Heroes End.

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El olor a calabaza característico de esas fechas rocía a todo Hawkings, recordándole a todos que el otoño está presente.

El joven Munson agitaba frenéticamente la pierna marcando el compás apresurado entre la batería y la guitarra de Heroes End sonando en sus rotos auriculares. El timbre de salida había sonado veinte minutos atrás, tiempo que el pequeño llevaba esperando a "el loco" Jamie West ahí en mitad del bosque.

No era la primera vez que le compraba hierba, comenzó a tratarlo pocos meses atrás, justo dos semanas después de regresar a clases.

Lo sabía porque en esas fechas había dejado de intentar visitar a su padre en la cárcel.

Mientras maldecía a West por lo bajo, la canción comenzó a tomar un tono reverberado, lento y lúgubre. Hasta que el "click" del botón de su walkman lo espantó.

Se le habían acabado las baterías en el momento más inoportuno.

No le tomó mucho tiempo seguir maldiciendo, pues el crujir de las hojas tras él lo hizo girar nervioso.

— ¡Lamento la demora! Jamie acaba de tener un problema que le ha impedido venir. — Una voz femenina se alzó rompiendo el canto de los pájaros posados en las ramas de los árboles. Era un poco rasposa, aunque al mismo tiempo, cálida y transparente. — He venido en su lugar.

La desgajada melena rubia se divisó rápidamente saliendo de entre los árboles, agitándose de arriba a abajo con el caminar vagamente despreocupado de la chica. Eddie conocía esa cara angelical, era Kristen Davis, la novia de Jamie.

La teñida aún no había reparado en la presencia de Munson, hasta que se sentó de golpe frente a él, calando por ultima vez su cigarrillo y tirando la colilla al suelo en un gesto cómico.

Exhalando el humo de manera juguetona, relampagueó los ojos al mirar directamente a Munson, quedando petrificada.

— Espera un segundo ¡¿Eres Edward Munson?! — Alarmó.

Eddie asintió miedoso, con los ojos bien abiertos y sus hombros encogiéndose lentamente, no era bueno interactuando con las chicas de la escuela, ¿Por qué mentir? ¡No era bueno interactuando con ninguna mujer!

Y ahora se encontraba frente a frente con la chica más cool que conocía, no estaba preparado para eso.

— Mierda chico, ¿no eres como muy menor de edad para comprar esta porquería? — preguntó indagando con sus ojos.

Eddie evitó su mirada volteando a ver sus manos, jugueteando nerviosamente el anillo que era de su tío. — Casi tengo catorce... —alegó miedoso.

Davis asintió sonriendo sardónica.

— Genial... — Jugueteando con la lengua, apartó la mirada hacia un costado pensando. Era el negocio de su novio, claro. Pero no podía hacer de lado sus valores, no podía venderle hierba a un pobre chico de trece años, aunque fuera consumidor activo.

Kristen suspiró pesadamente agarrando la bolsa de manta que había dejado encima de la mesa susurrando:

— Nop, no voy a hacer esto.

Eddie estaba tan avergonzado... no dejaba de maldecir la situación, aseguraba que Kristen lo repudiaría de ahora en adelante hasta su graduación.

Esperó a recibir un insulto de la rubia antes de que esta se retirara, algo como "Pequeño freak" y un escupitajo; pero en lugar de eso, ella simplemente se cruzó de brazos golpeando la punta de sus dedos contra el brazo.

Hubo un silencio incómodo que para él resultó una eternidad. No se atrevía a mirarla, lo mataba el nerviosismo. No sabía como salir de aquella situación.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2023 ⏰

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