El Hombre que nunca llamó

4 0 0
                                    


- Tal vez sólo nos es posible enamorarnos cuando no sabemos muy bien de quién nos hemos enamorado.

- Me gustas, me gusta el concepto de tú y yo. De hecho, me gusta mucho.

- Qué alivio charlar con alguien que no sabía nada de la tristeza que me embargaba. Que no ladeaba la cabeza en un gesto compasivo al habar conmigo. Que simplemente me hacía reír.

- Hacía mucho tiempo no me sentía tan feliz en compañía de un hombre... o de nadie, en realidad.

- Retrocedí a cuando era una adolescente lastrada por la incertidumbre y la soberbia, agotada por el simple esfuerzo de vivir.

- Me dolía el corazón. Me dolía de verdad. ¿Por qué nadie me había dicho que la expresión "corazón roto" no era sólo una metáfora?

- El mundo ha alzado su látigo, ¿Dónde lo descargará?

- Observando el cielo, olfateando el aire, preparándome para el desastre.

- No me imaginaba que fuera posible extrañar a alguien echar de menos a alguien después de pasar sólo siete días con él, pero lo es.

- Te echo tanto de menos que ya no pienso con claridad.

- Quiero pasar el resto de mi vida contigo. Podría comprometerme a ello ahora mismo, y sé que no me arrepentiría.

- No sé si estoy dispuesto a dejar que regreses.

- Te quiero, más de lo que soy capaz de expresar.

- Creo que hemos aprendido por las malas que más vale centrarnos en lo que tenemos que en lo que nos falta.

- Yo me enamoré de alguien por quien habría derrumbado edificios enteros, si hubiera podido. La amé hasta el día que murió. Sigo queriéndola, años después. Aún me duele su ausencia.

- Ignoraba por completo lo que debía sentir una persona cuando está enamorada.

- Los pocos días que pasamos juntos no fueron un rollo pasajero para mí, y dudo mucho que lo fueran para ti tampoco.

- Estar contenta. Es lo único que me importa últimamente.

- Finge que no has visto eso, destiérralo de tu mente, porque no puedes vivir sin ella. Ha sido sólo una semana, pero es.... Lo es todo para mí.

- Entonces me miró, era una mirada tan intensa que el estómago se me subió hasta la garganta.

- Es imposible que recuperemos algún día lo que tuvimos en un principio. Se acabó, lo tienes claro ¿Verdad?

- Deslicé las yemas de mis dedos sobre las pequeñas marcas que había dejado su pluma en el papel al escribir mi nombre.

- Se feliz, y cuídate.

- Que quería a ese bebé de maneras que ni siquiera acertaba a comprender.

- Se le había escapado aquella risa, maravillosamente térrea y llena de vida.

- Dios, como duele. Duele de maneras que no imaginaba posibles.

- No tengo idea como se deja de querer a alguien. Supongo que basta con sentarse y esperar a que... No sé. ¿A que la llama se apague?

- Sólo sé que, ahora mismo me siento como una olla a presión.

- Sólo quiero ser feliz, quiero ser libre.

- Gracias por estar ahí, tanto en la vida como en la muerte.

- Me vienen ganas de arrancarme la piel.

- Yo también estaba pensando en ti. Y aunque reconozco que, en aquellos momentos, mis pensamientos no eran tan bonitos ni claros como los tuyos, quiero que sepas que, en el fondo, estaba enamorado de ti sin remedio. Eso era lo más doloroso para mí: que estaba loca y perdidamente enamorado de ti. No podía creer que fueras real. Sigo sin creérmelo.

- Ya nada me frena.

- No hay rincones oscuros ni aludes inminentes. Ante mi sólo está la vida.

- Ya no estoy solo. Ahora somos dos. 

Frases de librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora