Antes de ti

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Los gritos de mis padres me despertaron, ya nada me asustaba, después de todo este era un día más.

Una pequeña yo secó ligeras lágrimas que corrían por su cansado rostro.

Extraños en casa, bebidas alcohólicas,  drogas , la música a todo volumen. Era algo a lo que me había obligado a ver con naturalidad, algo que estaba bien, pero no lo estaba.

Mi hermano mayor, era el mejor ejemplo paterno.

Era un pobre drogadicto, pero con el ejemplo paternal que teníamos, qué le podría reclamar...

A los 18, Tedd se largó de casa, no lo culpaba, yo también hubiese hecho lo mismo en su lugar.

¿ Amor ? Nunca supe el significado de la palabra, no antes de ti...

Las blancas sábanas se tornaban de rojo, el color rojo sin dudas era hermoso, pero para mí significaba dolor.

La respiración agitada de un amigo de mi madre se clavaba en mis oídos.

Cada noche, diferentes rostros.

Ponerle seguro al pomo de la puerta, se volvía una pérdida de tiempo.

Mi madre le daba llaves a sus invitados para que abusaran de su hija menor, como hizo con Tedd a mi edad.

Mi hermano mayor había ahogado sus traumas en las drogas, eran su salida, o así lo veía Tedd.

Mi padre estaba al tanto de las acciones de mi madre, y nunca le importó.

Cada noche era abusada, golpeada y tratada como basura. Tanto, que llegué a sentirme como tal, un desecho.

A los dieciséis comenzaba a acostumbrarme a esta mierda.

Me cogía a los que abusaban de mí, y le pagaban a mi madre, comenzaba a cobrarles, me quedaba con lo que pagaban por dejar sus sucias manos marcadas en mi piel.

Cuando tuve el efectivo suficiente, decidí largarme de casa.

Vivir con Tedd era menos detestable que convivir con esos despreciables seres que decían ser mis padres.

Para mí eran un mal que debía desaparecer de nuestras vidas, pero el daño en Tedd y en mí ya estaba hecho.

Nos habían jodido de por vida.

No tardé en meterme mierdas, cocaína, heroína, Ghb, cannabis en mi sistema ayudaba a no ver lo podrida que estaba la humanidad.

Y cobrar por prestar mi cuerpo, disponerme ante las sucias fantasías de seres miserables que pagaban por mis servicios, era todo lo que sabía hacer.

Estudié derechos, irónico; ¿ Cierto ?

Pero mis malos hábitos seguían tan impregnados en mi vida.

Tras el suceso más doloroso de toda mi jodida vida, decidí unirme a una terapia en grupo.

Necesitaba dejar esa vida atrás, comenzar de cero.

Pero te conocí a ti, y me dejé sumergir en el desastre que somos.

Me llevaste a un nivel de perdición, adicción y dependencia emocional de la que jamás podría salir.

Pero me enseñaste a sentir más allá de la ira y el dolor.

Me hiciste sentir segura en tus brazos, le diste un nuevo significado a mi existencia.

Tú, me hiciste ver  menos putrefacción.

Por ti estaba dispuesta a quitar una vida, o a perder la mía.

Tú enloquecerías si alguien me dañara, jamás lo permitirías.

Yo era todo para ti, tú lo eras para mí.

Y siempre sería así, tú y yo, haciéndonos bien de una forma enfermiza.

Nadie lo entendería...

Y supe que estaría a tu lado, por siempre, desde esa noche, donde todo el caos que somos cobró vida.

..............................

Toques en el cristal captaron mi atención, visualicé a un joven que parecía jodidamente molesto.

Jimmy no tardó en percibirlo, abandonó el vehículo, al salir, le seguí.

El chico tenía arrugado el entrecejo, y nos observaba detenidamente.

__ ¿ Qué demonios sucede contigo ? __ reclamó Jimmy al desconocido.

El chico, me observó indiscretamente, su mirada recorrió mi cuerpo sin disimulo alguno.

Eso solo incrementó la ira en Jimmy haciendo que le gritaba una vez más.

__ Si tanto anhelo le tienes a esta cualquiera, deberían buscarse un hotel cercano, este no es sitio para sus obscenidades, podría recomendarles...

El puño de Jimmy impidió que el chico continuara sus palabras.

__ A ella no le llamas cualquiera, ¡ demonios !

Exigió Jimmy, mientras lo golpeaba sin detenerse.

Intentaría pedirle que dejara al chico, su rostro parecía irreconocible y solo podía escuchar quejidos de dolor.

Pero sabía que Jimmy no se detendría, sus golpes contra el suelo provocaron un charco de sangre de la parte trasera de la cabeza del chico.

¿ Estaba muerto ?

Ver el rostro ensangrentado de mi novio provocaba lujuria en mí.

Maldita sea, estaba tan jodida como Jimmy.

Pero jamás cuestionaría sus desiciones.

Las calles lucían realmente oscuras.

Pero la voz de una tercera persona me hizo estremecer, Jimmy no lucía arrepentido.

Jimmy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora