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A mis dieciséis años murió algo en mí.

El cielo estaba nublado mientras me temblaban las piernas por permanecer de pie por tanto tiempo, sólo veía y escuchaba aturdida a él hombre que nos estaba negociando a mí y a otras mujeres que parecían ser más grande que yo en el mercado de esclavos en Estambul. Estaba sucia, me sentía sucia al sentir tantas miradas en mi cuerpo, haciéndome sentir cómo sí no tuviera valor.

"¡Suelteme por favor, quiero volver a mi casa!" Grité desmoronandome en el frío suelo al sentir que ya no podía sostener mi propio cuerpo. El señor se acercó a mí y tiro de mi cabello para que lo mirará. "Cállate maldita sea" me habló alto haciendo que gotas de su saliva invadieran mi rostro, y lo único que hice al sentir sus dedos cerca de mi boca fue morderlo, después de eso sólo sentí un fuerte golpe en mi cabeza y todo se volvió negro.

En ese momento después de desmayarme, estando inconsciente un hombre dio cien monedas de oro por mí diciendo que me llevaría al palacio. Me desperté incomoda al escuchar los gritos de alguien. "Despierte, ¡nesecito que se despierte!" Gritaba un hombre mientras me obligaba a bajar del carruaje, sólo pude abrir mis ojos sorprendida al ver un enorme palacio frente a mis ojos

"¿Por qué estoy aquí? Les ordeno que me lleven a mi hogar" sollozos salían de mi boca mientras me empujaban en dirección del palacio. "Sümbül aga, ¿quien es la joven que trae con usted?" Escuche a un tipo de guardia decirle a la persona que me trajo a este infierno, ahora yo sabiendo que se nombra "Sümbül".

Lloré todo el camino hasta que llegamos algo que se llamaba Harem y me sentía aún más aturdida de la situación por no saber que me sucedería en este lugar. "Señorita Frakia, le traigo una nueva muchacha muy hermosa para el harem" muscullo Sümbül empujandome hacia una mujer mientras que ella me examinaba de pies a cabeza.

"Llevenla a bañar antes de que sea la hora de el baño del príncipe Selim" la señora Frakia le ordeno a otras dos mujeres que estaban con ella así acompañándome a donde tendría que asearme.

Me dejaron allí para que me limpiara, y mientras dejaba caer el agua caliente sólo podía llorar recordándome que ya no era nadie, aquí ya no era nadie. Tararee una melodía con la voz cada vez más rota cuando me fije que había un recipiente de vidrio cerca de mí. Mi cabeza daba vueltas y no estaba razonado sólo podía sentir la ira y tristeza recorrer mi cuerpo cuando rompí el objeto cristalino, y teniendo una parte puntiaguda, perfore mi muñeca varias veces sintiendo cómo reprimia todo mi desconsuelo hiriendo mi propia piel.

Cada vez sentía cómo mi vista era más borrosa, recostada en la pared veía cómo el agua de mis piernas se cubría por el tono carmesí y sollozando cada vez más débil vi cómo una persona entró y abrió con horror su ojos al verme en este estado y se apresuró a mí.

"¡Guardias!" Grito el príncipe Selim mientras rompía un pedazo de tela de las prendas de vestir que sé encontraban al lado de la mujer que cada vez perdía más la respiración. En el brazo más arriba de las heridas envolvia el trozo de tela para tratar de detener la sangre. Después de eso la mujer fue llevada a la enfermería y todo el harem se había despertado por la terrible noticia.

Me sentía mal, veía recuerdos borrosos de cuando me alejaron de mi familia, pero todo se llenaba de rojo y sentía cómo todo mi cuerpo era apuñalado. Grité y abrí mis ojos sintiendo dolor físico y mental al ver que seguía en este infierno.

Baje mis piernas de la cama para levantarme pero Frakia con un gritó me ordeno que no me moviera, pero aun así lo hice y caí tendida al suelo, ella estando enojada se dirigió a mí y bruscamente agarro mi rostro. "Aprende a compórtate, no tendría que estar cuidando a escoria cómo tú", volví a llorar.

Mi nombre es Erika Venier, nací en Grecia y crecía hasta mis actuales dieciséis años cómo una niña feliz hasta que hace una cuantas semanas me arrebataron todo, me quitaron mi familia, mi identidad, simplemente todo.

𝐍𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋 𝐀𝐍𝐓𝐇𝐄𝐌' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora