Parte 1

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"Tu número en un papel, recuerdos de una canción..."

«Parte 1 - Juan Pablo Isaza»


                                                                                                                                                                Bogotá, Colombia

                                                                                                                                                                 Septiembre 2022

Había decidido tomarme la tarde libre después del ajetreo de los últimos días. La nueva gira y el lanzamiento de las nuevas canciones me habían tenido tan a full que apenas había tenido tiempo para respirar; entre el estudio, los viajes y Juliana la situación me había pasado factura más pronto que tarde, y lo digo porque apenas dos meses atrás comenzamos la relación que en un abrir y cerrar de ojos se fue al carajo, pues entre mis idas y venidas por toda Europa y Latinoamérica y sus Master Classes de repostería en Estados Unidos terminaron por mermar el noviazgo, y decidimos darnos un tiempo.

Eso era lo que me repetía a cada momento, echándole la culpa a la falta de tiempo para no sentirme como un imbécil. Y lo digo así porque desde un inicio supe que apresuré las cosas, y todo lo hice por olvidarla a ella.

Pero eso era imposible. Porque ella era de esas chicas que por más que lo intentes nunca podrías olvidar, pues se aferraba a esconderse en las cosas más simples, como en el olor de las flores o el color que tomaban los troncos de los árboles cuando los veías a contraluz, y que justo se asemejaba al color de su cabello.

Espabilé sin quererlo de mi ensoñación y me encaminé hacia la mesa de noche donde tenía esa cajita de lata que me había acompañado desde el colegio y fungía como mi cofre de tesoro, y la abrí para tomar el primer papel del lado derecho. Estaba algo maltratado, pero aún era legible la tinta fina con la que se habían escrito los 10 números.

En ese momento una melodía comenzó a sonar por la habitación, y todo cobró sentido y al mismo tiempo se lo llevó, arrastrándome a un vórtice de recuerdos donde desde el primer momento solo la veía a ella por entre el cristal de sus gafas, e incluso más allá, aunque no se lo dijera. Porque apenas hoy, 5 meses después entendía que merecía la pena haberle dicho que esos días calurosos de abril habían sido los mejores de mi corta existencia.

Moncho había dicho que tener de ringtone una de las canciones de tu banda era tan psicópata como los que tienen su foto de salvapantallas en el móvil, pero qué más daba. Para mí '¿A dónde vamos?' era el parteaguas de nuestras canciones y merecía la pena que justificara un poco la locura de tenerla de tono.

-¿Y vos a quién le pidió permiso para tomarse la tarde libre, perro?-escuché la inconfundible voz de Villa al otro lado de la línea al atender–hemos estado buscándolo como locos desde las 11 y nada de usted.

-¿Y a usted quién le dijo que era el líder de la banda, marica? Si el Juanjo no pone objeción no veo por qué usted sí.

-Conociéndolo de seguro está en calzones y sombrero con una guitarra por ahí para la inspiración, ¿o me equivoco?

-La inspiración viene de otro lado, perro–carraspeé un poco la garganta–hoy viene de otro lado.

-No joda, Isaza, ¿de nuevo? Creí que ya lo había dejado atrás.

506 | Juan Pablo Isaza (MORAT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora