- Maldita...ugh..desgraciada- se quejaba aquel hombre mientras se arrastraba como podía - Nunca debí de haberme enredado con alguien como tú...ngh -
Ella sólo se le quedaba viendo.
El miserable estaba en el suelo con una mano colocada encima de su pecho en forma de garra como si fuese a arrancarse aquel pedazo de carne de si para calmar un inmenso dolor, el hombre en sus cuarenta y tantos años se removía en el suelo manchando de tierra su costoso traje queriendo llegar hacia ella quien tenía sus enormes y hermosos ojos acuarelas fijos en él con un rostro inexpresivo como le habían enseñado y como se había acostumbrado a tener en ese tipo de situaciones.
- Debería de acabar ya con él, esta sufriendo - le dijo su acompañante -
- Ujum - asintió con la cabeza y elevó su brazo derecho hacia el hombre quien levanto su rostro hacia ella -
- Cariño...- dijo - ¿Que me haz...- sus palabras eran interrumpidas pues la tos invadía su cuerpo junto al malestar que estaba sintiendo ahora mismo, cantidades de sangre salían de su boca y caían al suelo luego - ¿Porque de repente?...- cuestiono mirando el charco de sangre que había bajo su rostro - Desgraciada ¿Como pudiste? -
Su mirada oscura se fijo en el rostro de ángel que aquella muchacha que son sus hermosos y finos rasgos lo habían atrapado de inmediato y que ahora mismo lo miraba sin inmutarse por su estado.
- ¿Fue veneno? ¿Algún tipo de magia negra? - jadeo de dolor - ¡Contesta maldita sea! ¿Todo esto lo haces por el dinero que gano de la empresa, no es así? ¿¡Ah?! ¡Eres como todas esas malditas que pasaron en mi vida! - la miraba con odio mientras el dolor dentro de si aumentaba. Literalmente sentía como algo se movía dentro de su cuerpo y desgarraba órganos importantes - Maldita zorra...- dijo - ¡Me arrepiento mil veces el haberme dejado engañar por alguien como tú!-
Mientras el hombre en el suelo seguía quejándose el acompañante de edad media pero aun joven alto, de barba y cabello blanquecino hasta los hombros miraba a quien debía de acompañar como único testigo y cómplice esperando a que diese el movimiento final para acabar con el prepotente en frente de ella.
Sabía que solo lo estaba dejando decir sus ultimas palabras.
- ¡Ojala te pudras maldita bastarda! - le gritaba - ¿Crees que por ser bonita y joven puedes ir por ahí aprovechandote de cual hombre se te crucé por ahí? ¿Ah? ¡No sabes con quien te estas metiendo! ¡Tomaran cartas en el asunto esto no se acabara aquí! -
- ¿Terminaste? - dijo -
El charlatán de inmediato callo como si le hubiesen arrancado la lengua de un tajo y miro a su (sin él saberlo) verduga. Aquél rostro serio con aquellos hermosos ojos escuarelas le miraban fijo como si fuese una repugnante cucaracha molestando en una mañana tranquila durante un desayuno agradable.
- Tus palabras me aburren...- siguió - Eres un hombre realmente bulgar, te dejas engañar con cuanta mujer bonita se te tope en el camino y no tienes consideraciones con ninguna -
Aquellas palabras salían con tanta frialdad de la boca de la joven que las sentía igual o casi peor al dolor que crecía en él.
- Hombres como tú deberían estar extintos o encerrados -
- Ca-cariño...p-podemos arreglarlo - sonrió nervioso para después seguir tosiendo sangre - p-podemos hablarlo como gente civilizada ¿Si? - intentaba incorporarse para ponerse de pie pero sentía las puntadas de dolor creciendo dentro de él - Vamos.. ¿Si? Sabes bien que no lo decía enserio cariño...s-sabes bien que te amo...-
Mientras el hombre seguía dando las baratas excusas para salvar su pellejo ella levanto sus dedos indice y del medio en un movimiento rápido hacia arriba y de inmediato enormes espinas brotaron del cuerpo de aquel hombre perforando su cuerpo incluyendo sus ojos quedando todo en una enorme mancha de sangre oscura que se esparcia por el suelo siendo absorbida por la tierra húmeda mientras el dueño de la dicha ya hacía muerto en el suelo y de a poco su piel bronceada pasaba a ponerse pálida.
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Mᴀʟᴅɪᴛᴀ (Senku x Kohaku)
FanficCualquiera que se acercara a ella estaba condenado, cualquiera que se enamorase de ella estaba perdido no tenía salvación. Ella estaba maldita.