Desesperación

Cristal, Arthur, Collie y Sebas|1

Cristal se despertó adolorida, no recordaba nada de lo que había pasado. Bueno, sólo que fue a una fiesta de piscina y se emborrachó lo suficiente para que tenga un dolor de cabeza muy fuerte. Miro hacia los lados y vio a sus compañeros de clases. Pero... ¿Dónde estaban? Se talló los ojos y miro bien. Había agua, era cómo una mansión inundada.

Collie se despertó, miro hacía los lados desconcertado y vio que Cristal estaba sentada en el piso, muy frío. Cristal es una chica de altura promedio, su cabello es color café lacio, ojos miel oscuro, delgada y pálida. Collie es un chico alto, delgado, cabello negro y chino, ojos negros y su tono de piel es blanco. Arthur es un chico con pelo lacio, estatura promedio, ojos negros y de piel morena. Sebas es un chico pálido, pelo rubio, ojos azules y alto.

—¿Dónde estamos? —Le pregunto Collie a Cristal—.

—No lo sé, yo me acabo de despertar.

Arthur y Sebas se despertaron al mismo tiempo, se miraron desconcertados.

—¿Qué es este lugar?

Collie y Cristal se encogieron de hombros.

Cristal se paró, miro hacía los lados de la piscina, no había nadie. En su mente, cristal se preguntaba si sus demás compañeros estaban acá, o los de la fiesta. Empezó a bajar los escalones para irse al agua, total, era todo lo que había. Agua.

—¿A dónde vas? —Pregunto Sebas—.

—A buscar una salida o a alguien más, no lo sé—.

—Bien, pues te acompañamos—.

—Esperen, ¿Enserio nos vamos a meter en el agua? No tenemos traje de baño. —Dijo Arthur—.

—Qué más da Arthur. Si te quieres quedar quédate. —Dijo Collie con seriedad—.

Los chicos se metieron al agua, valla que estaba fría. Empezaron a recorrer toda la piscina, mientras lo hacían todo se sentía extraño, demasiado extraño. Al menos tenían sol, sino sería peor.

Llegaron a una habitación. Había unas escaleras.

—¡Miren chicos, escaleras! —Dijo Collie con entusiasmo—.

—Ni de coña subo a esa cosa, se ve espeluznante, capaz y hay un loco ahí. —Dijo cristal—.

Collie se sintió regañado, él quería subir. Los chicos siguieron su camino, ¿Qué podrían encontrar?

Los chicos llegaron a un pasillo muy oscuro, no tenía ventanas. Sebas rebasó a todos. Arthur vio cómo las ondas se iban alejando, de una forma extraña. También, vio cómo unas ondas regresaban con velocidad.

—Chicos, hay que irnos. —Dijo Arthur con una voz ahogada—.

—¿Por qué?—.

—Miren, las ondas regresan con fuerza.

—¡Qué bien, hay gente! —Dijo Sebas—.

—No, si fueran personas no regresarían las ondas con gran velocidad, ¿Y si es un tiburón? Digo, total estamos en agua. —Corrigió Collie —.

Los chicos se miraron asustados, no querrían encontrarse algo así, nadie lo querría.

—¡Qué va hombre! Eso es imposible, son personas. —Dijo Sebas—.

Sebas se adentró más, las ondas chocaban contra él con más fuerza. Cristal nado lo más rápido que pudo hacia Sebas. Las ondas fueron un poco rápidas. Los chicos sintieron cómo el suelo empezaba a temblar. Y vieron cómo las ondas se iban acercando cada vez más. Y a lo lejos vieron una figura grande que se acercaba con gran velocidad.