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Por fin había terminado la clase, y todos guardaban sus materiales para poder salir del salón he irse a sus casas.
Él con calma hizo lo mismo, de todas formas todos los días era la misma rutina, llegar a casa, comer, ducharse, estudiar y dormir casi exactamente a la 8:00pm. A excepción de los fines de semana, esos eran los únicos dos días en los que no tenía que soportar a sus padres, a los que muy profundamente amaba.
Con su mochila colgando de un hombro, caminaba lentamente a la salida con cara de poker. Pero sus ojos se abrieron un poco de más al mirar quien lo esperaba en la banqueta apoyado en un auto negro.
Pero pronto su semblante cambió a uno sereno.
- Qué haces aquí?- se preguntó al estar yá enfrente de éste
- Solo vine a recogerte, acaso no puedo hacerlo? - el hombre de cabellos castaños se acercó más al rubio, invadiendo su espacio personal
- Tks, no es eso, solo que todavía no es viernes-
- Y eso qué?-
- Sabes de los que hablo idiota, pero - se calló unos momentos pensando si decir algo vergonzoso para él- te extrañé- sus mejillas se ruborizaron un poco fuerte.
Dejó caer su mochila la poder abrazarse a la cintura del más alto, y éste apoyo una de sus manos en la espalda del rubio para acariciarla y la otro revolviendo los rubios cabellos. El más joven se dejó hacer, disfrutando del momento, pero toda esa atmósfera era arruinada por las miradas de los estudiantes que pasaban por ahí y reconocían al chico de cabellos cenizos, obviamente sorprendidos porque la actitud explosiva y arrogante no estaba ahí y en cambio era alguien que se estaba comportando tranquilo y cariñoso?
A la squad, que iban saliendo apenas, casi les da un infarto al ver a su amigo explosivo con un chico y lo peor fue la forma la que se comportaba.
Los dos chicos estaban metidos en su mundo de caramelo, así que ignorando a todos a su alrededor, se montaron en el auto y se fueron rumbo a la casa del más bajo.
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El auto se estacionó frente a una casa de fachada marrón claro, los dos jóvenes bajaron y se encaminaron a la entrada de la casa, el rubio sacó las llaves de su bolsillo, pero antes de abrir la puerta quiso despedirse del chico de cabellos castaños.
- gracias por traerme hoy- sus manos pasaron por los hombros de su pareja, está inmediatamente abrazó su cintura acercándolo más a él y así despidiéndose con un suave beso
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