I love you

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Hueningkai volvió poco a poco a ser la persona que antes fue desde ese día. No solo por Soobin, si no también por sus incontables progresos en la terapia.

Yeonjun lo perdonó por lo del cine y no pidió explicaciones aunque Kai no se las iba a dar igualmente, todavía quería tantear terreno a lo que verdaderamente estaba sintiendo respecto al chico nuevo. Estuvieron unos pocos meses conociéndose y él se sentía en las nubes, luego de todo el problema de Mino nadie lo había visto tan feliz en mucho tiempo y aunque tanto su amigo como su familia tengan la idea de que quizá alguien apareció en su vida, nadie tuvo la valentía de preguntarlo directamente.

—Mi hermano es un tanto perfeccionista. Antes estaba realmente loco, se anotaba a millones de clases extras con tal de tener excelentes promedios cuando ya era el mejor de toda su escuela. —Le contó Soobin, estaban tirados en el pasto en medio de un bonito picnic improvisado luego de haberse encontrado de casualidad. —Ahora por suerte relajó mucho. Si bien tiene bastantes responsabilidades, nuestros padres lo obligaron a cambiar su difícil rutina luego de que lo internaran por exceso de trabajo.

—Mis hermanas no se preocupan tanto por eso. —Respondió siguiendo el tema de conversación. —Tienen buenas calificaciones pero nunca se mataron estudiando. Yo soy bastante parecido, no estudio mucho porque aprendo prestando atención a la clase.

Soobin lo miró, con esa mirada que expresa tantas cosas pero a la vez no expresa nada. Esta era un enigma algunas veces pero Kai siempre fue de los únicos que sabía leerla de vez en cuando.

—¿Tienes buena memoria? —Le preguntó, manteniendo todavía su mirada en él, si seguía mirándolo de esa forma se pondría bastante rojo en cuestión de segundos.

—Supongo ¿Y tú? Dijiste que ibas a algún lado cuando nos vimos.

Su relación había avanzado muchísimo pero todavía había ciertas cosas que al menor lo descolocaban. Tristemente, Kai no estaba acostumbrado a que alguien deje algo en segundo plano por él (hablando amorosamente) y cuando se habían encontrado hace una hora Soobin estaba muy apurado.

—No era nada importante, solo estaba yendo a una cafetería a visitar a mi hermano. —Luego de decir eso, Choi se acercó al menor con la intención de decirle un secreto. —Ahí trabaja el chico que le gusta.

Sentir su aliento sobre su oreja fue algo magnífico y vergonzoso, no sabía desde cuándo se sentía así pero la atracción fue innegable desde el principio.
Pero mientras iba conociéndolo cada vez más se seguía dando cuenta que realmente le gustaba y veía en él algo que Mino no tenía.

Si bien está mal comparar, no tenía otra forma de explicarlo. Veía en Soobin algo que nunca había tenido. Él era bueno, muy bueno; también atento y cariñoso. Era de esos que emitían una tranquilidad preciosa y alguien con el que fácilmente te podrías sentir en casa.

Nunca se había sentido así estando con Mino, nunca sintió tranquilidad, nunca vio un hogar, siempre estaba alerta por si algo malo pasaba.

Esa es su razón. Con Soobin finalmente puede bajar la guardia y disfrutar del momento, puede distraerse felizmente de todo.

—Mi amigo trabaja en una cafetería también, podemos ir un día. —Propuso con un poco de miedo a la respuesta.

El mayor asintió con una sonrisa, marcando sus bonitos hoyuelos. —Estoy de acuerdo.

Soobin tuvo que irse llegado el atardecer y para toda su familia fue muy preocupante no verlo llegar en todo el día sin siquiera avisar.
Por eso, cuando el menor llegó y los miembros de la casa lo vieron, quedaron atónitos, completamente sin palabras.

—¿Qué? —Preguntó, cómo si nada hubiera pasado. —¿Tengo algo en la cara?

Y pues si, si lo tenía. Irradiaba una felicidad inmensa, su rostro estaba pintado con una bellísima y tierna sonrisa, de esas expresivas que te dicen todo sin necesidad de palabras. Sin duda el niño de la casa había conocido a alguien que lo hacía muy feliz.

YOU [Sookai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora