Brianda Gray, una chica de 20 años, a punto de terminar la universidad, era una chica como cualquiera, amigos,chicos,fiestas, nada único en su vida,era feliz, con su madre y su hermano. Su vida "típica" cambió después de aquella fiesta, en la que fu...
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Me llevó hasta su habitación y me soltó en la cama
- Por favor, no lo hagas Callejero, ya no volveré a escapar.- dije intentando ponerme de pie, pero el puso una mano en mi pecho y me lanzó ligeramente hacia la cama.
- Ya lo hiciste una vez, tienes que pagar.-dijo gateando hacia dónde yo estaba recostada, hasta quedar sabre mi, apoyado en sus brazos.
-¿No hay devoluciones?-pregunté algo asustada, intentando hacerlo a un lado,el solo río
-No, no hay.-dijo sonriendo pícaramente acercándose a mis labios- Si no te opones, será más fácil para ambos.- susurró sobre ellos, antes de besarme a la fuerza.
Volvió a pasar. Me violó. Pero esta vez "me deje"
Sufrió menos en dolar físico, pero el emocional no cambiaba. Y así siguió y siguió dudante 7 meses
7 meses, sin ver a mi hermano, ya iba a pasar a secundaria y no estaría en su graduación, no sé, qué será de mi madre, mis amigos.
7 meses sin salir de esta casa. Encerrarada todo el día, junto con alguien de limpieza, que preferí nunca hablarle, esperando a que Callejero llegara, para en la noche abusar de mi. Mi vida sería así siempre.
Hoy, era el cumpleaños de mi hermano.
-Ya llegué.-gritó Callejero, desde la entrada principal de la casa, yo estaba sentada viendo una serie, aburrida, como siempre.
-Hola.-dije sin despegar la mirada del televisor.
-¿Qué ves?-preguntó sentándose a mi lado, poniendo sus brazos alrededor de mis hombros, atrayéndome hacia el.
-Una película.-dije seria.
-¿Qué tienes?- preguntó mirándome.
-Nada.-dije sin despegar la mirada de la televisión.
-Dime.-dijo poniendo su mano sobre la mía.
-No.. no te importa.-dije negando con la cabeza, volviendo a ver el televisor.
-Brianda, si me importa.-
-Ho..hoy.. es el cumpleaños de mi hermano.-dije bajando la mirada.
-Brianda,no me gusta que hablamos de esto, lo sobes.-dijo mirándome con tristeza. -Me.. haces sentir culpable.-
-¡Y lo eres!- dije levantándome del sofá, mirándola con algunas lágrimas en mis ojos, y caminé hacia la cocina.
Fui a la cocina, y ahí solté varias lágrimas, extrañaba a mi familia.
-¿Estás bien?- preguntó Callejero algo triste recargado sobre el contorno de la puerta.
