Capítulo uno.

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Capítulo uno. [La vida de Louis Tomlinson]

El sonido chillón de la cama golpeando ferozmente  la pared resonó por toda la habitación. Jadeos, gemidos y maldiciones salían sin cuidado de la boca del señor Tomlinson.

Su mandíbula estaba tensa por cada movimiento que su pelvis provocaba con un vaivén de repulsio y estrategia.

Louis, su hijo, miraba un punto fijo en la pared mientras su padre lo penetraba sin consentimiento ó piedad alguna.

Había perdido la cuenta de las violaciones por parte de él. Lo único que sabia era que la primera vez que sucedió luchó con todas sus fuerzas. A la segunda, también lo hizo. A la tercera, el ascó y dolor se incrementaba aún más. Pero, a la cuarta dejó de sentir, dandose cuenta que si evitaba el llorar, patear ó gritar, el castigo era rápido y menos violento.

Su padre gritó cómo animal enjaulado cuando el orgasmo se hizo presente. Louis, sólo sintió con asco el líquido blanquecino recorrerle por los muslos.

Cuándo se aseguró perfectamente que se hubiese quedado dormido, se apresuró a salir de la cama mugrienta y caminó sin expresión visible en el rostro a su baño.

Se paró frente al espejo y examinó su cuerpo pálido lleno  hematomas muy marcados y chupetones fuertes en su cuello. Y de pronto, vio la cicatriz gruesa que recorría la mitad de su cara. Fué imposible no sentir aquél espantoso nudo en la garganta. Colocando ambas manos sobre su rostro comenzó a derramar lágrimas gruesas de impotencia. Su espalda esquelética se deslizó sobre el azulejo azul, ahora negro por la mugre, mientras sollozos desgarradores salían descociendo la abertura semi abierta de su garganta.

- ¡Cállate, bastardo! ¡Quiero dormir! - se apresuró a gritar el señor Tomlinson. Louis por primera vez lo ignoró y continuó en su colapso nervioso, el hipo le impedía respirar bien pero eso no le prohibió que alaridos agudos comenzaran a frotar de sus cuerdas vocales. - ¡Louis! ¡Hablo enserio! ¡Cállate!

[***]

- Señor, Liam. Papá me ha tratado muy mal. Me lastima ¿Deberíamos huir? - Louis miró con expectación al pequeño panda de peluche maltratado que estaba sentado en sus rodillas.

Los abusos y daños psicológicos que el castaño había sufrido fueron muy prematuras. A partir de los cuatro, cuándo su madre murió de un paro cardíaco, su padre repetía violaciones promiscuas a su pequeño hijo.

Todo tiene consecuencias, y una de esas fueron las secuelas que volvieron a Louis un joven con inocencia y poca madurez en su vida cotidiana  que sucedía en su entorno.

A simple vista Louis era un chico normal de diecinueve años, pero, para el que le conocía podía comparar su conducta con un niño de siete.

Con su mano manchada de polvo y lodo tomó fingidamente la cabeza del peluche moviendola de arriba abajo, creando un improvisado asentimiento.

- Muy bien, pero usted vendrá conmigo.

Tomó entre sus manos raquíticas al muñeco de tela y lo aferró con fuerza a su pecho.

Se volteó para tomar las llaves pero el sonido del anuncio televisivo lo despistó por completo.

Unos pequeños ositos rosados coloreaban los números; "722" y las letras azules se trasaron en fila, dónde la oración comenzó a tomar forma: "Te prohibimos tu suicidio.  Si te sientes mal, llamanos."

Louis asintió con una sonrisa dulce al señor de la tele, y aferrando de nuevo al oso salió del pequeño y destrozado apartamento.

El reloj con dibujos animados de bob esponja en su muñeca marcaban las tres de la mañana, las calles de Londres estaban vacías y la lluvia fría se deslizaba con fuerza sobre él.

Caminó a paso lento por los callejones más oscuros y peligrosos de la zona, ignorante del peligros al que inconsciente se estaba sometiendo.

Sus pies lo guiaron hacía al callejon "Walter", dónde unas voces roncas y cargadas de adrenalina le llamaron la atención.

Asomó su cabeza por la esquina de los basureros repletos de material organico apestoso para observar com curiosidad a los hombres de cuero.

Un hombre morocho con ojos amielados y pestañas larguísimas se encargó de patear al rubio que estaba tirado sobre el piso.

- ¡Basta, por favor! - gritó desganado mientras sus manos cubrían desesperadas su estómago.

Louis era ajeno al dolor del rubio, y esque, cuándo la banda rió él también lo hizo.

- ¿Quieres jugar, cariño? - preguntó otro chico de cabellos castaños claros. Louis se apresuró a salir del escondite para hacer presencia con una sonrisa.

- Si. - contestó lleno de emoción.

Tres pares de ojos lo examinaron con curiosidad. El morcho lo examinó con credibilidad. Miraba confuso su camisa rayada y sus vermudas cafés claros. ¿Qué hacía un chico con aspecto así en los barrios bajos?

- Mira, Liam. Tenemos otro juguete. - murmuró el moreno sonriendo con malicia.

- ¿Liam? ¡Así se llama mí panda!
-¿Tú qué?
-Mí panda, mira. - pronunció Louis sacando de su espalda al pequeño peluche desgastado.

Zayn miró a Liam con gestos dubitativos, partiéndose la cabeza para poder llegar a una conclusión completa ó bien, esperando a que Liam aclarara la situación.

Payne hizo un gesto con sus manos para  indicarle que todo estaba bajo control. Miró a Louis con cara divertida, si él era cómo creía (retrasado), esto iba a hacer sencillo.

- ¿Cuál es tú nombre? - preguntó Liam con ojos amigables.
-Louis. Louis Tomlinson.
- ¿Qué haces aquí a estás horas tan tempranas?
-Escapé.
-¿Por qué? - Él castaño se quedó callado mientras internamente se debatía entre decirle a Liam la verdad ó mentirle.
-Me hacía daño. - respondió roto de voz.
-¿quién, Louis?
-Papá.
- ¿Qué tipo de daño? - intervino Zayn intrigado por la clara dulzura e inocencia que desprendía del joven.

Se volvió a quedar callado, dubitativo en lo que siguiente que haría, así que, dejándo al peluche sobre el piso y con manos libres comenzó a sacarse la polera. Liam y Zayn se miraron entre si, Niall simplemente tomaba fuertemente su estómago para amortiguar el derrame que sufría.

Una vez con su pecho huesudo al aire, tomó entre sus manos nuevamente al peluche y lentamente salió de entre las sombras hacía la luz tenue y artificial.

Malik y Payne lo miraron horrorizados, para comenzar; una enorme marca cubría la mitad de su cara en vertical, dejando su rostro descosido. Y para terminar; Todo su cuerpo, sin excepción, estaba cubierto por hematomas muy remarcados. Pero, debían aceptar que aún así, su rostro era tierno y simpático con sus ojitos azules brillantes.

-Bueno... Louis, no se que decir. - Admitió el moreno aclarando su voz.
- Yo sí, - dijo Liam. -¿Quieres jugar a la mamá y papá? -Zayn le dio un golpe sordo en su cabeza dedicándole la mirada de; ¿Cómo puedes pensar en follartelo? - Estaba jugando...
-Si, claro. - El moreno lo miró con compasión. - ¿Quieres venir con nosotros.
-Si. Pero...
-¿Pero...? - le ánimo Zayn a continuar.
-El niño rubio escupe sangre.

Bueh :'v primera Fic de Larry, no critiquemos, hermanos ;__;
En el segundo cap. Se narra la vida de Jarry, y en el tercero Loui hace la primera llamada ;-; no se desesperen. Relajen la peppa. Fin.

Sólo quería decir que ésta novela tendrá máximo 19 capítulos ;__;

Prohibido tu suicidio.   ||Larry Stylinson||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora