Las fantasías de mi amigo (Yoonseok)

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Mi padre sabía secretos de los Min, así como estos sabían muchas cosas de él incluyendo una deuda que tenía, papá siempre se mantuvo a un margen no tan discreto con ellos, siempre se involucraba en dónde hicieran desastre y los defendía cómo ellos querían, no fue así hasta la cena de aniversario luptuoso del abuelo de Yoongi.

La empresa de maquillaje fue heredará hacía la madre de Yoongi, quien a su vez se la heredaría a su hijo, claro el padre de Yoongi no era rico y mucho menos tenía algo propio, ese hombre vivía de lo que su esposa le dejaba hacer, el hombre tenía en aquella casa a su más amada amante junto a su hijo osea el medio hermano de Yoongi.

Esa noche la recuerdo, Yoongi había llegado a la cena y su cara de pocos amigos decía que estaba más que molesto, el hombre mayor le miro y hablo.

-¿Cuando terminaras con Kim Seokjin?

Yoongi detuvo sus actos y le miro con una sonrisa de lado.

-Lo que haga o deje de hacer no te incumbe.

-Claro que lo hace, eres mi hijo, heredero de la descendencia Min.

El pálido se rió, su risa resonó en toda la cocina, y se preguntarán que hacía yo ahí bueno, mi mamá era la sirvienta de aquella casa y a mi me tocaba ayudarla en eventos como este, la plática continuo.

-Diras descendiente de los Han, te recuerdo que todo le pertenece al abuelo, o más bien a mi madre.

-Min Yoongi, eres un...

-Callate -Grito levantándose - No digas que soy una desgracia cuando tú traes a esa zorra a mi casa.

El pálido salió del gran salón, yo le seguí era importante que comiera o eso pensé, no llegamos al primer piso cuando me tomo por el cuello, su mano apretó mis mejillas y hablo.

-Se que eras tú la otra noche, más te vale cerras ese osico que tienes.

-Señorito Min, debe de terminar su cena.

Dije un tanto nervioso, el sonrió de lado y me miró, yo temblaba y extrañamente está excitado.

-Deberia de convertirte en mi puta.

Lo aparte sin pensarlo y me fui, mientras caminaba jalaba mi suéter hacia abajo, odiaba a Min Yoongi, pero el lograba cosas extrañas en mí.