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Daniel no logró cumplir las metas que se había propuesto al salir de la preparatoria. Y no era por flojo o mala suerte; no lograba llegar a ningún lado simplemente por su apariencia.

Daniel era alguien que no cumplía el estereotipo que la sociedad esperaba de un diseñador de moda. Por lo tanto nadie llegó a tomarlo enserio.
Nadie tomaba en serio al pequeño Daniel, alías el cerdito.

Y a pesar que intentó hacer lo posible para que lo notarán y le dieran una oportunidad, con el tiempo Daniel se cansó y decidió rendirse. Ya no quería seguir viendo las expresiones de disgusto y repugnancia que hacían las personas cuando lo miraban.

Renunciando a su objetivo de ser un diseñador de moda reconocido mundialmente, Daniel Park busca trabajo; consiguiendolo en un mini mercado abierto las veinticuatro horas al día, siete días a la semana.
No tenía el mejor sueldo, pero con lo que ganaba era suficiente para que pudiera sobrevivir en el mes.

Con los años Daniel conoce algunas personas que pasaban por el mini mercado y uno de ellos es actualmente un gran amigo; Lee Eun Tae, alías Vasco.
Vasco cada vez que pasaba por el mini mercado compraba una cajita de chocolatada y galletas en forma de animalitos.

Al principio Daniel le tenía miedo por su apariencia tan intimidante, pero ahora ya no tanto, además Vasco era el causante de su nueva apariencia; su cuerpo redondo y mantecoso cambió a uno más saludable y fuerte. Y a pesar de que con su nueva apariencia logró tener más de un halago a lo largo de los días; no fueron suficientes para que Daniel Park quisiese renovar su objetivo de ser diseñador, y todo por temor a ser rechazado nuevamente.

A parte que ya pasaron al rededor de tres años desde la última vez que diseño un atuendo, Daniel siente que ya perdió el toque.

Y con esa vaga excusa, Daniel se convenció de dejar todo eso atrás y mirar hacia adelante, pensando seriamente en buscar otro trabajo que le dieran un sueldo más alto o al menos decente. Sin embargo, justo cuando empezó a divagar en sus pensamientos; planeando lo que haría al siguiente día sobre como conseguiría otro trabajo, algo frío se poso sobre su cabeza.

Y con solo ver el arma una vez, setención que tal vez no llegaría a casa para desayunar con su madre.

No obstante, una sola acción lo cambió todo y ahora la situación en la que se enredó de un momento a otro no cabía en su cabeza, de alguna manera cambió la escena de asalto a una escena más apasionada. No entendía como la desesperación y el miedo lo hicieron tomar una decisión tan rápida e imprudente y realmente ridícula. Pues, besar a tu asaltante no es algo que harías todos los días.

Pero aquí estaba, besándose con aquel chico que anteriormente amenazó su vida con un arma. Enloqueciendo por sus gemidos que lo provocaban a más.

Mierda... ⚊ maldijo en voz baja, Daniel se separó del beso para luego clavar sus dedos sobre los muslos del muchacho, tratando de detener el movimiento de ese redondo trasero que lo presionaba haciéndo pequeños círculos sobre su ingle.

Un gruñido se atragantó en la garganta del rubio por la fuerza que se ejercio sobre sus muslos, pero se recuperó rápidamente y con una sonrisa pícara bajo la cremallera de su abrigo; revelando su desnudo y musculoso cuerpo frente a los atentos ojos de Daniel.
Un cuerpo tan impecable que solo pedía a gritos que alguien lo tocara, probara y reclamara de todas las formas posibles. Daniel contuvo el aliento cuando vio el brillo del metal de un par de piercings que abrazaban felizmente a las pequeñas tetillas que parecían los pétalos de una flor de cerezo.

