II

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—Kat-Kat...suki~— Aquella habitación estaba repleta de súplicas del pelirrojo.

Un destello se presentó entre los dedos índice y pulgar de el cenizo, aquello no se trataba de nada más y nada menos que una aguja americana. La mirada de Katsuki se tornaba aviesa, torva y lasciva teniendo entre su mano desocupada uno de los pezones de Eijirou. —Ya está lo suficientemente duro. Empecemos— Dijo alineado la aguja con el pezón de Eijiro esbozando una sonrisa sádica.

Eijirou solo podía ver con ojos espantados y lagrimosos como aquella aguja provocaba en él el primer espasmo de dolor. —¡ESPERA! AH... KATSUKI.— junto con ello se asomaron las primeras cristalinas lágrimas recorriendo sus mejillas. —ERES UN SÁDICO.— Un golpe resonó en toda la habitación.

...

—¿Un sueño?— el pelirrojo yacía en el suelo de su cuarto al haberse caído de la cama.

El susodicho arrastró sus manos por debajo de su franela hasta llegar a sus pectorales, palpando la zona del pezón. —¡Gracias a Dios! ¡Mis pezones están a salvó!— celebró internamente.

En un movimiento rápido se levantó al sentir algo en el lugar donde momentos atrás había caído, detrás de su espalda se encontraba una de las revistas que había comprado de Bakugou. —¡Rayos!— se regañó internamente por casi haber arruinado aquella obra de arte. Abrió la revista aún en el suelo, ojeando cada detalle del modelo. —Hay una delgada línea entre el placer y el dolor. Me pregunto quién rayos dijo eso— pensó pasando de página.


   Odio la violencia, no me meto en peleas de ningún tipo, recuerdo que en preparatoria me llamaban "el agua fiestas" ya que cuando había algún tipo de riñas en la escuela, era el primero en avisar a los profesores. La aborrezco a tal punto de que una vez, vi una escena de tortura en una película, prácticamente me desmayé. No es como que me traumé por ello, pero a pesar de mi edad, odio cualquier cosa dolorosa.

—Oye, Kirishima, ¿En serio estás bien?— Dijo el rubio preocupado.

El pelirrojo se hallaba sudando frío. —Es-estoy bien...—Dijo con su puño en sus labios. —Solo me siento un poco... Enfermo...—

Esto alarmó de inmediato al cenizo el cual se le notaba su preocupación en la cara. —¡Entoces no estás bien!— Dijo levantándose de su lugar y tomando el antebrazo del pelirrojo. —¿¡No deberías ir a un hospital?!— Dijo alterado.

—N-no es necesario, no creo que sea tan malo...—

—¡NO PUEDES TOMARLO A LA LIGERA! ¡TODA ENFERMEDAD EMPIEZA CON PEQUEÑOS SÍNTOMAS! Si quieres, ¿¡Llamo a una ambulancia?!—

—¡¡No!! ¡En serio estoy bien!! Lo juro...—


—Después de eso... No pensé que Bakugou...— Tembló en su lugar un momento.—¡¡ QUE BAKUGOU TENDRÍA ESTE TIPO DE HOBBY!! Sin embargo...— a su mente volvieron a llegar aquellas imágenes de la fantasía de Bakugou. —¡¿SOY EL PASIVO?!—

De pronto un mensaje llegó al buzón de su teléfono.

—Es de Bakugou

Teléfono de Kirishima

¿Ayer llegaste salvo a casa?.

Si solo hubiera notado que no te sentías bien...

𝑌𝑜𝑢𝑟 𝑠𝑎𝑑𝑖𝑠𝑡𝑖𝑐 𝑡ℎ𝑜𝑢𝑔ℎ𝑡 | 𝘽𝙖𝙠𝙪𝙨𝙝𝙞𝙢𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora