Las líneas de prevención de suicidios existen en muchos lugares del mundo, nos ofrecen uno de los regalos más valiosos de la vida, prestar su tiempo libre para sentarse a escuchar historias de personas deprimidas o desesperadas que están casi resueltos y resueltas en quitarse la vida.
El trabajo de alguien en una línea de prevención es conversar y últimamente evitar la idea.
Hay un detalle que resuelta sorprendente, muchos de estos servicios intentan trabajar las veinticuatro horas seguidas, por lo que como imaginarás son muy pocos voluntarios que se prestan para estar toda la noche y recibir llamados de auxilios. Apesar de la diferencia en pensamientos de todas las personas, tienen una misma cosa que decir, a estas líneas llama mucho más gente que la que uno podría imaginarse.
Es el turno de la noche donde suceden la mayoría de los casos, pero hay una fecha especial donde los suicidios abundan, el 24 de Diciembre por la noche o ya pasadas las 12am, el 25 durante la madrugada.
Esa noche invernal Harry tomaba un café con leche, cuándo entonces el teléfono sonó alrededor de la 1am.
- ¿Hola? - tembló la voz del joven por vía teléfonica. Harry frunció levemente el ceño. El tono sonaba más bien como la de un niño.
- Hola, cariño. - Las manos del ojiverde viajaron hasta el botón de la radio con propósito de promover un ambiente menos tenso. - ¿Podrías decirme que te pasa? ¿Te sientes bien?
- No exactamente. Me siento muy mal...
- ¿Que sucede? - a medida que pasaban las palabras sentía una creciente opresión en el pecho. De esos que te indicaban que algo malo iba a suceder.
- No tengo mucho tiempo, yo... - Del otro lado se escuchó un jarrón romperse. Louis, quién se encontraba hecho ovillo debajo de la cama, aumentó la fuerza de su agarre al teléfono mientras lágrimas amargas se deslizaban por sus mejillas.
- Cielo, ¿Estás ahí? - Styles sentía la desesperación aumentar por su cuerpo, sabia que algo iba mal desde que el joven evitó presentarse como guiaba el protocolo.
- Tengo que colgar.
- ¡Espera, cielo! ¡Dame tú... - El ruido de llamada terminada retumbó en los tímpanos de Harry.
