La voz en su cabeza sonaba tan lejana, que incluso la confundió con pequeños susurros. Susurros que le decían que iba a estar bien, que todo había pasado y que volvería a la normalidad. pero cuando las manos frías de su madre le sujetaron las mejillas, todo volvió a la realidad. él lo hizo.
Porque él...
—¿Mamá? —De pronto, el pavimento de la calle ya no parecía tan entretenido, y las luces de las patrullas lastimaban su vista de forma horrible, porque lo estaban dejando desconcertado. Entonces, la miró, y ella le sonrió leve, en un intento horrible de confórtalo. Cosa que, obviamente no pasó—Mama, ¿Qué... rayos?
—Nada, bebé, nada —Ella negó y supo lo que había pasado. Porqué todos a su alrededor entraban y salían de su casa—. No pasa nada.
Sintió las lagrimas en sus mejillas, y parte de su ropa estaba mojada, fría. Se la quiso quitar, pero su madre retuvo sus manos, mirando y tratando de tranquilizarlo. Pero el no podía, simplemente no.
No después de...
—¿Cómo que no, mamá? —La pregunta salió sin fuerza, ladeando su cabeza cuando las lagrimas salieron más fuerte que antes. Se aparto con fuerza de ella, retrocediendo hasta que su espalda choco contra los asientos de la ambulancia. Todos lo miraron: policías, paramédicos, sus padres e incluso los vecinos, pero no él— Sunghoon... ¿dónde esta Sunghoon? ¿está bien?
Ella lo miro con lástima, con más de la debida.
—Jake, él...
La vio bajar la cabeza, sin saber que decir. Negando y suspirando, apartándose, para dejarlo ver lo que menos quería. Contuvo la respiración, cerrando los ojos mientras respiraba cortadamente.
Negó
Se sintió mal.
—¿Mamá?
—Jake, tú solo intentaste defenderte, ¿Sí? No hiciste nada malo, pero él sí. ¿De acuerdo?
Negó. Una y otra vez, porqué el simplemente no podía, porqué él amaba a Sunghoon.
Porqué él...
Porqué él había matado a Sunghoon.
Y no Sunghoon a él.
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