El día empezó desayunando con unos cereales típicos de Bélgica que me compró Clelia para que pruebe, son como almohaditas rellenas con chocolate belga, muy ricos.
Al mediodía almorzamos una sopa en familia, Barbara me dijo si quería acompañarlas a algún lado, pero no entendí a dónde. Le dije que sí igual, y no me enteré del destino hasta que llegamos, que empecé a ver aviones. Ahí entendí que la estaba acompañando a Clelia a su clase de vuelo.
Mientras esperábamos a su instructor vino un señor que ella conocía y nos pusimos a hablar. Entre la charla el señor me pregunta si quería volar con él. Claramente dije que sí, y al rato estaba subiendo a un avión.
Despegamos y yo sólo podía pensar en Facu y lo mucho que él desearía poder volar así, la experiencia fue estupenda y estoy muy contenta de haber podido hacerlo.
Estuvimos treinta minutos volando, y en un momento me dejó pilotear a mí. El señor fue muy amable, incluso me grabó piloteando. Después de eso nos trajo a Clelia y a mí a casa y se quedó tomando una cerveza.
Obviamente hice llamada con Facu para contarle todo, después cenamos y ahora a dormir.
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Mi intercambio en Bélgica
Non-FictionSoy Ana, tengo 17 años y el 15 de Agosto de 2022 me voy a ir de intercambio a Bélgica por un año. Este va a ser mi diario, en el que voy a plasmar todo lo que me pase durante este.