Déjame solo

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TaeHyung sabía la razón por la que Jungkook se encontraba de tan mal humor. También sabía que tenía que ver con Eunwoo y con Jimin.

A TaeHyung le gustaría sentarse a tomar el té con Jimin y explicarle de mil maneras porque no debería hacerse amigo de Eunwoo. En primera; era un Alfa, segunda; Jungkook lo traía en la mira, tercera; no era precisamente una buena persona.

No es que corriera peligro, pero tampoco era como si Eunwoo fuera el Alfa más lindo del mundo.

Eunwoo era engañoso. Te hacía creer en su fiel porte de Alfa cariñoso y amigable, pero resultaba ser un gran hijo de perra al final. De todos modos, así fuera Jungkook o él quien se lo dijera, Jimin no les creería ninguna sola palabra, porque pensaría que solamente se están inventando todas esas cosas por los celos del Alfa que tenía como esposo.

A TaeHyung se le hacía un lío en la cabeza por una relación que no era la suya.

Ese mismo día, Jimin estaba en casa porque le había aburrido salir de ahí. Últimamente ya no encontraba nada que le gustara hacer, ni comprar ni salir a pasear eran una opción ahora. Eso comenzaba a ser un problema para él, porque no sabía cuánto tiempo aguantaría hasta perder la razón.

Sus pisadas se escuchaban por toda su habitación, dando vueltas de un lado a otro sin parar, ya había visto un poco de televisión y había vagado en su celular un rato, pero no lograba animarse con nada.

La puerta de la habitación sonó, Jimin se dirigió hasta ella y la abrió. Su mirada se enfocó en el Alfa parado frente a él, el cual lo miraba un poco serio pero con un semblante calmado, como si fuera en son de paz.

El omega estaba acostumbrado a la actitud temperamental de su Alfa, no era novedad verlo de esa manera. Jungkook como siempre entro en la habitación sin decir absolutamente nada.

—Claro, puedes pasar —murmuró, dándose la media vuelta.

—Cierra la puerta —exclamó Jungkook, el omega vaciló un poco pero al final se volvió para cerrarla.

—¿Qué quieres? —preguntó.

—Una vez más voy a preguntar, ¿con quién estuviste hablando en la fiesta?

Jimin rodó los ojos, su paciencia estaba siendo agotada y era inevitable no estar al borde del colapso. Siempre había algo que lograba molestarlo de más, eso era que Jungkook parecía un loco obsesionado con él, controlador e impulsivo.

—Si ya lo sabes no deberías preguntarme.

—¿Entonces por qué mientes siempre? —preguntó al instante el Alfa.

—Porque tú... tú eres el problema —Jimin dijo, mirándolo detenidamente y con el semblante completamente serio—, cualquier persona que se me acerca termina lastimada o muerta, tienes un severo problema. No soporto eso de ti, no te soporto a ti.

El Alfa escuchó con atención todas y cada una de sus palabras. Incluso aunque se sintió un poco herido, su ceño seguía fruncido y parecía enojado. Sus puños se apretaron con fuerza y la ira le termino ganando en esos momentos.

—Lo único que quiero es que seas sincero conmigo.

—¿Y tú lo eres? —Jimin atacó.

—Nunca te he mentido.

—¡Claro que sí! ¿o me vas a decir que aquélla vez no regresaste al restaurante para golpear a ese hombre? eres todo lo que un omega no quiere como pareja —Jimin bajo la mirada, sintiendo su estómago revolverse—, ¿por qué tenías que ser tú mi pareja predestinada?

Por un momento Jungkook pudo sentir esas crudas palabras perforar su pecho y en un segundo el semblante enojado que tenía desapareció.

—Bien, me voy —respondió el Alfa. Sólo entonces fue cuando Jimin pensó en las palabras que había soltado por la sensación del momento.

—Y-yo... — no, no podía retractarse como un tonto, no debía.

El Alfa no escucho nada de lo que dijo, no hasta que Jimin gritó: "¡Deténte!"

El omega caminó hasta él, no quería acercarse mucho pero aún así sentía que debía pedirle aunque sea una disculpa. Había soltado palabras sin pensar en cómo podría hacer sentir eso al Alfa.

—Jungkook yo...

Sus palabras quedaron en el aire, porque no pudo terminar de hablar para cuando el Alfa lo tomó con fuerza, empujándolo sobre la pared y apresándolo con un poco de brutalidad. Sus manos fueron sostenidas por las pálidas y largas de Jungkook, quiso forcejear pero en realidad todo era en vano, el Alfa estaba enojado.

—¿Qué pretendes diciendo ese tipo de cosas para después querer retractarte? Eres demasiado molesto, ¿creés que yo quería esto? ¿creés que quería obligarte a estar conmigo? Todo fue a petición de mis padres, ¿creés que yo hubiera querido que alguien tan gentil y humilde como tú estuviera atado conmigo?

No, Jungkook no lo quería así. Cuando se enteró que Jimin era su predestinado trató de verse indiferente, intento mostrar interés por alguna joven omega, intento buscar alguna manera de que sus padres le quitaran la mirada de encima a Jimin y su familia.

No quería arrastrar al omega a un infierno como ese.

Alguna vez la única pizca de amor y sinceridad se la brindó su abuela. Pero sus padres no dejaban que él la visitara, porque sus padres, sobre todo el Señor Jeon, estaba encargado de forjar a su hijo como un Alfa dominante, un alfa controlador, alguien que aprendiera su lugar en la vida. Producto de enseñanzas a través de golpes y trabajo duro desde los 10 años salió Jungkook, un Alfa que la única vez que sintió cariño y su corazón caliente fue cuando estaba con su abuela.

La segunda vez que se sintió así, fue cuando conoció a Jimin.

Desde ese momento en cuanto lo vio, supo que no quería arrastrar a ese gentil omega a su vida.

Incluso aunque eso significara alejarse de su pareja predestinada. No le importaba en absoluto, no quería obligar al omega a vivir una vida de infierno.

Lamentablemente su plan nunca funcionó.

—Yo... lo único que yo quería era... protegerte —murmuró, por primera vez en mucho tiempo, esas palabras estaban siendo liberadas de su boca—, quería protegerte de mí... y fallé.

Cuando Jungkook cayó en cuenta de lo que estaba pasando, su corazón ya estaba demasiado agitado como para retractarse. El Alfa lo liberó de su agarré, dejándolo alejarse de él. O más bien, esta vez fue Jungkook quien se alejó.

Jimin aún seguía conmocionado, su mente no terminaba de procesar las palabras de Jungkook. Jimin escuchó la puerta cerrarse y si no fuera tan tanto pudo haberse quedado en la habitación, pero en cambio salió corriendo en busca del Alfa y de una explicación.

—¿Qué diablos has dicho? —exclamó, siguiendo los pasos del Alfa—, Jungkook... ¡Jungkook! —gritó cuando se dio cuenta que el Alfa lo estaba ignorando.

—¿Qué? —se paró en seco.

—N-necesito una explicación —pidió Jimin—, necesitamos hablar.

El Alfa soltó un fuerte suspiró y negó diciéndole: —Déjame solo, cuando sea el momento hablaremos de esto.

El omega no comprendió sus palabras, ¿por qué esperar? sin embargo dejó ir al Alfa. Probablemente para él era una urgencia hablar sobre eso, pero para alguien como Jungkook, quien nunca fue acostumbrado a sincerarse con las personas que quería, era difícil.

casado con la mafia 𖦹 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora