Curita|Hananene

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Amane siseó de dolor luego de que aquel líquido desinfectante cayera en su mejilla izquierda.

― Lo siento ― Musitó contra su oído su preocupada mejor amiga, Yashiro Nene.

El chico parpadeó un par de veces. ― Está bien... me tomaste por sorpresa, es todo ― Explicó.

Ella asintió. ― Ya casi termino ― Susurró preparando un curita para colocarlo en aquel raspón. ― No puedo creer que barrieras casi todo el campo con tu cara ¿en qué estabas pensando Amane-kun? ―

Sí, a veces el fútbol lo volvía tan loco que olvidaba cuidarse de sí y terminaba tragando pasto en cada partido.

El otro rió entre dientes. ― ¡Anoté un súper gol! ¿Qué no lo viste? ― Anunció con entusiasmo. Sus enormes orbes color miel, brillando intensamente.

― ¿Qué voy a hacer contigo?... ― Musitó Nene más para sí con cierta resignación, mientras se detenía a observar a su mejor amigo; últimamente se perdía mucho en su perfil, y le sonrojaba el pensar los minutos que se quedaba como boba mirándolo.

Era como si una venda invisible se hubiese desvanecido de su mirada rubí y le mostrara lo atractivo en verdad que era Yugi Amane.

Eran mejores amigos de toda la vida, lo adoraba.

Pero esa palabra ya no le era suficiente para cubrir todo lo que en verdad sentía por él.

― ¿Yashiro? ―

Sonrió divertida y se acercó a su mejilla y la besó con suavidad sobre aquella herida.

― Eres tan tonto capitán... ― Le dijo luego de colocar el curita y sonreírle, como una niña pequeña que había cometido una travesura y no le importaba ser descubierta.

El capitán del equipo de fútbol de la Academia estaba totalmente rojo, se sentía tan acalorado por la acción tan repentina de la chica que podía asegurar que algo de humo le saldría por la orejas.

― ¿Qué fue...? ― Su mano inconscientemente tocó aquel lugar de su cara. No era normal que ella hiciera esas cosas; él disfrutaba de hacerla rabiar al acercársele demasiado, pero cuando ella lo hacía, todo su mundo se venía abajo.

¡Su pose de chico rudo se desmoronaba al instante!

Se sentía un niñito vulnerable.

Nene se encogió de hombros y con una voz cantarina agregó. ― Quien sabe ― Pegó un gritillo antes de echarse a correr, Amane siguiéndola de cerca.

― ¡Yashiro! ―

Ella no dejó de correr y de reír. Esperaba que sus sentimientos se terminaran de aclarar lo más rápido posible, pero por ahora, dejaría de pensarlo tanto y sólo seguir a su corazón.

Septiembre 08 2022