Era un sábado de abril en la ciudad de Mitras. El sol empezaba su lento caminar hacia el horizonte pintado de colinas y casas de campo, y aunque en aquella parte lejana la jornada ya había terminado en medio de un agradable silencio, en el centro urbanístico las actividades continuaban, mostrando el típico ajetreo al cual sus habitantes al cual sus habitantes ya estaban más que acostumbrados.
Los eventos culturales constituían una parte fundamental de la identidad propia de aquella metrópoli llena de contrastes. Cada semana, de forma ininterrumpida, se llevaban a cabo programas de distinta índole para el disfrute tanto se su gente como de los visitantes, y en esta ocasión no fue la excepción, observándose en todos lados cómo las calles se saturaban de personas que se dirigían a varios puntos de la ciudad a pasar un buen rato.
Entre las tantas opciones disponibles, había una abierta para un determinado eslabón de la sociedad: una galería de arte donde se exponían las últimas obras de los pintores más famosos de todo el país y que era el lugar al que cierto azabache se estaba dirigiendo en medio del movimiento común a esas horas de la tarde.
Levi Ackerman había llegado a la ciudad hace dos días como parte de un corto viaje que decidió hacer aprovechando que estaba de vacaciones. Previamente visitó otros distritos tanto del norte como del sur, pero ahora se encontraba allí, disfrutando de la belleza arquitectónica mientras caminaba hacia el museo más importante de la ciudad.
Aquel plan había surgido de forma espontánea cuando les comentó a sus amigos, Erwin Smith y Mike Zacharius, que estaba de paso cuando los encontró inesperadamente un día después de su llegada. Ellos, que eran grandes promotores de la cultura en sus distintas formas, mencionaron que estaban organizando una exposición en colaboración con delegados del ayuntamiento, por lo que no dudaron en extenderle la cordial invitación esperando por una respuesta afirmativa, la misma que, tras un par de minutos de reflexión, llegó con gratitud a sus oídos.
—Has tomado la mejor decisión al aceptar. Ya verás que no te vas a arrepentir —sonrió Erwin.
La seguridad del rubio causó una particular curiosidad en el ojiazul, pero prefirió no preguntar nada y esperar a verlo por sí mismo.
El reloj marcó las seis en punto cuando se vio finalmente al frente del museo. Vestido de gala (como se lo había recordado Mike), presentó sus credenciales al portero, esperó a que este revisara la lista de invitados y, tras escuchar la confirmación de que su nombre constaba en la misma, le permitieron el paso e ingresó.
Lo primero que se abrió paso ante sus ojos fue la cantidad relativa de personas que se encontraban distribuidas en varios grupos ubicados en todas partes. Era evidente, por su porte y modales, que pertenecían a la clase alta, pero antes de reparar en mayores detalles fue abordado por sus amigos, quienes le dieron la bienvenida y lo motivaron a salir de ese pequeño sitio en el que inconscientemente se había quedado clavado.
—Al parecer te ha sorprendido todo en cuanto entraste —comentó Mike.
—Más bien diría la jerarquía de los invitados —se encogió de hombros—. ¿Por qué no me dijeron que era un evento exclusivo?
—¿No lo hicimos? —mencionó inocentemente Erwin.
—Lo recordaría si así fuera.
—Bueno. No pienses más en eso. Después de todo, la razón por la que estás aquí es para admirar el arte a disposición.
—A menos que quieras conocer a más gente. En ese caso podríamos llevarte a...
—Voto por la primera opción —interrumpió, haciendo que ambos rubios sonrieran satisfechos.
Continuaron los tres con su recorrido por una sección de la planta baja mientras conversaban y escuchaban melodías relajantes provenientes de algún punto de ese lugar que parecía no tener fin. Algunos minutos después, y con la llegada de varios personajes importantes, Erwin y Mike se disculparon con Levi y se alejaron, prometiendo que pronto estarían de regreso. Él les mencionó que no tenían de qué preocuparse y prosiguió por su cuenta con la observación minuciosa de los cuadros que se mostraban a su alrededor.
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FRESH (RIVAMIKA)
Fanfiction"Ella es un dulce y fresco respiro en la monotonía del tiempo, pero también es fuego, una llama ardiente y peligrosa de la que no existe escapatoria alguna... Y en la que me quiero consumir por toda la eternidad". 🔥SNK One-shot 🔥Historia de mi com...