La voz de Jake le hizo voltear la cabeza de forma automática, viéndolo caminar hacia el sofá hasta sentarse en él, justo a su lado.
—¿Por qué tardaste tanto?
Jake soltó una risa adorable, buscando acurrucarse en él, como siempre.
—No tarde tanto, solo cruce la calle. El desesperado aquí es usted —No dijo nada, solo sonrió y beso la nariz del chico pequeño junto a él. Bueno, lo extrañaría.
Solo un poco.
—Es que tengo algo preparado.
—¿Es entretenido?
—Bueno...—El rostro tontamente inocente de Jake lo hacia querer besarlo hasta hacerlo sollozar.
Sollozar y sangrar.
Y Sunghoon nunca podía negarse algo así, no cuando ya estaba besando y mordiendo los labios contrarios. La pequeña y carnosa boca del mayor era algo de lo que jamás podría deshacerse, se sentía tan bien la forma en la que sus labios encajaban. Y aún mejor cuando Jake empezó a chupar su lengua en medio del beso después de haberlo acomodado sobre sus piernas, meciendo su pequeño cuerpo de manera lenta sobre su erección. Hasta que el aire hizo falta—. No se sí esto responde tu pregunta.
—Ujum, pero hazlo otra vez.
Jake no tenía que repetirlo otra vez para que él volviera a besarlo.
Porqué sin dudarlo, besar a Jake era una absoluta y completa adicción. Una adicción que dolería dejar.
Pero justo ahora, mientras dejaba que las pequeñas manos jalaran sus cabellos cuando besaba y succionaba su cuello dejando marcas que nadie más vería. cuando sus ojitos se ponían brillosos e intentaban quebrarse cada vez que apretaba y aruñaba sus muslos, y cada vez que su boca se humedecía sedienta por él... justo ahora, que lo tiene a su merced, es cuando más quiere sumergirse en esa adicción.
En serio dolería dejarlo.
—H-hoon... ahm...
Los gemiditos agudos y necesitados de Jake eran una buena droga para seguir viviendo, y sin pensárselo mucho, Sunghoon volvió a atacarlo en los labios. Sus manos se deslizaron a su propio ritmo a través de su espalda baja hasta capturar de manera ruda su trasero, y el gemido satisfecho que soltó el mas pequeño, fue todo lo que necesito.
—Voy a quitarte esto ahora, ¿si? —dijo, jugando con el elástico del bóxer del mayor. Jake asintió, capturando su propio labio de manera lasciva cuando lo succionó, porqué la saliva se estaba empezando a escurrir en medio del beso, y en serio no quería estar lleno de eso. Él gruño complacido—. Eso es, se bueno.
Lo que pareció ser una eternidad para ambos, termino en cuanto la ropa interior de Jake termino en el piso y los dedos de Sunghoon dentro de él, estirándolo de manera brusca mientras le robaba jadeos y gemidos sedientos de más.
Estaba demasiado alto, y la caída demasiado fuerte.
Sus manos no sabían a donde ir una vez Sunghoon lo volteo sobre su estomago, alzando su trasero, así que solo decide por sostenerse de uno de los respaldos del sofá aún mientras sentía como lo tocaba.
Y después de demasiada espera, por fin obtienen lo que quieren.
—¡Ngh, Sunghoon!
Jake se siente completo mientras el menor arremetía en su interior, martillándolo con su polla hasta hacerlo rogar por más, con sus ojos lagrimeando en placer al sentir lo que había esta pidiendo desde hace meses. Se siente bien, porque es Sunghoon quien lo tiene.
Y Sunghoon no está mejor, nunca lo está, porque ver y sentir al chico bonito era otro nivel. Un nivel que lo tenía hipnotizado. Escuchar sus gemidos mientras lo follaba duro y fuerte era casi lo que necesitaba para sentirse completo, solo faltaba algo. una mínima cosa.
Y si ese algo es su adicción, el esta bien con ello, tanto como Jake lo estaría.
Porque cuando puso sus manos sobre el acaramelado y frágil cuello de Jake, sintió las insaciables ganas de acabarlo.
—Jake, te mirarías tan bien estando muerto...
El gemido que Jake soltó apenas y fue escuchado por él cuando apretó con fuerza su cuello. El mayor lo miro, llorando de placer, apenas y siéndole posible pronunciar una palabra de manera correcta.
—¿Q-qué?
—Dije que te mirarías tan bien estando muerto. Por favor, déjame matarte.
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