𝐓𝐑𝐀𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍 | Por algún horrible giro en los acontecimientos de la historia, Obito se encontró a merced de un brujo cambiante loco que propone algo simple:"completa las tareas para mí y te devolveré tus cosas".
Obito nunca sería presa de un...
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Obito despertó con un coyote acurrucado contra su muslo y las piernas de Kakashi en su regazo. Le dolían el cuello y los hombros de dormir erguido, pero no quería levantarse ni moverse por miedo a molestar a sus amigos.
Resulta que no necesitaba hacerlo. La puerta se abrió unos minutos después, crujiendo en sus bisagras, y Kakashi se sentó de golpe, girándose hacia la puerta.
"Llegas temprano", dijo antes de que el coyote hubiera mostrado su rostro, y el coyote al lado de Obito se puso de pie.
Un coyote más cercano al tamaño de un lobo entró en la habitación, una cicatriz a lo largo de su ojo izquierdo. Tan pronto como vio a Obito, dejó escapar un gruñido, a lo que Kakashi le jaló la oreja.
No le gruñas. Eres un invitado —lo reprendió, tirando del coyote hacia la cocina.
"Si hubiera sabido que por eso se suponía que debía hacerte una cicatriz a juego..."
"Tú y tus sueños proféticos", suspiró Kakashi, hurgando en el refrigerador somnoliento.
“¡Tienes poca magia y hay un Uchiha en tu casa! No es difícil hacer la conexión—"
"Es un brujo", resopló Kakashi, y Obito se dirigió a la cocina con curiosidad. Madara es la única hechicera que conozco. Fuimos al cañón para alimentar los sellos, por eso estoy agotado”. El coyote gruñó cuando volvió a mirar a Obito, y Kakashi lo pateó irritado. "Invitado", recordó. "Y él viene a los lobos, así que será mejor que te acostumbres a él".
"¿Estás seguro de que eso es sabio?" preguntó el coyote, y Kakashi puso los ojos en blanco.
"Bueno, casi me sacas un ojo, creo que es justo asumir que ahora solo estoy tomando malas decisiones". Se levantó de la nevera, balanceando unas cuantas cajas de fruta. “No tengo nada de carne, así que tendrás que conformarte con fruta y huevos”.
"Blegh".
Obito miró al coyote de tamaño normal que se había acostado de nuevo en el suelo, atrapando su pie debajo de las costillas. "¿Ese es tu jefe?" Obito preguntó en voz baja, y el coyote lo miró con un ojo naranja.
"Seguro es. Un tipo divertido.
Obito resopló divertido, viendo cómo Kakashi apartaba al coyote con la cadera. El coyote tomó represalias aferrándose a su pantorrilla y tirando una vez, gruñendo. "¿Estás seguro de que está a salvo?" preguntó, la preocupación abriéndose paso en su voz. El coyote debajo de él resopló.
"Él y Hatake son buenos amigos, no tienes que preocuparte por nada".
Hace dos semanas, si alguien le hubiera pedido que confiara en un coyote parlante acurrucado a su pie, le habría disparado sin dudarlo. Ahora, se dio cuenta de que había tomado eso sin pensarlo dos veces, porque había llegado a confiar en estas criaturas.
