8: Novios.

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- Ahora por fin podemos irnos y ver a nuestros padres- le dijo Rei tomándolo de la mano.

- Busujima, todo listo para partir en cinco- aviso un cadete y ella asintió.

- Takashi, si tu deseas reunirte con tus padres ahora creeme que te apoyo y entiendo por completo- le dijo tomándolo del hombro y dándole una sonrisa.

Busujima le dio un gran abrazo a Takashi, se sentía como uno de despedida y eso no le gusto, alejarse de ella. Otra vez, y por un tiempo incierto o quizás jamás volver a verla, y si se quedaba tampoco volvería a ver a sus padres pero siquiera seguirían vivos.
Kumuro estaba en un limbo que pareció eterno, pensando en que debería hacer que no se dio cuenta de cuánto tiempo real pasó.

Takashi, no vio a Saeko ni Rei junto a él así que rápidamente fue en busca de su vieja amiga.
- Rei, se cuanto odias estar en esta posición, asi que si puedes irte, ve y por favor cuida de mis padres-
- ¿No vendrás? Pero Busujima-san ya se despidió de ti, y en su lugar se llevo a Hirano-kun. Porque así de reemplazable eres para ella- hablo ella molesta.

- ¡Qué!- dijo alterado.
Pronto se dirigió a la orilla del bote y vio como el camión militar empezaba a alejarse.
- ¡Esperen!- grito, pero no logró que lo escucharan.
- Rei que tengas buen viaje- gritaba mientras salía corriendo.

Al llegar a tierra divisó algunos autos en los que seguramente habían llegado algunos sobrevivientes.
- ¡Soldado deténgase!- grito su capitán.

Encendió la jeep y arranco a todos velocidad, llevándose tras él la horda de ellos que casi se dirigían al barco.
Sabía que tenía que alcanzar al camión antes de que este llegara a la casa Busujima y pusiera en riesgo a los que la avitaran.

- ¡Es Takashi-King!- grito en advertencia Hirano que hacía de franco tirador.

Saeko se levantó de su lugar, y se dirigió a la parte de atrás donde se encontraba Takashi, ¿la había elegido a ella? su rostro se iluminó, su corazón palpitaba con más fuerza.

Ver a sus colegas de escuadrón aportar hacia su dirección, la enfureció, luego se dio cuenta que no era él el objetivo sino la manada de ellos que lo estaban persiguiendo, y eso solo la enfureció más.

- Tenemos que sacarlo de ahí, y luego atacar- dijo como una horden.
- No hay tiempo de eso, salvarlo solo nos pondría en riesgo, y a su familia. Ya estamos muy cerca- le dijo su superior.
- Déjenme ir a ayudarlo, y si la cosa va mal, tienen mi permiso de matarme- hablo ella.

Sin tiempo a contestar salió por el techo donde se encontraba, Hirano.
- Cubrenos- le pidió con una mano en su hombro. Kohta asintió seguro de sí.

El camión disminuyó la velocidad dando el tiempo justo de que él vehículo de Komuro estuviera más cerca, con la confianza de un gepardo, ella salto de un vehículo a otro, aterrizando a salvo, no dirigió palabra a komuro y pronto, comenzó a disparar a los zombies que se encontraban ya muy cerca, y sintió como del camión se estaban deshaciendo de los de más atrás.

- La gasolina, esta a nada de acabarse- advirtió komuro.
- Tienes que salir de aquí- le grito ella.
- Olvida no te dejare- grito con  molestia.
- Por favor confía en mí- suplico.

Komuro asintió no había nadie en el mundo en quien confiara más que en Saeko, entonces hicieron un intercambio de lugares Saeko al volante mientras Komuro elimina a varios de ellos.
Pronto Takashu siguió la instrucción de Saeko que era volver al camión, se instalo sujetándose bien del techo junto a su amigo hirano esperando el plan de ella.

Pero lo que Saeko era no fue el plan magistral que el creía que haría o el que quería que hiciera. En un giro rápido del auto, fue atropellando a todos los que podía.

- ¡Saeko! ¡Vuelve acá ahora!- grito en pánico Komuro. Estaba dispuesto a saltar para correr tras ella si la mano de Kohta no le hubiera detenido.

- Tenemos que disparar las cabezas de los que no logró aplastar, si no ese será será verdadero fin- le hordeno.

Takashi asintió aún con dudas. Pidiendo al cielo que nada malo para, su mente inmersa en dudado y miedo, sería posible que sobreviviera si Saeko no lo hacia, él verdaderamente quería morir a su lado, pero no así, entonces si podía hacer algo para evitarlo lo haría. Los disparos de todo el escuadrón eran en su mayoría precisos, sin dejar nada a medias. Distinguieron como el auto de Saeko se detenía a su pesar y ella comenzaba a disparar a los pocos que tenía cerca. Pronto también veían como se quedaba sin municiones y salía del auto para acabar con ellos solo con un cuchillo.

Ella no se había percatado que el camión ya había parado dado a que no había ninguno más de ellos.

Saeko volveo su vista de donde provenía los pasos apresurados hacia ella, pronto lo vio. Takashi corría hacia ella su rostro rojo, tal vez estaba molesto, tal vez estaba aliviado de dirigirse a ella aun ambos con vida.

- Nunca vuelvas a hacer algo así- dijo parando frente a ella retomando la respiración.

- Como pudiste dejarme en el barco. Como crees que podría abandonarte así de fácil- alegó mientras la rodeaba con sus brazos.
- Yo, yo no creí que te quedarías- hablo ella.

Se alejaron del otro, sus miradas se creusaron una sonrisa tímida se esbozó en sus labios, había tanto que se querían decir, tanto que confesar y tan pocas palabras para definirías.
Pero ante sus miradas cálidas, sus cuerpos y almas en paz al lado del otro, hablaban por sí solos se decían todo lo que deseaban.
Komuro tomo el rostro de Saeko con amabilidad, le dio un beso en sus mejillas, frente en la punta de su nariz.

- Perdóname, por todo el daño que te he causado- hablo.
- Perdóname porque en ningún momento debiste ser una de mis opciones. Siempre habías sido tú y yo no me daba cuenta- decía mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
- Y solo si me lo permites podrías darme el honor de ser tu novio, y aunque sé que no te merezco prometo esforzarme todos los días para hacerte feliz- decía mientras sostenía sus manos con determinación.

Ella no sabía que decir a donde ver, sentir olas de calidez golpeándola con para palabra, cada toque y cada mirada, sentía su corazón brincar de felicidad.

- Me encantaría der tu novia- decía mientras su sonrojo era más evidente.

Como si tuvieran miedo a quebrarse se dieron un tierno beso, luego un abrazo que se volvía más fuerte, con la necesidad de no dejar un espacio libre entre ellos.

"El plan al fin dio resultado" pensó ella. Saeko sonrió. Una sonrisa sinica con sus ojos afilados, casi pareciendo una villana logrando su plan.

 Una sonrisa sinica con sus ojos afilados, casi pareciendo una villana logrando su plan

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Ultimo capitulo:
Fin del plan.

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