506 | Juan Pablo Isaza (MORAT)

Parte 3

"Volver a tu calle me hizo ver que recuerdo por qué me enamoré, recuerdo lo que te enamoró..."

«Parte 3 - Juan Pablo Isaza»

CDMX, México

Noviembre 2022

Caminé por la calle, sopesando mis opciones. Podía volver a llamarla, volver a intentarlo. Nunca había sido partidario de las 2das. partes en una historia, pero ella valía la pena, y mucho más valía la alegría y el esfuerzo de traerla de vuelta a ser parte de mis días.

Revisé el último whatsapp que había recibido:

"Hyatt Regency Mexico City en Polanco, habitación 506; me lo agradeces después con un sombrero o algo ;)

PD: Así está la vaina: cuando Martín te diga el dato finge sorpresa para que no se sienta mal." Después de semejante datazo Myrna se merecía una colección completa de sombreros, y posiblemente se la diera en un futuro.

Tomé la última esquina y visualicé casi de forma inmediata el hotel entre un montón de edificios más. Me encaminé hacia allí, esperando volverla a encontrar. Y ojalá esta vez ambos decidiéramos quedarnos.

Flashback | Monterrey, México

Abril 2022

-Es muy linda–soltó Irene en cuanto terminamos de tocar la primera estrofa de la canción.

-Aún no está terminada, pero la idea es que sea de los primeros sencillos del nuevo CD.

-¿O sea que nos acabas de dar la primicia? El privilegio–comencé a reír y ella después conmigo.

-Yo quiero preguntar algo–soltó Myrna de pronto, quien estaba sentada sobre una de las bocinas del escenario–¿por qué solo escriben canciones de desamor? Que si la ex, que si esto, que si lo otro...

-Es porque Villa las escribe, ya te imaginarás para quién–soltó Marto en un comentario más que de broma, pero Villa se puso completamente rojo y Myrna después de dedicarle una mirada se quedó muy seria–pero vamos, esas son las que pegan, ¿no?--trató de componer un poco lo dicho riendo.

-Ciertamente–apuntó Irene–entonces... ¿ya están con todo lo del nuevo disco?

-Mañana volamos a París; vamos a terminar de escribir la canción y hacer la maqueta para comenzar a grabar–dijo Simón, y pude ver que los ojitos de Irene se apagaban un poco.

–¡Chicos!--gritó Juanjo desde el otro lado del escenario–tienen que bajar a organizarse y a camerino–todos asentimos, mientras volvíamos a ver a las chicas, quienes ya estaban de pie.

-Creo que es hora de irnos. ¿Las vemos en el show?–pregunté, esperanzado por que dijera que sí.

-Por supuesto–acotó Myr, acercándose a Villa y estirándolo levemente del brazo para decirle algo.

En ese momento sentí una mano sobre mi muñeca, y cuando abrí la mía por acto reflejo ya había un papel en ella.

-Sé que París puede ser deslumbrante y seguramente no te acordarás de mí, pero si lo haces aquí me puedes encontrar.

Y sí: era su número en un papel. Y los recuerdos me golpearon como si fueran esa canción que nunca debí dejar de escuchar.

«...»

Inhalé profundamente antes de golpear la puerta dos veces. Escuché unos pasos ligeros al otro lado, y de un momento a otro abrió.

Su cabello desordenado me indicaba que se acababa de despertar recién, eso o estaba teniendo una batalla campal con su cepillo e iba perdiendo. Parpadeó un par de veces y después se llevó la mano a la cara.

-No puede ser que la primera imágen de mí que tienes después de meses es esta, voy a matar a Myrna–dramatizó y yo reí.

-No pasa nada–la animé sonriendo levemente–me gustas en todas tus facetas, incluso cuando la vas perdiendo contra tus productos del tocador–el comentario se quedó al aire–¿Qué irónico, no crees?–mencioné apuntando la pequeña placa de su puerta–sigues estando en el 506–recordé que ese justo era el número de la habitación de su hotel en Monterrey–Ahora que te veo recuerdo por qué me enamoré

-Y yo recuerdo lo que me enamoró... Juanpapi–ambos reímos por aquel apodo–¿Quieres pasar?

Asentí y ambos entramos a la habitación. Y ahí estábamos, después de meses como si nada hubiera pasado, como si nada hubiera cambiado pero la realidad es que todo cambió, comenzando, porque esta vez no nos dejaríamos ir tan fácil.

Esta vez no.