sink in 𓄹 ࣪ ִֶָ kookmin au omegaverse

5

El lobo de Jimin no podía estar peor, la noticia de que su alfa tenía cómo omega a la chica que supuestamente era su mejor amiga y mayor confidente, lo rompió en mil pedazos.

Ya había pasado una semana desde ese día y su cuerpo cada vez perdía más fuerza, su lobito interno se sentía tan dañado, traicionado y engañado; su alfa lo había olvidado completamente, para él.

Jimin se encontraba tan perdido que simplemente dejó que su omega tomara el control, pero lo único que hacía era llamar desesperadamente a Jungkook, pidiéndole piedad, sin recibir respuesta. ¿Qué tan malo era estar con él? ¿De verdad siempre fue tan insuficiente? ¿Tan poca cosa? Fue desplazado brutalmente y aquello causó demasiado estragos.

Por otro lado, Taehyung ya no detectaba la manera de ayudar a su mejor amigo, había intentado hasta con su cosa más favorita que era hacer un picnic en su lugar preferido— nunca rechazaba ese plan— y aún así no quiso salir de su cama, ni mucho menos soltar la única camiseta que tenía apenas, casi nada, el aroma de Jungkook.

La última opción que le quedaba era contactarse con Jeon y pedirle por favor que estuviera junto a Jimin un momento, para lograr al menos que dejase de llorar. Y en el fondo de su corazón también deseaba que el menor se diera cuenta de todo lo que perdió al dejar a Jimin, que nunca iba a encontrar a otro omega cómo él, nunca sería posible encontrarse con el mismo amor, simplemente porque son destinados y el destino los elige por algo.

Tenía claro lo mal que la ha estado pasando su pequeño rubio y no lo decía sólo por esta situación en específico, lo decía porque lo ha visto sufrir desde que ese idiota lo dejó.

Sin más unos sollozos muy fuertes interrumpieron sus pensamientos, era un sonido muy lastimero.

Velozmente se acercó a la cama del más débil en este punto, debido a que estaba sentado en un sofá que Jimin tenía en la habitación.

—Jimin, ¿Qué sucede?—exclamó atropelladamente.

Tuvo que tocar su brazo y moverlo para ver si le estaba escuchando, aún así no respondió.

—Minnie dime algo.

Su rostro se llenó de preocupación, el llanto no paraba y no recibía respuestas de parte de Jimin, debía actuar rápido.

—Llamaré a Jungkook.—habló para si mismo en susurros.

—¿Jungkook?—el omega dijo con el poco de voz que le quedaba—Mi alfa, t-trae a mi alfa... Lo ext-traño, l-lo necesito.—lloró y volvió a su posición fetal, aún aferrándose a la camiseta.

Se veía tan frágil y vulnerable, quizás cuanto dolor albergaba en su corazón.

—Intentaré traerlo, mimi, intentaré.

Sacó su teléfono con las manos temblando y marcó.

—¿Hola? ¿Taehyung?—contestó Jungkook sorprendido y extrañado por el llanto que se escuchaba detrás.

¿Qué estaba sucediendo?

—Jungkook, Jungkook necesito tu ayuda urgentemente. Ven ya para el departamento de Jimin, te necesita, en serio lo hace. Ya cuándo estés aquí te explico todo, apresúrate.—Decía desesperado.

Y sin dejar que el otro dijera una sola palabra, colgó.

El peli negro aunque tuviera mil dudas en su cabeza corrió fuera de su hogar dejando todo lo que estaba haciendo para dirigirse al de su destinado, su lobo se volvió loco al saber que su omega necesitaba de él y más sabiendo que aquellos ruidos tan quejumbrosos le pertenecían.

Después de unos 10 minutos se encontraba allí.

Agradecía a todos los cielos que la puerta principal estuviera abierta, sin más corrió escaleras arriba totalmente fuera de si, su omega olía ácido y no paraba de llamarlo.

Al fin podía sentirlo, después de haber bloqueado tanto tiempo aquel enlace.

Ya dentro de la habitación se quedó estático, ahí estaba, su pequeño, aquella persona que en algún momento lo fue todo para él, se hallaba destruido; por su culpa.

No pudo hacer nada más que caer sobre sus piernas, desplomándose.

Jimin al ver a su precioso alfa saltó de su lugar con la única fuerza que le quedaba para ir directo a los brazos del contrario.

Lo abrazo vigorosamente. Y ahora sólo quedaban una pequeñas lagrimillas corriendo de sus mejillas.

Aspiró el aroma del más alto, deleitándose, lo había anhelado tanto. Ambos se anhelaban.

—Sabía que llegarías... Mi alfa.

Taehyung estaba tan quieto cómo una estatua.

jiji holis
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