TATUAJES

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Estresada movía el pie al ritmo de mi lápiz sobre el pupitre, quería largarme de este lugar y aún faltaban dos horas para que terminara la maldita clase.

Ir a la preparatoria era un fastidio, ir en el turno de la tarde parecía una condena que el mismo demonio me había puesto, estaba jodido. Solo veía como la profesora soltaba un montón de tonterías sobre Shakespeare cuando todos sabemos que el verdadero dios de la literatura es Poe, Rodé los ojos dejando caer mi rostro sobre la fría madera, estaba aburrida y no podía hacer nada al respecto.

Un papel llegó frente a mí, fastidiada levante la cabeza para ver que el todas mías de Jean Kirschtein lo había mandado, su sonrisa coqueta y el guiño mal hecho casi me hace vomitar, llevamos compartiendo clase tres años y el cabrón aún no se da por vencido. Levante una ceja a modo de molestia y abrí el papel:

''¿Aburrida niña oscura? Vamos a cazar vampiros o jugar a la ouija, cualquier cosa de esas que te gustan yo le entro, ¿Qué dices?''

Si hubiese tenido algo dentro de mi boca seguro lo escupiría. Volví  a verlo, él seguía mirando hacía atrás con esa misma estúpida sonrisa, ¿Qué era mejor? ¿Escapar con el todas mías de la clase o seguir escuchando esta basura? No lo pensé mucho, me coloqué mi mochila sobre el hombro y salí de ahí, pronto escuché la voz de la maestra gritando el nombre de Jean, ya me estaba siguiendo.

─────── ¿Y bien? ¿A dónde vamos señorita oscuridad? ─────── pregunto el castaño pasando su brazo por mi hombro, el cual quite de inmediato.

─────── Vamos a hacer un ritual contigo, te sacaremos los intestinos y haremos bonitos collares con ellos para los fantasmas de mi casa.

─────── ¿Entonces iremos a tu casa? ¡A huevo!

El baboso ni siquiera le preocupaba lo que dijera, eso me hizo reír por dentro, claramente no lo demostré, bufé y fingí ignorarlo mientras nos íbamos rumbo a mi hogar.


...

Sabía que mis padres no estarían esta noche, lo que no sabía era porque lo había traído aquí, ahora examinaba todo mi cuarto como si se tratara de un maldito museo.

─────── ¿Terminaste? ─────── pregunté malhumorada.

─────── ¿Ya quieres comenzar? ─────── cuestiono mientras sostenía una fotografía mía cuando iba a la primaria. ─────── Acá no te miras tan oscura. ─────── soltó a modo de broma. ─────── Eso sí, siempre has sido bonita.

Rápido me levante de mi cama quitándole la fotografía, la coloqué en su lugar y lo empuje por el hombro para que se alejara de mi espacio personal, sin que me diera cuenta aquello que dijo me hizo sonrojar.

─────── Deja eso, tonto.

─────── Bien, bien... a lo que vamos.

Jean sin pensarlo mucho se saco la chamarra azul con blanco que traía encima tirándola a un lado, sus pronunciados músculos que desconocía saltaron a la vista haciéndome notar de inmediato que no traía camisa por debajo, no me dejo decir nada, se tiro sobre mi cama llevando sus brazos detrás de su nuca y con la misma mirada insinuante de siempre me dijo:

─────── ¿Así? ¿O necesitas que me quite algo más?

No sabía que decirle, claramente lo que sacarle las tripas y eso era una broma. Tome con fuerza los bordes de mi negra falda buscando que hacer, estaba nerviosa y no tenía palabras, jamás me había encontrado en esta situación, yo era la contestataria, la dura, la que llevaba el control, no él.

Tatuajes - Jeankasa // ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora