|25| ᴇᴍʙᴇʟᴇꜱᴀʀ

144 11 1
                                    


" 𝗨𝗻 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗽𝗹𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗼 𝗮𝗱𝗺𝗶𝗿𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝘁𝗮𝗻 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗻𝘀𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗻𝗳𝗿𝗮𝘀𝗰𝗮 𝗲𝗻 𝘀𝘂 𝗱𝗶𝘀𝗳𝗿𝘂𝘁𝗲 𝗮 𝗹𝗮 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗼 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗲𝗺𝗽𝗹𝗮, 𝗼𝘆𝗲, 𝗲𝘁𝗰... 𝘆 𝗹𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗱𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗹𝗼 𝗱𝗲𝗺á𝘀 "

∙ ~εïз~ ∙

Levi 

La notaba óbita, muerta en sus sentimientos. Marchitando su propia flor, su especial alegría que podía darme un poco más de motivo en mi día a día. Walk me recordaba a mí muy en el fondo, y tal vez sentía que la comprendía en casi todo solo por ese aspecto. Pero realmente ahora que tenía su presencia justo a mi lado, que parecía atrapada en un momento y que poco a poco desaparecía, ya no lograba comprenderla del todo.

— ¿Estas bien Walk? — Pregunté cauteloso, sentía que cada palabra podría hacer una grieta en ella.

— Estoy cansada, solo eso.

Contestó con una amargura no muy propia de ella, y si bien cualquiera podría tener un mal día, yo tenía el propósito de sanar cada uno de ellos para Walk.

— ¿Quieres que te lleve a casa?, si estas cansada es mejor que te relajes un poco. Yo hablaré con Petra y le diré que no te sentías bien. 

— No quiero volver a casa. 

No seguí la conversación, noté en sus ojos un ruego de silencio y que cerrara mi maldita boca. Así que suspire y hundí un poco más mi cuerpo en el patio trasero del instituto, donde nos hablamos por primera vez. La brisa atraía su aroma, a perfume y shampoo de granada. Y ahora con un toque de tristeza amarga. Dulce al principio y al final un completo desastre. 

— Creo que me voy — Habló juntando sus cosas, dando por hecho que el club de escritura para ella hoy no existía — Cuando termines las clases te avisaré por donde estoy, no me busques antes. Quiero estar sola. 

Ella quedó atenta a mi mirada, notaba que no podía apartarse de ella hasta que obtuviera una simple respuesta. Yo quede cautivado ante tantos sentimientos en esos ojos, los cuáles me pedían una respuesta.

— Tranquila, entiendo — Me incorporé y acerque un poco a ella — Pero si pasa algo debes llamarme, no lo olvides. 

— Lo sé, gracias Ackerman. 

Se colocó aquella chaqueta que le había dado hace tiempo, me miró una vez más y se marchó. Dejando solo un instante de compañía en mí. 

Elizabeth

Vagaba por una ciudad muerta, con personas vivas que no sabían que hacer con su propia existencia. Como yo, como el azabache y seguramente como Hange. Hange. No dudaba que ella se sintiera mal, pero el dolor que apretaba mi pecho era uno por el cuál nunca antes había experimentado, verla cruzar esa puerta era como verla salir de mi vida. ¿Esto me convertía en mala persona?, la lluvia que comenzó a caer inesperadamente fue como una respuesta sin palabras. Tire mi bolso a un charco de agua sucia, aplasté mi trasero a su lado y junto el llanto del cielo, comencé el mío. Lloraba desconsoladamente acostada en un húmedo y sucio jardín de un parque lejano, casi invisible en el mapa. Totalmente adecuado para un desolado llanto amargo, que quemaba mi piel y quedase así, totalmente pálida como alguien que ya padeció. Mis manos abrazaron mi cuerpo, el cuál pedía un poco de tacto, solo un poco de ese que te sana el alma. No me importaba mojarme, embarrar ni menos que alguien más me viera ante tal acto de mi desesperación por consolarme. La lluvia parecía abrazarme, pero por pena al verme en tal crisis y el silencio apartado a mi llanto era tan doloroso que escuchaba crujir lo que sea que me hacía sentir amor, amor hacía Levi y Hange. Lo único que ahora me importaba. Quiero saber como una persona llegaba al punto de perderse en su propia creación, como yo misma me hundí en una escritura llena de palabras escritas con tinta y hojas que terminaran quemadas. Como me aferré a mas allá de simples letras y llegue a amar tanto algo que no existe, porque una historia, es solo una historia. Me pregunté, en mi cabeza que estaba adolorida, quien me salvaría. De repente, mis lagrimas ya no se mezclaban con la lluvia porque ya habían dejado de salir, comprendí por un instante que lo roto se dividía en fragmentos y que cada uno de ellos podían volver a juntarse para volver a ser uno, aunque todavía quedaran esas pequeñas fisuras. Y todo comenzaba con dar un paso hacía adelante, y barrer la huella del dolor pasado. 

𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐈𝐒𝐓𝐎𝐑𝐘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora