¡¿QUIÉN ERES?!

CAPÍTULO 7

Me encanta ir de compras, me emociona más saber que tendré un clóset nuevo al estilo neoyorquino.

Kenzo y yo vamos en en el carro que le dio Amanda, vamos escuchando Come with me now a todo volumen mientras la cantamos a todo pulmón. Una vez que llegamos a la ciudad universitaria nos dirigimos a mi residencia para que cada quien se pueda ir a arreglar a sus tiempos.

Me despido de Ken y me adentro a mi residencia donde escucho murmullos sobre la bendita fiesta. No se porque están todas muy emocionadas, tal vez es porque es la primera en hacerse antes de ingresar al ciclo escolar.

No estaba muy segura de ir pero después de hablarlo con mi mejor amigo me convenció. Pero hay algo que me incomoda de los dos tipos que vi en la tarde. No he dejado de pensar en ellos. Hay algo que me hace querer acercarme, en especial al castaño.

Escojo mi outfit, será un vestido color amarillo que tiene dos transparencias una en cada lado de las piernas, me decido por unas zapatillas del diez, soy alta pero me gusta que se luzca mi figura.

Me veo en el espejo y me gusta lo que veo, me decido hacerme una cola alta de caballo, quiero que luzca mi vestido. Es un vestido muy llamativo y a decir verdad me gusta vestir así; es de un dorado que hace parecer que tiene incrustaciones de oro, es medio transparente pero que importa es una fiesta no una gala donde tenga que lucir recatada, mi cabello a pesar de estar recogido me cae por la espalda hace contraste con el vestido ya que mi cabello también llama mucho la atención.

Optó por un maquillaje sencillo, como me gusta ponerme pestañas siento que no es tan necesario mucho maquillaje.

Me gusta verme bien, siempre trato de verme presentable no porque sea pretenciosa lo hago con el fin de que si me ven bien por fuera no quieran escarbar en lo profundo de mi y vean lo mal que estoy por dentro.

En ocasiones siento que no es suficiente lo que soy o lo que tengo. Se me enseñó que siempre tenía que sobresalir en todo, tanto en lo académico como en mi vida personal. Que no tenía que mostrar mis sentimientos porque con estos me podrían hacer daño.

Una vez mi abuelo Dimitri me dijo cuando estaba de vacaciones en Rusia, que no le tuviera tanta estima a la humanidad, que las personas van y vienen, son malas por naturaleza, entre menos le tenga cariño a las personas que me rodean mas fácil seria llevar esta vida, después de ese consejo me dijo que fuera por Alek, que tenía un asunto pendiente con él por haberme empujado.

Mientras recordaba me dirijo a la puerta de mi habitación escucho que aún había mucho ruido por los pasillos pero me llamó la atención uno en particular.

Eran unas chicas que murmuraban sobre alguien.

– Me gustaría ver esos ojos azules como el mar.- dice una con voz melosa.

–Dicen que cuando le llamas la atención te propone que vayan a dar la vuelta en su Lamborghini- dice una.

– No, dicen que no deja que nadie toque su carro.

–Espero asista a la fiesta.- dice otra chica.

–Es obvio que va asistir, después de todo es su residencia- le contesta una chica.

–Haré todo lo posible para llamar su atención y venga a mi habitación.- dice la primera que escuche hablar.

–No te voy a dejar, lo voy a tratar de conseguir yo, solo para ver si es cierto que en su pecho tiene muchos tatuajes como dicen los rumores.- murmura otra

Me quedo escuchando muy atenta la conversación.

–¿Y ustedes piensan que va a asistir Rybak?- pregunta una con mucha emoción.

Cuando escucho mi apellido pego mi oreja a mi puerta.

¿Para qué quieren saber si voy a asistir?, ¿No le había dicho a la encargada que no me pusiera en las listas con ese apellido?.

–Dicen que si asistirá y que...

Unos toques a mi puerta me hacen saltar hacia atrás, estaba tan concentrada en esa plática que no me percate que unos pasos venían rumbo aquí.

–¿Hola?, ¿Odell?- dicen al otro lado de la puerta- Soy tu vecina de cuarto, Clare.

Cuando me recompongo por el susto abro la puerta y ahí está ella. Se ve linda.

–Hola, Clare.

–Veo que recuerdas mi nombre.- me dice con emoción.

Pero me acaba de decir su nombre ¿acaso no lo recuerda?.

–Oh, espera, ¿Cuándo llame a la puerta dije mi nombre, cierto?-dice apenada- Diablos que tonta.

–No pasa nada.- le digo ofreciéndole una sonrisa.

Me sonríe cuando ve mi atuendo comprendiendo que si acepte ir.

–¿Quieres que te lleve?

–No - cuando se lo digo puedo ver claramente su decepción- iré con Kenzo.

–Oh, claro, claro lo debí de imaginar.

–Alla nos vemos- le digo con una sonrisa para que vea que no soy tan grosera, aparte no pretendía hacerla sentir mal.

–Espero encontrarnos allá.- dice mientras sonríe, se da la vuelta y se marcha.

En eso me manda un mensaje Ken diciendo que ya salga. Una vez estando afuera esperándolo veo que muchos van caminando, en motos, carros, todos se dirigen a donde los reflectores alumbran en el cielo.

En cuanto bajó la vista veo que un Audi blanco se estaciona frente a mi. Cuando baja la ventanilla me doy cuenta que es el rubio.

–¿De dónde has sacado este carro?

–Pues hace rato recibí una llamada de mi padre diciendo que en la entrada de mi residencia había un regalo para mi.- me dice con una sonrisa.

–Es hermoso.

–Lo sé y mientras te arreglabas decidí ir a dar una vuelta con esta preciosura.

–Creo que me voy a comprar uno, el mío lo dejé en California y no pienso andar siempre caminando.

–Súbete, Ry, tengo ganas de emborracharme.

–Veo que estamos pensando lo mismo.

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Espero que les haya gustado el capítulo.

Denle estrellita y comenten sus dudas o aclaraciones. 

Besitos.