3 - una cita y una bendi

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4:00 AM Q

Era de madrugada, quackity se había despertado todo sudado, con dolor de cabeza, fiebre y tremenda sed como si no hubiera tomado nada en días. Además, su casita estaba totalmente apagada.

«No mames... Que putas madres pasó...» pensó el pelinegro mientras tocaba su frente, tenía tremenda bola en la cabeza por el golpe que le había dado titi con una sartén.
«pinche chamaco, ya valiste verga

Se levantó de su camita tiesa y caminó para su cocina toda tercermundista, se estaba cagando de miedo por la gran oscuridad de su casa pero de igual forma continuó caminando.

«Que vida tan mierda... Me duele la cabeza.», pensaba mientras se servía un vaso de agua. Escuchó una risita muy cerca de él, volteó a la entrada de su cocina y vió a una pequeña sombra parada ahí, aparentemente viéndolo.

Quackity se estaba cagando otra vez de miedo, si muy apenas y pudo ir caminando a la cocina de noche, como es que iba a lidiar con un "espíritu" que probablemente le iba a robar la alma por no pagar un chicle en la primaria.

NO MAMEEES!, AMAA HAY UN PINCHE NO QUÉ VERGAS EN LA ENTRADA DE LA COCINAA!. – Gritó quackity de la manera más masculina posible al ver que la sombra comenzó a caminar directo hacia el.

El de ojos carbón estaba gritando por el miedo, o eso hasta que su querida madre apareció con una escoba en manos y golpeó la cabeza de la pequeña sombra a la cual no le pasó nada. Staxx también se asustó y prendió la luz, viendo a un niño con casco y cabello verde.

Pero que mierda... Niño, ¿Qué haces en está casa?, y más a estas horas de la madrugada, y peor, CÓMO ENTRASTE?!. – Dijo staxx con preocupación y también un poco de miedo.

– . . . – El niño no respondió nada, tan solo se quedó viendo directamente a la madre del híbrido.

No pues el chamaco tiene mucha razón, ¿lo puedo tener cómo tercer hijo?. – preguntó quackity así de la nada, tenía una obsesión con adoptar cualquier animal cada que veía uno y ahora hasta con un niño.

Staxx no dijo nada, solo suspiró y se fue a su cuarto para seguir durmiendo. Nadamas por esas mamadas le interrumpieron su sueño con Chayanne.

Que chingón, ahora eres mi hijo y te vas a llamar Merlon. Sisisi. – Ante esto dicho por el pelinegro, "Merlon" solo se le quedó viendo unos segundos pero después ya no. Si quería tragar y tener aunque sea un techo de lámina donde vivir debía aceptar llamarse con un nombre tan culero.

La canción //luckity AuWhere stories live. Discover now