Capítulo 4

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Un golpe en la ventanilla del auto lo sacó de sus pensamientos trayéndolo de nuevo a la realidad.

Era Sakura temblando mientras se agarraba el abrigo con fuerza.

Estaba helando afuera.

Sasuke se incorporó de golpe. -Ay carajo, perdon. - dijo y le quitó el seguro a la puerta así ella podía entrar.

Sakura entró temblando al auto, sobándose los brazos y estirándose frente a la calefacción.

-¿Te habías quedado dormido?

-No... casi, perdon. Ven aquí.

Sakura parecía no entrar en calor, así que él la abrazó.

-Podrías empezar a usar el auto.- le dijo mientras le frotaba los brazos.

-Yo creo que mi esposo es un gran conductor.- ella respondió bromeando.

Era inutil, Sakura no quería usar el auto.

-Yo no te diría nada si tuviera ambas manos, pero teniendo solo una, lo lógico sería que mi responsable esposa maneje. No te parece?

Sakura hizo un puchero.

-Veremos. Ahora dame un beso.

Sasuke sonrió negando con la cabeza, él simplemente no podía enojarse con ella.

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-¿Dónde está Sarada?

Estaban entrando al apartamento. Menos mal que Sasuke había dejado prendida la calefacción antes de salir.

Sasuke se sorprendió ante la pregunta.

-¿No te avisó nada?

-¿De qué? -Sakura lo miró extrañada.

-Se queda en casa de su amiga, no me acuerdo el nombre, la que siempre está con ella.- Nunca se acordaba del nombre de las amigas de su hija.

-¿Choucho?

-Si, esa.

Ella lo miro ofendida.

-¿Y te aviso a ti y no a mi?

Sasuke le sonrió con suficiencia.

-¿Qué feo es ser el padre dejado de lado, no? - pregunto irónico.

Sakura le dio un ligero golpe en el hombro, mientras le hacía un puchero enojado.

-No me gusta que me deje de lado. Soy su mamá. -ella cruzó los brazos.

-Eres una mamá sexy. -él dijo mientras la tomaba de la nuca para besarla.

Sakura se puso de puntillas de pie para abrazarlo.

-Espera, vengo del hospital, tengo que bañarme. -le dijo entre besos.

-Eso puede arreglarse. -él se agachó para rodear las rodillas y alzarla sobre su hombro derecho.

-¡Sasuke-kun!- gritó, su cara chocaba contra la espalda baja de él. Ella se aferró a su ropa en un impulso de sujetarse de algo para no caerse.

Él empezó a caminar hacia el baño con ella al hombro, sujetándola con su único brazo. -Tú me conoces Sakura, no soy un hombre paciente. Tu esposo te extraña.-

-¡Y mi esposo no podría dejarme caminar por mi cuenta?-

-No. Y sé que te gusta que te cargue. No finjas.- Sasuke torció la cabeza y le mordió un glúteo.

- Te amo, Sarada - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora