-"Sospechas"

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Un par de horas después y las cosas entre ambos seguían siendo incómodas.

Y para colmo de males, la persona que menos querían ver en ese momento los llamó a su oficina.

Una vez dentro, ni siquiera trataron de hablar el uno con el otro.

Black Hat ignoró su comportamiento y continuó con lo que tenía que decir.

-Bien gusanos, la misión de la que les hablé es una que harán en equipo, quiero que se deshagan de una base militar que ha estado tratando de dar con la isla, no me interesa como lo hagan, solo que maten a todos dentro, ¿entendido?.- Preguntó mientras extendía una Tablet mediana con la descripción de la base hacia Flug.

-Claro, señor- Respondió Flug tomando la tablet.

Luego de mirar la pantalla por unos segundos, la pasó a Demencia sin siquiera voltear a verla.

Ella se sobresaltó un poco gracias al movimiento repentino de Flug, pero rápidamente recobró la compostura y tomó la tablet con su mano izquierda. Lo hizo rápido, pero aún así, Black Hat notó las marcas rojas en su muñeca y su nerviosismo.

Él levantó una ceja, curioso ante las marcas, claramente habían sido hechas con mucha fuerza y no eran precisamente el tipo de marcas que se dejarían por sujetar a alguien demasiado fuerte por accidente, eran más el tipo de marcas que se dejan después de haber retenido a alguien a la fuerza y contra su voluntad por varios minutos contra alguna superficie dura.

Después de que ella le entregara la tablet de vuelta y de que él les diera un plazo de tiempo para completar la misión, los echó de la oficina para que fueran a cumplirla.

Unos minutos después de escuchar la nave partir, cerró los ojos y se reclinó cotra el espaldar de su silla, pensando en lo que acababa de ver en la muñecas de su subordinada.

No había que ser un genio para saber que los Hat-Bots no fueron los causantes, peor aún el “Saco de pulgas" como, “Cariñosamente”, le gustaba llamar al oso celeste.

Era claro quien había sido el causante, lo que no le quedaba en claro era el "¿Por qué?", solo habían tres opciones en su cabeza.

La primera: Flug siempre había usado la fuerza para obligarla a hacer lo que él queria, aprovechando que no les ponía atención. Cosa que, para ser honesto, dudaba mucho, después de todo, él se habría dado cuenta si la chica sufría maltratos desde hacía mucho tiempo. Aunque eso explicaría la actitud nerviosa y los temblores de la chica el día que regresó después de “esa" misión y el doctor mencionó tener métodos para obligarla a cooperar.

La segunda: Flug la había mantenido controlada por medio de amenazas y violencia verbal, y hasta hace poco fue cuando empezó a usar la fuerza con ella. Cosa que también explicaría la actitud rara de la chica.

Pero ninguna de las dos anteriores tenía sentido considerando que ella siempre trataba de hacerlo enojar y lo desobedecía, lo que no tendría sentido si estaba siendo maltratada de alguna forma.

Ahora solo le quedaba una, la tercera, y la más probable en su mente: Ella por fin había logrado sacarlo de sus casillas y pagó el precio por ello.

Sea como fuere, a Black Hat no podría importarle menos.

Para él, Demencia no era más que una simple herramienta y uno de los juguetes favoritos de Flug, y si el doc quería jugar con ella a su antojo, no iba a ser Black Hat quien lo detuviera. Mientras no la embarazara o la incapacitara para hacer misiones, realmente no le importaba ni en lo más mínimo como se divirtiera Flug con su mascota.

Además, no había pasado por alto el hecho de que, desde que Flug empezó con todo esté “teatrito”, Demencia lo había dejado en paz, e incluso la eficiencia del doctor había mejorado con creces en su trabajo.

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