Overlord: Una historia de dos mitades

Una historia de dos mitades

N.T. : Les recuerdo que esta historia es traducida así que todo lo siguiente que leerán es de la historia original de ZeroSenpai.

Notas:

"Habla normal"

'Pensamiento'

(Magia silenciosa)

[Magia normal]

{Cambio de ubicación, hora o punto de vista}

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Una historia de dos mitades

'¿Soy una mala persona?' Ese pensamiento vino a su mente muchas veces en el último siglo, al final simplemente se dio cuenta de que realmente no le importaba.

La moralidad era solo una agregación de reglas creadas por humanos para construir una sociedad funcional, y eran tan volubles como cualquier otro concepto creado por humanos.

Oh, cuánto amaba la sociedad esa palabra. 'Moralidad'. Todo giraba a su alrededor. Ese simple concepto bastaría para categorizar a los seres en buenos o malos; y, sin embargo, todos estaban dispuestos a pisotear esas reglas tan pronto como fuera ventajoso para ellos.

Dos puntos rojos ocultos detrás de una máscara cayeron sobre la figura de un humano que acababa de acostarse frente a él; el hombre estaba vivo hace unos instantes. Podría haber tenido una familia. Podría haber sido una buena persona. También podría haber sido la peor escoria del mundo, una existencia sin valor, no es que le importara en primer lugar.

Este fue el resultado de un instante. Un instante en el que el humano se desplomó ante él, la miró de una forma que no le gustó nada. Y en ese momento el lanzador de magia supo que el hombre tenía que morir.

Después de vivir más de un siglo en este mundo, llegó a comprender que la moralidad no era más que una palabra bonita, y como en su vida anterior, el que tenía más poder tenía derecho a hacer lo que quisiera.

"¡Hola Satoru! ¿Estás ahí?"

Esas palabras lo sacaron de su trance. El tono dulce lo atrajo hacia la persona que hablaba, dejando el cadáver en el callejón oscuro.

Tan pronto como dobló la esquina, se encontró con la persona que lo llamaba, una figura infantil con cabello rubio cayendo sobre sus hombros, profundos ojos carmesí y un puchero en su rostro, lo que debería darle una mirada amenazante, pero mezclado con ella. apariencia infantil, terminó haciéndola lucir linda. El lanzador de magia se abstuvo de reírse ante la vista. Sabía que solo serviría para irritarla aún más. En cambio, se disculpó.

"Lo siento, Keeno, pensé que vi algo sospechoso ahí abajo, pero terminó siendo nada".

El no-muerto enmascarado mintió. Ante esas palabras, la expresión del vampiro cambió a una de sorpresa.

"Oh, ya veo. ¡No se pudo evitar entonces! ¡No querríamos dejar a algunos delincuentes menores libres para deambular por la calle si pudiéramos evitarlo!"

Ella declaró en un tono orgulloso. Esa era exactamente una de las cosas que más amaba de ella. Ese infinito optimismo y visión positiva del mundo, que le fueron arrebatados tanto por su vida anterior como por la Supresión Emocional que lo maldijo desde que llegó a este mundo, y hasta el día de hoy.

Pero todo vino con un precio; para que él protegiera el lado más gentil de ella, tenía que cuidar el lado más oscuro de este mundo por sí mismo. Matar, intrigar, robar... no había nada que él no estuviera dispuesto a hacer para proteger esa preciosa sonrisa suya, una sonrisa que era lo único que aún traía felicidad a su mundo vacío.