Introducción

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Santisteban, 1999

"De lamentar el pasado, tener esperanza en el futuro y nunca estar satisfecho con el presente: eso es lo que me pase haciendo toda mi vida"

-Pyotr Ilyich Tchaikovsky

Me encontraba en el auditorio del Ballet Artístico Maximine. Había esperado una hora para que tocara mi turno. No estaba nervioso, a diferencia de mis contrincantes. Tan pronto vi que el viejo que iba antes de mi terminó, levante la vista y me dirigí al escenario. El jurado eran dos ancianos que conocía muy bien: Josué, un hombre viudo millonario, dueño de casi todo en la ciudad; Oscar Strogen, su lame botas y "socio" Además también había una señora y un hombre mas joven a su lado.

―Green -dijo sorprendido Josué, el viudo ― ¿Qué haces aquí?

― ¿Tu madre ya es aliada de Estados unidos, cierto? -preguntó el otro segundón, Oscar.

―Vengo a la audición -respondí seriamente ignorarndo.

― ¿Piano? ¿No tocabas... violín o viola? -musitó el viudo.

―No -los deje de mirar. Era mentira, por supuesto que sabía tocarlos.

―Adelante -interrumpió la señora. Se tomaba en serio la audición, me agrado eso.

Era un Yamaha. Una buena marca, según muchos críticos y mi experiencia. Era el típico piano de cola abierta negro. Algo descuidado, por lo que veo. Pero era de entenderse la falta de mantenimiento, pues esta compañía pasaba por "números rojos" actualmente.

Piano Concerto in A minor Op. 16, Edvard Grieg

Era una audición libre, según el anuncio, pero por alguna razón se nos repartió la misma partitura a todos. Para mi una libre audición, es valga la redundancia, libre. Libertad de elegir todo. Supongo que emplearon mal el término, o tal vez lo malinterprete.

Mire la partitura y empecé a hacer lo mío.

Tocar un instrumento era algo que juntaba un cúmulo de sentimientos en mi. Era el efecto que la música tenia en mí, el autentico amor de mi vida. No cabía duda.

¿Cómo es que llegue hasta aquí? Era una escapatoria o un destino, no lo sabía. Pensé por todo lo que he pasado, no era para causar lastima. Santisteban era una ciudad no muy grande como mis ciudades anteriores. Pero sólo había una razón por la cual decidí aquí. Santisteban era famoso por su compañía de ballet y su orquesta; ademas de su tranquilidad sureña. Fue la unica razón para convencer a mi madre y librarla de las ataduras del pasado y su odio a las ciudades cosmopolitas.

― ¡Bravísimo! -exclamó una vez femenina al segundo de terminar la pieza. Me desconcerté y voltee a mirar al jurado.

― ¡Muriel! -gritó Strogen. Conocía a esa joven mujer, era Muriel Strogen, hija de Oscar. Reí un poco ―Largo de aquí

―Perdona padre, pero es que cuando mi hermano me comento la presencia de Louis, simplemente no pude evitarlo -dijo expresiva.

―Hazme el favor de retirarte, es un asunto serio -la amenazo su padre.

―Va -respondió con una mueca ― ¡Adiós y suerte amor mío! -me gritó. Le sonreí sin decir nada. Era una mujer extrovertida al máximo y locamente enamorada de mí.

―En fin, regresando al tema... -musitó el hombre que no conocía.

―Buen trabajo, señor... ¿Green? -dijo la señora mirando el portapapeles discretamente.

―Gracias -respondí.

― ¿Cuánto tiempo llevas con el instrumento? -preguntó el músico.

―Doce años -respondí nuevamente.

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