Forever {C. Weasley}

XXI

Charlie*

Emily estaba sentada a mi lado, intentando disimular su miedo y angustia.

Tenía sus manos apoyadas en las rodillas, su vista no se despegaba del campo de Quidditch que ahora era el laberinto de la última prueba, tragaba saliva algo fuerte y su respiración era fuerte. No escuchaba a nadie, no escuchaba a nada que no fuera sobre los campeones.

Casi se infarta al ver las primeras chispas rojas, espero a que salieran con el o la campeona que saldría. La primera en salir fue Fleur, no sabía que sentir por Emily, si alivio porque no era Cedric, ni Harry o sentir más preocupación porque aún no salían y seguían en la competencia.

Su pierna comenzó a moverse con ese típico tic de nerviosismo, puse mi mano sobre la suya en un intento de que supiera que no estaba sola.

Su padre estaba en la parte de abajo con mi padre, no podía dejar que se sintiera de esa manera y nadie estuviera a su lado, al menos hacerle compañía.

- Perdón – dijo ella con la voz un poco entre cortada.

- No tienes porque disculparte – le di la sonrisa más cálida que podía darle a alguien además de a mi familia.

- ¿Crees que tarden mucho? – seguía teniendo la voz cortada, se le notaba la preocupación de tan solo conocerla cuando estaba bien.

- Seguro pronto la encuentran – intentaba hacer el tono de voz lo más tranquila posible para transmitirle un poco de tranquilidad.

- ¿Y crees que estén bien?

- Seguro que si, Emily todo está bien – sonreí, ella hizo lo mismo pero sus ojos estaban cristalizados, a punto de llorar en cualquier momento.

Las segundas chispas rojas salieron, ahora era el húngaro. Emily suspiro tranquila y continuo en la misma postura.

Ya había pasado suficiente tiempo, todos estaban ya solo esperando a ver cuál sería el chico que llevaría a Hogwarts al orgullo de tener uno de los campeones. Al menos Emily ya estaba un poco menos nerviosa, ya se había quitado las manos de las rodillas y estaba recargada en mi hombro.

- ¿Qué tal estás? – pregunté moviendo un poco el hombro.

- Mejor, pero tengo hambre – se levantó e incorporo quitándose.

- ¿Quieres que traiga algo para comer? – me levanté de las gradas – no sé cuánto tarde más pero seguramente alcanzo a comprar y regresar para saber quién es el campeón.

- ¿No te molesta? – negué con la cabeza – bueno – me incliné para darle el ya conocido beso en la frente y salí.

Emily*

- ¿Cómo estás? – se sentó a mi lado el ya conocido Bill, me empujo un poco con su hombro y sonrió con la típica sonrisa cálida que toda esa familia portaba.

- Me da gusto verte – me sonreí.

- ¿A dónde fue el musculoso? – sabía que desde que Charlie había entrado a trabajar con dragones y como el trabajo era más físico, Charlie había tenido esos cambios físicos de tener más músculos, era más fuerte.

- Por algo para comer, dijo que no tardaba
- ¿y solo te va a traer algo para ti? – asentí orgullosa – maldito egoísta.

En ese momento la banda comenzó a tocar más fuerte, todos se levantaron y comenzaron a gritar victoriosos. Ya habían llegado.

Ví a Harry tirado en el pasto, junto con un par de pies más recostado.

Papá me volteo a ver orgulloso, jale a Bill hacia arriba y solté por la alegría, ya habían regresado del laberinto.

- Llegaron ambos – grite feliz tras el abrazo con Bill. A lo lejos llegaba Charlie, con un par de pasteles de calabaza en las manos…

Dumbledore corrió hacia los chicos, ninguno de los dos se levantaban.

Charlie llegó a mi lado.

Todos los chicos de Hogwarts iban bajando las escaleras como si se tratara de una estampida.

El grito de Fleur se hizo presente sobre el ruido de la banda, que callo en ese momento.

Todos los que iban hacia Harry y Cedric se quedaron en una extraña pero respetuosa distancia de ellos.

- El chico está muerto.

Fue lo último que escuché para bajar corriendo las escaleras, quitaba a todos los que estaban a mi paso, papá hizo lo mismo.

Detrás de mi venía Charlie y detrás de papá venía el señor .

Los gemelos me abrieron el el paso de la primera fila que estaba viendo a Dumbledore, tirado en el piso junto a Harry y el ministro de magia.

Me quedé parada, solo podía escuchar los gritos devastadores de papá. Era su muchacho. Mis voz no salía ni para el llanto, Charlie tomo mi hombro, apoyándome contra su pecho. Mis lágrimas no salían, solo podía estar ahí, escuchando el silencio profundo y tan solo haciéndose presentes los gritos de papá.

Ojo loco se llevó a Harry de la escena. Caí de rodillas a un lado de Cedric. Charlie no de alejaba de mi lado en ningún momento, me sostenía de los hombros.

Cedric estaba ahí, tirado en el piso, completamente inerte, con los ojos abiertos y sin ese peculiar brillo en sus ojos.

Y ya era oficial:

Cedric Diggory a muerto.