Y ver esos perfectos pectorales rebotar ligeramente a causa de la acelerada respiración del dueño de los buñuelos; que eran cubiertos por una delgada capa de sudor, lo dejó anonadado y tuvo que tragarse su saliva para no babear, quería desesperadamente comenzar a acariciar y marcar esos pechos como suyos, algo dentro de él le exigía que lo hiciera, pero se contuvo.
⚊¡Es-Espera! ¿No crees que esto es demaciado rápido? ⚊ nervioso Daniel trato de alejarse del muchacho, pero este se lo impidió.

⚊. . .⚊ el muchacho se presentó rápidamente como Jay y con sus piernas atrapó de la cintura al nervioso de Daniel.

⚊¿Te llamas Jay? Mucho gusto Soy Daniel Park... ¡Espera, no me cambies el tema! ⚊ reclamo agarrando las manos de Jay que trataron de tomarlo del rostro.

Jay ante el regaño hizo una mueca similar a un puchero, que haría un niño al ser regañado por un adulto, claramente no quería parar. Ese semblante se le hizo bastante tierno a Daniel, pero negó mentalmente, no quería pensar en eso ahora. ⚊Ja--!!! ⚊ inesperadamente fue empujado con fuerza al suelo y antes que pudiera recuperarse, Jay se sentó a horcajadas sobre él.

Con el abrigo cayendo de sus hombros, Jay desabotono el pantalón de Daniel. Mismo que no sabía en que pensar ante la suave sonrisa que le dedicó Jay. A pesar de que no había forma de ver los ojos ocultos detrás de su flequillo, Daniel entendía perfectamente la expresión en su rostro: no lo soltaría hasta que estuviera satisfecho.

Daniel había despertado sin querer el lado bestial de un criminal.

Jay de un jalon le bajo el pantalón junto con el bóxer dejando florecer el palpitante miembro que gotea de líquido preseminal. Daniel jadeó sorprendido y se sentó de inmediato; sentándose con el travieso rubio todavía en su regazo. ⚊¡Espera un segund---!!!⚊ desesperado agarró los hombros de Jay tratando de alejarlo, pero luego se aferró a él; enterrando su rostro en el cuello del otro, gimiendo roncamente cuando Jay comenzó a masajear suavemente su miembro.

Jay⚊ suspiró el nombre del rubio contra la piel ajena, y lentamente guió sus manos hacia las redondas mejillas traseras de Jay. Sosteniéndolos firmemente mientras disfrutaba de la atención que estaba recibiendo su pequeño amigo.

«¡Se siente tan bien..!»
Daniel tembló por los ligeros espasmos que comenzaron a recorrer por su bien construido cuerpo y empeoraron cuando Jay movió su mano de arriba hacia abajo con más fuerza, aumentando la velocidad de la masturbación. ⚊N-No Jay... A este paso voy a... ⚊ las palabras de Daniel intentan frenar a Jay, pero la forma en que respondía su cuerpo decía lo contrario. Daniel se muerde el labio al sentir que su polla estaba a punto de derramar el espeso fluido seminal. Y no paso mucho cuando terminó ensuciando la palma de Jay.

Exhalando con pesar, Daniel miro con las mejillas sonrojadas a Jay quien, sin borrar su sonrisa, chupo obscenamente sus dedos; tragando la semilla de Daniel. Provocando otra erección en el pasmado Daniel quien, fijando su mirada en la partes bajas del otro, noto que Jay estaba tan duro como él.

En este punto, sus manos se deslizaron lentamente hacia arriba sintiendo los suaves, pero fuertes abdominales de Jay.
Aunque, se detuvo cuando las manos de Jay se posaron sobre sus manos los cuales fueron guiados directamente a esos firmes pechos que rogan por su atención. Daniel trago duro antes de atreverse en pellizcar los rosados botones de carne; tirando de los piercings, excitándose una vez más cuando escuchó a Jay dejar escapar un gemido que fue directo a su ingle, empeorando su problema de abajo.

«Mierda»

«Mierda»

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2023 ⏰

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