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•Noche de chicas•

Lunes, inicio de semana, lo que significa, noche de películas en casa de Aliana. Estoy recogiendo mis cosas, después de bañarme, hace 30 minutos llegué de correr. En cuanto salí del baño, ya mi amiga me estaba llamando para recordarme que hoy me quedaba en su casa, también me avisó que Kristofer no estaría hoy porque tuvo que ir de imprevisto al otro lado de la ciudad, porque su abuela enfermó. Cuando recogí todo, le envié un mensaje a mi mamá para decirle que ya me iba a casa de Aliana.

Con mochila al hombro y mis audífonos a un volumen considerable, salí de mi casa rumbo a casa de mi amiga. No puedo evitar mirar a la casa de mis nuevos vecinos, una mujer rubia salía con una niña de unos 4 años. La señora me sonríe amablemente y le devuelvo el gesto, no se parece mucho a Giulio, pero la niña tiene la nariz y los labios iguales a los del, la niña es rubia como su mamá.

Cuando llegue a casa de Aliana, que es un poco lejos de mi casa, su mamá me recibe con una sonrisa como siempre y diciendo mi nombre con la alegría tan típica de ella.

—Erika— me saluda y le sonrió a modo de saludo, también saludo al padre de mi amiga que está sentado en el sofá junto a su esposa— Aliana está en su habitación, me dijo que la despertarás.

Asiento y voy a la habitación de mi amiga. Efectivamente está dormida y la despierto de una forma, para nada gentil.  Ella protesta y cuando ve que soy yo, sonríe.

—Oh, shit, bitch, al fin llegas— se empieza a reír y me contagia la risa. Así es mi mejor amiga, dice cualquier idiotez, se ríe y yo la acompaño, su risa es muy contagiosa— Tenemos que comprar las cosas, andando.

Me siento en su cama y ella va a lavarse la cara y peinarse. Salimos al súper a buscar las cosas.

—Seis kilos de helado, gomitas, chetos, refrescos, chocolates, caramelos...— ella sigue revisando que este todo y yo me dispongo a caminar por el lugar mirando las estanterías, cojo dos cajas de juego de naranja, y cuando voy caminado hacia donde deje a mi amiga, choco con un carrito, mejor dicho con el carrito de la compra de mi vecino. 

—Lo siento, estaba distraída— me disculpo apenada—

—Tranquila, no fue tu culpa— sonríe y me quedo embobada cuando sus ojos se achinan, es lindo.

—Igual lo siento, eh—dudo un poco, porque no sé qué decir, el me mira sonriendo de lado— Adiós, supongo— voy a hacer el ademán de irme, pero me detengo cuando habla.

—Puedo llevarte a casa, si quieres— dice amable y sonrió como tonta—

—Gracias, pero no voy a casa— me disculpo y me vuelvo a despedir para ir a dónde Aliana me ve con expresión divertida— 

—¿Quién era?— pregunta mirándolo sonriendo, él sigue buscando lo que sea que estaba buscando—

—Es mi vecino, el Italiano, el que me dijo que bajara la música, Giulio—suspiré y mi amiga hizo una mueca que se lo que significa— Si es lindo—

—Si tú lo dices— me da unas cuantas bolsas y salimos de la tienda, vamos caminando a su casa que no queda tan lejos de la tienda.

—¿Y tu hermano? Hace mucho no lo veo— hablé para matar el silencio que se creo entre nosotras, no era incómodo pero se sentía raro caminar con ella y que ninguna hablará—

—Clara, hacía mucho que no ibas a mi casa— le sonreí y ella rodó los ojos— Jonathan está por casa de unos amigos del, en estos días viene a presentar a su 'nueva novia'— las dos últimas palabras las dijo con fastidio. Ella era muy celosa con su hermano, demasiado. Tanto que cuando se enteró que me gustaba estuvimos una semana sin hablarnos, hasta que el me dejó claro que no le gustaba, que me veía como la amiga de su hermana y ya. Y no me afectó, eso fue hace un año casi, y ya estaba acostumbrada al rechazo.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2022 ⏰

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La primera vez que me enamoré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora