu. Soy tu tío James, has crecido mucho desde la última vez que te vi. - me dijo con una voz grave y media sonrisa.
¿Mi tío? Yo no sabía que tenía un tío, ni si quiera me acordaba de esa persona. Era un hombre tan alto como mi padre, pasando el metro ochenta, y parecía mayor que él; era corpulento, tenía el pelo negro y una barba descuidada. Me dedicó una sonrisa amable e intenté pensar en cuándo fue la última vez que le vi, sin lograrlo recordar.
- La última vez que lo viste fue cuando nos ayudó con la mudanza al venir a Førde, - dijo mi madre, como si me hubiera leído la mente - tenías cuatro años, es normal que no te acuerdes de él. Por si no lo parece, aunque creo que se parecen demasiado, es el hermano de tu padre, James. Ven, siéntate a desayunar con nosotros. - me invitó con la mano a sentarme.
Me dirigí la mesa de la cocina con ellos, dudando en si sentarme o no ya que me sentía bastante incómoda, pero el hambre y las preguntas ganaron a la incomodidad, así que me senté con ellos. En la mesa habían tres tazas, una cafetera bien cargada, un poco de leche y azúcar; magdalenas, embutido, rodajas de tomate y pan, unas uvas y alguna mandarina. La verdad es que pocas veces mi madre preparaba una mesa tan contundente para desayunar, aunque creo que la situación lo merecía.
- Si, así es. Yo era el hermano mayor del loco de tu padre - empezó a hablar James cuando me senté en la mesa -, aunque teníamos seis años de diferencia él siempre intentaba hacer lo mismo que yo, así que más de una vez acabamos en el hospital por algún hueso roto o heridas, era como un lobo salvaje.
No entendía las referencias con los lobos en esta familia.
- Seis años... así que tu ahora debes tener unos... 50? Pareces mayor, la verdad. - James se echó a reír ante esa declaración y mi madre puso una mirada de advertencia. - ¿Y hay más familia de la que no me acuerde o solo somos nosotros tres?
- Tsu, por más que no recuerdes a tu tío creo que deberías tener un mínimo de modales. Sólo estamos nosotros tres - dijo con un tono suave -; sabes que mi madre me crio sola y murió de enfermedad cuando yo tenía 19 años, y los padres de James y Matthew murieron en un accidente de coche. Así que como solo tienes a tu tío, al menos podrías ser más simpática.
- No pasa nada Yamira, Tsu siempre ha sido así de honesta. Aún me acuerdo cuando después de la mudanza, todos nos sentamos en la mesa, y Tsu le dijo a Matthew que si seguía comiendo tanto iba a quedarse gordo como un elefante.
Yo no me acordaba de eso, pero sonreí igualmente; siempre he ido con la verdad por delante.
- Bueno, se ve que tengo un buen historial. ¿Por qué no he sabido nada de ti durante estos años?, ¿dónde has estado? - mi sonrisa desapareció para tornarse en unos labios fruncidos.
- Siento mucho no haber aparecido en todos estos años, Tsu. - desvió la mirada hacia su taza de café - La muerte de tu padre me afectó bastante y encerré mis sentimientos durante muchos años; me mudé al este de Førde y para cuando empecé a sentirme mejor había pasado tanto tiempo que no sabía como volver. Pero bueno, - volvió a mirarme a los ojos con otra media sonrisa -ahora ya estoy aquí, y no pienso separarme de la familia que me queda.
- Es normal, James, la muerte de Matthew nos afectó a todos, y al ser tu hermano es normal que necesitaras un tiempo. - le dijo mi madre mientras le ponía una mano en el brazo en modo de apoyo - Lo importante es que ahora estás aquí, y nosotras tampoco vamos a dejar que te marches.
A mi madre y a mi todavía nos seguía afectando la muerte de mi padre, porque le echábamos de menos; sus bostezos y risas altas a primera hora de la mañana, los días de picnic en el bosque, su habilidad para "comunicarse" con los animales y hacer que nos enseñaran sus madrigueras... Habías muchas cosas de él que hacían que los días fueron especiales y, aunque mi madre y yo estábamos muy bien juntas y seguíamos pasando buenos momentos, nos faltaban su abrazos cálidos y sus bromas tontas.
- Está bien, me alegro de volver a tenerte en mi vida, - le dediqué una mirada comprensiva - aunque creo que no has venido para eso, ¿verdad, tío James?. Mi madre dijo que iba a buscar a alguien que me diera respuestas, y tengo muchas preguntas. - En ese momento James y mi madre cruzaron la mirada, sabiendo que yo no me iba a quedar con una verdad a medias.
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La protectora de Theïkí
FantasyDumah (lobizons, kitsunes y chubbys) deberán librar una guerra contra los Abyssus (demonios vengativos) para ver quien se queda con el poder de Theïkí, mientras que Tsu, nuestra protagonista, se enfrenta a las verdades que su madre le contará para...